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La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Jumilla ha decretado el sobreseimiento provisional de la causa abierta contra tres policías locales y dos guardias civiles de Jumilla, a los que los padres de Kevin Morales, el joven asesinado a puñaladas durante una pelea ocurrida en la localidad el 1 de mayo de 2021, acusaron de no hacer lo suficiente para evitar la agresión que acabó con la vida del chico.
En un auto hecho público ayer, la jueza de Jumilla descarta que la actuación de los efectivos policiales, que han estado defendidos por los abogados Manuel Martínez y Marta Simó, pueda ser constitutiva de un delito de homicidio imprudente, como pedían los familiares de la víctima, quienes consideraron que su intervención habría sido «tan sumamente medrosa y negligente que no evitaron, pudiendo hacerlo, el apuñalamiento del joven, que fue herido de muerte delante de ellos».
En concreto, señalaban en su querella que los funcionarios policiales «tuvieron la feliz ocurrencia de hacer salir» a Kevin y a su novia, Marta, del piso en el que se refugiaban de sus agresores –Inocencio 'El Tente' y sus familiares– con el fin de que aclararan con estos el conflicto que habían mantenido, «pese a los antecedentes de violencia de los integrantes del clan familiar».
A partir de ese momento, fue cuando la situación se descontroló «y, aunque los agentes eran mayoría, iban armados y supuestamente estaban preparados para resolver ese tipo de situaciones», mantuvieron a juicio de los familiares de la víctima una actitud «pusilánime», de «pura cobardía», por lo que Kevin fue acuchillado mortalmente. Según la querella, lejos de empuñar sus defensas o sus armas reglamentarias, los agentes se habrían limitado a rogar a los supuestos homicidas: «Por favor, parad ya».
La jueza basa sus argumentos para el sobreseimiento de la causa en las declaraciones de los testigos –entre ellos Marta, la novia de Kevin– y en el testimonio de los cinco policías locales y guardias civiles de Jumilla. En concreto, en su primera declaración, dos días después del suceso, Marta confesó que la Benemérita se personó en el lugar donde tuvo lugar la fatal reyerta solo cinco minutos después de ser avisada, frenando inicialmente a los agresores. «Es decir, realizando actuaciones propias de su función», señala el auto.
La jueza realiza un relato de lo acontecido el 1 de mayo de 2021 y afirma que los agentes de la Policía Local y la Guardia Civil acudieron al lugar de los hechos avisados de que había una mujer –Angelita, madre del principal acusado– que tenía una brecha en la cabeza. Seguidamente, con el fin de esclarecer lo ocurrido, acuden al domicilio donde Kevin y su pareja se refugiaban, en el que se encuentran que se está celebrando una fiesta ilegal, que burlaba las restricciones de la pandemia. Sacaron a estos a la calle para interrogarles y aquí es cuando llegan 'El Tente' (que había tenido una relación sentimental con Marta), su padre y su hermano 'El Balilla', además de la mencionada Angelita. Todos con ganas de ajustar cuentas.
«En el intento de evitar cualquier disputa, los agentes hicieron uso de sus defensas», hasta el punto de que 'El Tente' «resultó herido en la cabeza y tuvo que ser asistido con posterioridad por las ambulancias». «Ese actuar de los agentes enfadó a Inocencio padre, que recriminaba tal actitud a los agentes, lo cual pone de manifiesto que los agentes actuaron de forma contundente usando su defensa extensible en aras de evitar un mal mayor», dice el auto, que añade que «esa noche algunos policías y guardias civiles resultaron lesionados».
«En conclusión, los agentes se encontraron con un escenario que fue variando por momentos. Ante tal variación, pidieron refuerzos con los que lamentablemente no contaron, se encontraron con distintas personas que, en primer lugar, no estaban en el lugar de los hechos y que dificultaron el ejercicio de su trabajo, pues no pudieron actuar en óptimas condiciones, sumando que se trataba de un lugar poco iluminado y que ninguna de las partes hacía caso a las indicaciones reiteradas de los funcionarios policiales», subraya el auto. La jueza recuerda también que el ataque mortal se produjo con «un arma camuflada». «Por tanto, en ningún momento pudieron representarse el resultado final de la muerte como posible, por cuanto, al menos al principio, era una agresión que trataban de aclarar y no había armas visibles».
El auto insiste en la inferioridad numérica en la que se encontraban la Policía Local y la Guardia Civil y en que pidieron, sin éxito, la llegada de refuerzos, por lo que «su actuación no puede encuadrarse dentro de ningún tipo delictivo».
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