La burbuja solar calienta la Región
La Comunidad Autónoma tramita la instalación de 174 plantas fotovoltaicas que ocuparían casi 7.000 hectáreas, con una inversión de 3.000 millones de euros; los ecologistas alertan de «un negocio especulativo» que degrada el paisaje y la biodiversidad
El sol es el nuevo petróleo, y la Región de Murcia uno de sus principales yacimientos en Europa. El territorio de la Comunidad Autónoma se ... prepara para un aluvión de plantas fotovoltaicas, imprescindibles para combatir la crisis climática pero que alterarán el paisaje con sus extensas instalaciones de placas. Es la cara B de esta fuente de energía renovable: su importante afección al paisaje y el deterioro de suelo rústico y de espacios naturales de gran importancia para las aves, como las estepas.
Pero el proceso es imparable y urge un aterrizaje ordenado de la burbuja solar: en los despachos del Ejecutivo autónomo hay en estos momentos 174 proyectos de centrales solares fotovoltaicas, con una potencia global estimada de 4.029 megavatios. Estas plantas ocuparían 6.849 hectáreas y supondrían una inversión conjunta de más de 3.000 millones de euros, según la información facilitada a LA VERDAD por la Consejería de Empresa, Empleo, Universidades y Portavocía. La autorización última de veinte de estas 174 plantas en tramitación depende del Gobierno central porque su potencia individual supera los 50 megavatios. La capacidad conjunta de estas veinte grandes instalaciones sería de 2.436 megavatios, por solo 1.596 la de las 154 que son potestad de la Administración autonómica, lo que da una idea de su tamaño.
En el caso de que todos los proyectos fueran aprobados, la Región de Murcia multiplicaría por cinco su capacidad generadora de energía eléctrica con esta tecnología, ya que actualmente produce 1.210 megavatios.
Los 174 proyectos cuentan ya con permiso de acceso y conexión, pero para avanzar en el proceso de tramitación deberán presentar sus evaluaciones de impacto ambiental antes de abril de 2022.
El parque actual de plantas fotovoltaicas está compuesto por 4.824 instalaciones de pequeño y mediano tamaño, salvo dos de ellas, como la inaugurada en Mula en el año 2019, con una potencia de 493 megavatios sobre más de 800 hectáreas. Los espejos de las plantas solares cubren en estos momentos unas 2.000 hectáreas en territorio murciano, con una inversión de más de 900 millones de euros, según datos del Gobierno regional. El Alto Guadalentín (1.003), el Altiplano (676), el entorno de Murcia (596) y la Vega Alta (470) son las zonas de la Región con una mayor ocupación. Y el Valle de Ricote (36) y el Mar Menor (75), las más despejadas.
Aparte, funcionan otras 3.443 instalaciones de pequeño tamaño, en régimen de autoconsumo, que producen 81 megavatios.
Veinte 'mares' de cristal
El panorama que se abre ahora es diferente: la obligada transición a las renovables, que se pretende rápida para prescindir por completo de los combustibles fósiles en 2050, anima la llegada de centrales de grandes dimensiones. Los veinte 'mares' de cristal que aspiran a operar en tierra firme apuestan por Mula (6), el entorno de Murcia (5), el Altiplano (3), el Alto Guadalentín y la comarca Oriental (2 en ambos casos), el Campo de Cartagena (1) y el Mar Menor (1).
Dos de estas plantas son Lorca Solar, en Zarcilla de Ramos, pendiente de autorización definitiva por afectar a una población de sisón común, especie de ave esteparia en peligro de extinción; y Carril Solar, en Puerto Lumbreras, que se convertiría en el segundo mayor huerto fotovoltaico de Europa con sus 700 hectáreas y 507 megavatios, solo por debajo del complejo de Iberdrola en Cáceres, denominado Francisco Pizarro, que producirá 590 MW a partir del año que viene.
El proyecto Carril Solar, promovido por la sociedad Desarrollos Fotovoltaicos Carril 400, subsidiaria del grupo austriaco RPGlobal, prevé una inversión de 280 millones de euros y ocuparía un hábitat de tortuga mora, según un estudio de la Universidad Miguel Hernández. La Dirección General de Medio Natural ha pedido que se garantice un corredor para el tránsito de estos reptiles amenazados y que se conserve un conjunto de espacios de vegetación natural, «algo que también será beneficioso para las aves».
«La reducción de emisiones es una prioridad para el Gobierno regional y para Europa, y la Región de Murcia está llamada a ser líder de energía solar, si tenemos en cuenta las más de 3.000 horas de sol al año con las que contamos y las infraestructuras necesarias para canalizar la energía. Estas instalaciones son una oportunidad de generación de actividad económica y empleo que debemos aprovechar, sobre todo en estos tiempos en los que necesitamos motores de arranque para salir de la crisis provocada por la pandemia», argumenta a este diario la consejera de Empresa, Empleo, Universidades y Portavocía, Valle Miguélez.
Las 174 plantas en proyecto ya tienen permiso de acceso y conexión, pero deben presentar sus evaluaciones ambientales antes de abril de 2022
No lo ven así las organizaciones conservacionistas, como Ecologistas en Acción, que reclama un Plan de Ordenación de la Energía Fotovoltaica «para su coexistencia con la biodiversidad, la protección de espacios naturales y los intereses generales de la ciudadanía». La Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) «lamenta que la irresponsabilidad del Gobierno regional y el acompañamiento de muchos ayuntamientos terminen convirtiendo una oportunidad y alternativa contra el cambio climático y a favor del desarrollo sostenible en un gran negocio especulativo que está generando una enorme burbuja con consecuencias ambientales y probablemente económicas de muy difícil predicción y evaluación».
A la consejera Valle Miguélez le resulta «curioso y contradictorio que aquellas personas que reclaman esa transición ecológica y la generación de fuentes de energía más limpias para poder combatir los efectos del cambio climático se muestren contrarias a esas herramientas que permitirán precisamente dichos objetivos. El Gobierno regional considera que la instalación de las plantas solares tiene que hacerse de forma sostenible, equilibrada e integrada, lo cual pasa, entre otras cosas, por garantizar la calidad del paisaje desde el inicio. Por ello –continúa–, estamos en contra de prohibir u obstaculizar, simplemente proporcionamos a la iniciativa privada las herramientas y las instrucciones claras que les permitan cumplir con la legalidad, los condicionantes paisajísticos y ambientales».
Conciliar la generalización de la energía 'verde' con una mínima afección al territorio se antoja un reto complicado: el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) prevé una potencia total instalada de 39 gigavatios (GW) para 2030 en España, pero al ritmo de crecimiento actual esta capacidad podría duplicarse, según ha advertido la Agencia Internacional de Energía Renovable (Irena). Es decir, la producción de energía fotovoltaica superará la demanda interna, una situación que científicos y ecologistas contemplan como un fenómeno especulativo que se asemeja a la burbuja inmobiliaria de hace dos décadas.
Carril Solar, en Puerto Lumbreras, sería la segunda mayor central de Europa, con 700 hectáreas y 507 megavatios; afecta a la vulnerable tortuga mora
Estos movimientos económicos de grandes corporaciones ya se están produciendo en la Región, donde el fondo de inversión del Gobierno chino Three Gorges ha comprado cuatro plantas a la empresa española X-Elio en Murcia, Lorca, Fuente Álamo y Mazarrón.
La compra especulativa del sol español ya la había advertido hace unos meses un grupo de 23 científicos españoles en una carta publicada en la revista 'Nature'. En su escrito, alertaban de un proceso acelerado e incontrolado «que genera riesgos elevados de concentración de la generación de la energía en oligopolios».
Terrenos baratos de secano
El investigador del CSIC David Serrano, uno de los firmantes de la carta e investigador en la Estación Biológica de Doñana, opina que «el reto está en establecer las renovables de forma ordenada y bien dimensionada a un consumo de energía que nos permita vivir de forma digna sin hipotecar nuestro futuro. Hay que empezar por la eficiencia y el ahorro energético, como marcan las directivas europeas», señaló en declaraciones a la agencia SINC.
El miedo a hipotecar el futuro tiene mucho que ver con el gran consumo de territorio de las plantas solares. Cuanto más grandes, más rentables. Sus promotores buscan amplias zonas rústicas y llanas para establecer contratos de alquiler a treinta o cuarenta años. Terrenos de secano, de bajo valor catastral, que suelen coincidir con plantaciones extensivas de cereal –el hábitat de especies vulnerables, como avutardas, alondras y aguiluchos cenizos– o corredores ecológicos.
«Las fotovoltaicas son una oportunidad de generación de actividad económica y empleo que debemos aprovechar», argumenta la consejera Valle Miguélez
La alarma social y la presión política comienzan a notarse;tanto que algunos ayuntamientos, como Yecla y Mula, han frenado en seco la concesión de licencias para mirar con lupa cada proyecto que aspire a ocupar el suelo de sus municipios. También se ha decidido una moratoria en Cartagena, donde hay 46 plantas en tramitación, una de ellas de grande dimensiones.
ANSE ha trasladado al Ayuntamiento de Cartagena su «preocupación» por los primeros trámites para la instalación de líneas eléctricas de evacuación de energía «producida por grandes centrales solares entre Molinos Marfagones y Canteras, donde se están firmando acuerdos con diversos propietarios para instalar varias plantas que ya podrían superar las 100 hectáreas de superficie», explica el director de la Asociación de Naturalistas del Sureste, Pedro García. «El área geográfica donde se proyectan estas centrales se sitúa entre el límite norte de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de La Muela-Cabo Tiñoso, el Sitio Histórico Canteras de Arenisca de Cartagena y la carretera RM-332, y está constituida por un mosaico de cultivos tradicionales arbolados de algarrobo, almendro y olivo principalmente, entre laderas de monte bajo con vegetación autóctona, en un relieve en el que contrastan zonas llanas y depresiones con pequeñas lomas de suave pendiente».
Las instalaciones se fragmentan para aligerar trámites y no se estudia su «efecto acumulativo y sinérgico» en el territorio, aseguran los ecologistas
Como norma general, los ecologistas son partidarios de ocupar los tejados de naves industriales y viviendas antes que favorecer la degradación de zonas rurales. También de acercar el lugar en el que se genera la energía a las zonas donde se consuma. Ydenuncian que, en algunos casos, los proyectos de plantas fotovoltaicas se fragmentan para simplificar los trámites. Por este motivo, insiste Ecologistas en Acción, las evaluaciones de impacto ambiental deben tener en cuenta «el efecto acumulativo y sinérgico» de grandes instalaciones, para evitar «un escenario en el que los objetivos energéticos se cumplan a expensas de la biodiversidad»
Ante la ausencia de un plan regional que ordene específicamente la proliferación de estas grandes superficies acristaladas, la Comunidad Autónoma ha preparado un mapa orientador donde define dónde pueden instalarse y dónde no, y una instrucción para garantizar que se integren en el paisaje. «A día de hoy, cualquier instalación fotovoltaica que se plantee en suelo rústico tiene la obligación de presentar un estudio de integración paisajística que tienen que elaborar los promotores a la hora de desarrollar su proyecto solar», asegura el consejero de Fomento e Infraestructuras, José Ramón Díez de Revenga.
«El Gobierno regional –añade– considera perfectamente compatible garantizar un paisaje de calidad y obtener los beneficios de las instalaciones solares. No tiene que suponer mayores costes ni mayores trabas burocráticas, simplemente requiere enfocar las instalaciones de la forma adecuada desde su concepción».
«Reivindicar una moratoria es renunciar a una década»
No hay vuelta atrás: el futuro y cada vez más el presente son las energías renovables, eólica o fotovoltaica, y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) se compromete a garantizar la protección de la biodiversidad y el medio natural, afirma la vicepresidenta cuarta y ministra Teresa Ribera. En un foro organizado hace unos días por SEO/BirdLife y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la responsable del Miteco señaló que la transformación del sistema energético «no puede llevarse a cabo solo con autoconsumo y comunidades energéticas locales», por lo que serán necesarias «algunas plantas de tamaño industrial». No obstante, advirtió de que el Gobierno «será exigente para que estos proyectos tengan solvencia ambiental y social».
«La ordenación del territorio y la protección de la naturaleza y de la biodiversidad son competencia de las comunidades autónomas, al igual que una buena parte de las funciones de evaluación de impacto ambiental, por lo que es capital fortalecer la colaboración entre administraciones», advierte.
Para la vicepresidenta, también es importante «dar cobertura y trabajar con los actores locales que están desarrollando iniciativas que compatibilizan el desarrollo de estas plantas con otros usos, como es el caso de la agrovoltaica», apunta.
Demorar la implantación de estas instalaciones, como reivindican colectivos ecologistas y científicos, no es una opción ahora mismo, plantea Teresa Ribera: «Reivindicar una moratoria hasta que haya nuevos planes de ordenación territorial equivale a renunciar a una década entera, una década clave en la transición energética. No se puede partir de cero, se trata de reforzar los mecanismos existentes», señala la ministra, para quien tampoco es razonable «rechazar de plano las nuevas soluciones tecnológicas, que tienen menor impacto que todas las tecnologías energéticas desplegadas hasta ahora, además de ser ocupaciones desmontables con capacidad de introducir correcciones de tamaño, de convivencia con especies y con otras actividades».
La vicepresidenta adelanta que se trabajará con un grupo de expertos –ecólogos, tecnólogos, expertos en economía y desarrollo energético, geógrafos…– para mejorar la integración de las nuevas instalaciones de energía renovable de acuerdo con tres condicionantes: las personas en el territorio; la biodiversidad y el paisaje; y el cumplimento de los estándares de transformación del sistema energético.
Ribera insiste en que el Gobierno mantiene «un fuerte compromiso» con el desarrollo de energías renovables responsables: «Es la primera vez que tenemos acceso a formas modernas de energía con menor afección en el medio natural. Ni por emisiones, ni por calidad del aire, ni por riesgo para las aguas subterráneas o por gestión de residuos es comparable lo que significa la presencia de un aerogenerador o de una instalación fotovoltaica en un determinado territorio con las implicaciones de las grandes centrales que todavía existen en nuestro país», insiste.
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