Solo la Región limita la asistencia a clase en Primaria y en el primer curso de ESO

La Región se ha quedado sola con su modelo de enseñanza semipresencial, mucho más restrictivo en Murcia que en el resto de comunidades españolas. Los alumnos murcianos de Infantil, Primaria y del primer curso de Secundaria son los únicos de toda España que no pueden ir un día de la semana a clase y tienen que estudiar esa jornada en sus casas. En el resto de niveles, de segundo de la ESO en adelante, otras comunidades se han sumado a la semipresencialidad, pero tampoco en ese caso son mayoría. El agravio con otras regiones, donde los estudiantes van todos los días a clase y los problemas de aforo por la pandemia se han resuelto por otras vías, tiene indignada a la comunidad educativa, que exige a la Administración regional que rectifique y dé marcha atrás antes de que la brecha entre los alumnos murcianos y la media se agrande más.

La Consejería de Educación decidió a final de agosto que el curso arrancaría de forma semipresencial en todos los niveles educativos. Los niños del segundo tramo de Infantil, de Primaria y de primero y segundo de Secundaria solo van a clase cuatro días a la semana; de tercero en adelante, lo hacen aún menos, la mitad de la semana. Para ello, se turnan en dos grupos rotatorios que asisten por turnos dos o tres jornadas. De esa manera, Educación ha logrado reducir los aforos en las aulas –un 20% en el primer caso y un 50% en el segundo– sin rebajar las ratios, habilitar nuevos espacios o reorganizar grupos. Además, ha limitado la contratación de profesores a 1.500 extra, que solo estarán en nómina hasta diciembre. Aunque en un primer momento otras comunidades barajaron la opción de sumarse al 'modelo murciano', paulatinamente lo fueron descartando, y solo seis decidieron mantener un formato similar (aunque en algunos casos voluntario) a partir de segundo de la ESO. Así, todos los alumnos españoles de Infantil y Primaria van a clase todos los días, y son solo los de Murcia los que tienen limitada la asistencia.

Los de 13 años en adelante, también se turnan para ir al centro educativo en Asturias, Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Andalucía y Madrid. En el resto, han logrado encajar a todos los estudiantes de enseñanzas obligatorias todos los días. Otras, como Galicia y Valencia, han limitado la asistencia solo para los alumnos de Bachiller y FP.

¿Como lo han hecho? Aunque el contexto sanitario es el mismo para todas las regiones, es cierto que otros factores económicos y demográficos han podido influir en la decisión. Entre las comunidades que han apostado por la presencialidad total, destacan las más ricas, como el País Vasco y Navarra. También figuran en esa lista regiones como Extremadura y Castilla y León, que han perdido alumnos en los últimos años y soportan menor presión asistencial en los centros. Pero además otras que han podido organizarse contratando a más docentes (11.000 en Madrid o 5.000 en Valencia)o rediseñando turnos de asistencia como los aplicados en Extremadura y Valencia, donde los alumnos de Bachillerato y FPvan a clase por las tardes para rebajar los aforos en los institutos por las mañanas.

La anomalía murciana preocupa, y mucho, a la comunidad educativa, inquieta por la irremediable reducción de contenidos que estudiarán los escolares de la Región y agobiada por el complejo reto a la conciliación familiar que el modelo plantea. «Se está hurtando el derecho a la educación de los alumnos murcianos, algo que solo es posible con un formato presencial. Y a las familias, la tranquilidad de que sus hijos vayan a clase todos los días. En lugar de eso, tienen que hacer encajes complicadísimos para dejar a los niños, si es que pueden, atendidos», denuncia Francisca Martínez, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA).

La semipresencialidad, temen los expertos, ahondará la brecha de los alumnos murcianos con respecto a la media nacional de abandono escolar, ya superior a los cinco puntos. «Es evidente que el formato repercutirá en el nivel de competencia de los estudiantes murcianos. Tendrá su reflejo en PISA», advierte Andrés Escarbajal, profesor de Didáctica y Organización Escolar e investigador de la Facultad de Educación de la UMU.

Desigualdad sobre desigualdad, no todos los alumnos murcianos están este curso en las mismas condiciones. Los más desfavorecidos social y económicamente tienen más dificultades para seguir el ritmo telemático, ya sea porque sus padres trabajen y no puedan atenderles o porque les falten medios. «Los más vulnerables están en clara desventaja; hay miles de escolares que no pueden tener a sus padres ayudándoles en casa», denuncia el secretario general de la Federación de Enseñanza de CC OO, Nacho Tornel. Como Francisco Espinosa, de Anpe, advierte de que el modelo favorece una educación a distintas velocidades dentro de la misma Región, y reclama a la Consejería de Educación que se replantee su decisión y retorne al modelo de clases presencial «como en casi todas las comunidades, con desdobles y más profesores».

Las más de tres semanas de semipresencialidad ya han permitido a los docentes tomar conciencia de que, con menos días lectivos, resulta inviable impartir todo el temario. «Es imposible, todos los días faltan alumnos. Los tiempos de explicación son además más cortos, porque hay que introducir lo tratado el día anterior a los niños que no asistieron», apunta Mariola Sanz, presidenta de la Asociación de Directores de Colegios de Primaria. La organización en los centros, advierte Toni Arias, director del colegio Joaquín Carrión Valverde de San Javier y Maestro del Año en 2018, supone un «encaje de bolillos diario. Hay asignaturas que solo se imparten uno o dos días, como Música y Francés, y hay que adaptar el horario para que todos los alumnos las puedan recibir».

Las tasas de abandono y fracaso escolar, en las que Murcia ya figura a la cabeza, se resentirán, a juicio del diputado socialista Antonio José Espín, con la semipresencialidad. «El coste será elevadísimo; si ya estábamos mal, estaremos peor», denuncia Espín, quien dice no entender «el empeño de la Consejería de Educación. Si todas las comunidades han podido empezar el curso presencial en Primaria, ¿por qué no Murcia», cuestiona. La respuesta, apunta el presidente de la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa), Alberto González Costea, no podrá valorarse hasta dentro de unos meses, cuando sea posible «evaluar el impacto sanitario que ha tenido la vuelta a las aulas en toda España».