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la verdad
Miércoles, 20 de marzo 2019, 13:08
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Colorida, brillante y divertida. La purpurina es un complemento fantástico para cualquier disfraz se emplea incluso en el maquillaje que se luce en ocasiones especiales como Nochevieja. Sin embargo, el carácter perjudicial de este elemento es desconocido para muchos que creen que desaparece para siempre cuando lo eliminamos de la piel.
Cuando nos desmaquillamos, la purpurina pasa a formar parte del medio marino, donde permanecerá durante décadas. Estas micropartículas de plástico y metal permanecen inalterables en nuestros mares y océanos, perjudicando a especies animales y vegetales y contaminando las aguas.
De este modo, la purpurina que desechamos vuelve a nosotros. Acaba en nuestra comida y, en consecuencia, en nuestro organismo ya que podemos consumirla a través del pescado o aves que forman parte de nuestras comidas. Probablemente, estos animales hayan ingerido las micropartículas presentes en el medio por error.
Ante este hallazgo, la investigadora asociada del Centre for Ecology and Hydrology de Gran Bretaña, Alice Horton, ha insistido en la necesidad de investigar a fondo la composición de los microplásticos de la purpurina y sus consecuencias medioambientales.
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