Celebra el Día contra el Desperdicio de Alimentos: 20 recetas de aprovechamiento más allá de las croquetas
En 2024 se desecharon más de 1.000 millones de kilos de comestibles en los hogares españoles, algo tan sencillo como planificar el menú y usar la comida sobrante en nuevos platos puede reducir esta cifra drásticamente
Lunes, 29 de septiembre 2025
La comida no se tira. Esto es algo tan universal y evidente que no debería requerir explicación, pero la realidad de los datos merece una reflexión. Según un informe del Ministerio de Agricultura y Pesca, en los hogares españoles se han desperdiciado más de 1.000 millones de kilos de alimentos en 2024. A nivel mundial, el 40% de la producción de alimentos se desperdicia anualmente.
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Este lunes 29 de septiembre se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. Su objetivo es visibilizar y promover la reducción de la pérdida y el despilfarro de comida, un problema global con graves consecuencias ambientales, económicas y sociales. Cuando desperdiciamos alimentos, también malgastamos toda la energía y el agua que se requieren para cultivarlos, cosecharlos, transportarlos y empacarlos.
Las causas de este problema son muchas y variadas, desde problemas previos a la cosecha a la falta de infraestructuras adecuadas, la mala gestión en productos frescos o preparar cantidades de comida excesivas. Afortunadamente cada vez hay más campañas de concienciación para evitar este derroche, los comercios fomentan la venta a granel para adaptar las cantidades a las necesidades de cada cliente y aplican descuentos especiales a productos en liquidación.
Reducir el desperdicio en el hogar
Los pequeños gestos pueden suponer grandes cambios. Ante la situación descrita son varias las acciones que el ciudadano medio puede poner en práctica para reducir el desperdicio alimentario. Aunque son los organismos oficiales y las grandes empresas y cadenas comerciales las que deben poner medidas para controlar el derroche y evitar lo absurdo de que sobren alimentos en algunas partes del mundo y en otras haya hambrunas, es en los hogares donde se puede llevar a cabo la verdadera revolución antidesperdicio.
Siguiendo una serie de parámetros sencillos se pueden reducir los deshechos de forma considerable. Algo tan sencillo como planificar el menú y con ello la lista de la compra evitará adquirir productos que no se vayan a consumir. Antes de hacer la compra hay que revisar la despensa y hacer un presupuesto, a la hora de echar los artículos al carro es conveniente fijarse en la fecha de caducidad y prever cuándo se van a utilizar. Si los alimentos están correctamente almacenados se conservarán mejor y si se usan primero los más antiguos evitaremos que caduquen escondidos en el fondo del armario.
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Una vez cocinados, los alimentos pueden tener una segunda vida. La comida sobrante se puede guardar, congelar y volver a aprovechar. Las recetas de aprovechamiento son tan antiguas como la historia y han permitido la supervivencia de la población cuando las condiciones de vida se han vuelto adversas.
Recetas de aprovechamiento
Hay mil y una formas de aprovechar los restos de comida sobrante. Dependiendo del alimento en cuestión y de si ha sido ya cocinado o es un producto olvidado en el fondo del frigorífico se puede someter a distintos procesos que evitarán que acabe en la basura.
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Pan
El alimento estrella aquí es el pan. Nunca hay que desechar los restos de pan del día anterior, si tirar la comida es un pecado, así, en general, tirar el pan es un sacrilegio. Se pueden hacer varios tipos de postres o incluso una contundente comida con el pan duro.
La primera receta para celebrar este Día contra el Desperdicio Alimentario son las torrijas (1). Solo necesitas leche, huevo, azúcar y aceite. Se corta el pan a rebanadas, se moja en leche y huevo, se fríe en abundante aceite caliente y después se reboza en azúcar. Se puede añadir un toque de canela y lo que estaba a punto de terminar en el cubo de desperdicios se ha convertido en un delicioso postre.
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Otro postre, pudin de pan (2). Con los mismos ingredientes: leche, huevos y azúcar. Se trocea el pan y se pone en un bol. En un cazo se calienta la leche con el azúcar y se echa sobre el pan. Se baten los huevos y se añade a la mezcla, se tritura todo y se mete al horno en un molde untado con caramelo líquido. En poco más de una hora de cocción estará listo. Se puede añadir esencia de vainilla o un chorrito de anís para darle más sabor. El pudin también se puede preparar con restos de bizcocho o magdalenas, aquel que no ha probado un pudin hecho con restos de roscón de Reyes se ha perdido uno de los grandes placeres de la vida.
Si lo que necesitas en un plato de comida contundente las migas (3) te pueden salvar un menú. Agua, aceite, sal y lo que quieras incorporar. Se remoja el pan con agua, se pone aceite en una sartén con unos dientes de ajos y se fríe el pan hasta que las migas estén doradas. Se le puede añadir panceta, chorizo o sardina fritas. Acompañadas con uvas y otras frutas o incluso chocolate es un placer para el paladar.
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Otro plato contundente es la sopa de ajo (4). Hay que pelar y trocear un puñado de dientes de ajo, freírlos en aceite de oliva, añadir el pan duro troceado y un poco de pimentón y cubrir de agua o caldo de verduras. 20 minutos después ya tenemos un plato de cuchara. Si le cascamos unos huevos poco antes de apartar el fuego tendremos un plato de lo más completo.
Si todavía sobra pan se pueden preparar unos huevos tontos (5). Leche, huevo, ajo, perejil y pimienta. Se mezcla con el pan, se moldea con una cuchara dándole forma de huevo y se fríe. Un aperitivo de lo más sencillo.
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Pan rallado para rebozados, frito mezclado y triturado con yema de huevo para engordar un caldo de potaje, como sopas en un vaso de leche caliente. Nunca más terminará el pan en la basura.
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2
Fruta
Si la fruta empieza a madurarse demasiado se puede usar para hacer batidos o mermelada. Se puede hacer mermelada (6) con casi cualquier fruta, cuanta más pulpa tenga mejor. Solo es necesario añadir azúcar y jugo de limón, cocer en un recipiente al fuego hasta conseguir la consistencia deseada y envasar al baño maría para su correcta conservación.
La fruta madura también se puede aprovechar para hacer tartas (7). Sólo necesitas una lámina de hojaldre o de masa quebrada, untar con una capa de crema pastelera y poner encima troceadas en láminas manzanas, plátanos, fresas, kiwis, melocotones o cualquier fruta que queramos aprovechar. Se pinta con huevo y al horno unos 20 minutos.
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3
Verduras
Si lo que empieza a ponerse pocho son verduras se pueden usar para preparar un caldo (8) que posteriormente aportará sabor a cualquier otro plato. Añadido a nuestra sopa de ajo añadirá aroma y nutrientes. Cocidas servirán para hacer cremas (9) que, con un poco de queso, pueden solucionar una cena.
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4
Restos de guisos
Estaban tardando en aparecer las recurridas croquetas (10). Las más populares son las preparadas con los restos del cocido. Ponemos mantequilla en una sartén, añadimos las sobras del cocido troceadas y freímos, después harina, leche y una pizca de nuez moscada. Para moldear las croquetas es conveniente que la mezcla esté fría. Se rebozan (en el pan duro que hemos rallado y que no hemos tirado a la basura) y se fríen.
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Se puede usar casi cualquier cosa para hacer croquetas, restos de carne de la salsa de ternera de ayer, el bacalao del potaje de ayer, las setas del revoltillo de ayer, la magra del estofado de ayer, la merluza de la salsa de ayer...Todo lo anterior también se puede reutilizar como complemento o guarnición a un plato de pasta o arroz cocido.
Otra receta de aprovechamiento para los restos del guiso puede ser el pastel de carne a la parmentier (11). Se coloca en un a bandeja de horno la carne sobrante desmenuzada con un poco de salsa de tomate o los restos del pisto de la cena de ayer. Se cubre con puré de patatas, pan rallado (otra vez) y mantequilla o queso. Al horno hasta que gratine y listo.
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En esta sección no podía faltar la 'ropa vieja' (12), que no es más que los restos del cocido rehogados en una sartén con aceite de oliva y un diente de ajo machacado.
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5
Pasta cocida
Con el plato de espaguetis que nos ha quedado (porque el invitado que esperábamos al final no se ha presentando) podemos hacer hasta tres nuevas recetas: pasta repasada (13), como la 'ropa vieja', sólo hay que freírlo en una sartén con un poco de aceite, quedarán crujientes y deliciosos. Tortilla de pasta (14), como en la receta anterior, se fríen en una sartén con aceite y se añade huevo batido formando una tortilla. Y buñuelos de pasta (15), para los que hay que coger la pasta fría y mezclarla con leche, harina y huevo hasta que no queden grumos, luego se fríen en aceite dándoles forma redonda con ayuda de una cuchara, se pueden acompañar de ketchup o salsa barbacoa.
Si nos han sobrado tallarines cocidos porque nos hemos pasado con la medida podemos reutilizarlos para hacerlos fritos con pollo y verduras (16). Tras cortar el pollo en tiras y remojarlo en salsa de soja, lo freímos en un wok junto a las verduras que nos queden en el frigo cortadas también a tiras, añadimos los tallarines y salteamos todo junto.
Los macarrones cocidos se pueden añadir a una ensalada de pasta (17) en la que puede caber casi cualquier cosa que encuentres en el frigo o la despensa: atún, espárragos, tomates, lechuga, manzana, queso, maíz dulce, aceitunas, alcaparras... Es una receta ideal para acabar con todos los restos que te encuentres.
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6
Arroz cocido
Otra vez te has pasado con la medida del arroz. No pasa nada, con ese excedente se puede preparar un arroz frito con verduras (18). Sólo tendremos que saltear verduras troceadas en una sartén con un poco de salsa de soja, añadir el arroz y quizá añadir también un huevo para darle un toque de sabor.
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Las tortitas de arroz (19) son un acompañamiento perfecto para una cena ligera con un poco de fiambre o aguacate. Con el arroz cocido de ayer, un huevo y pan rallado (¡no tires el pan!). Tan sólo hay que mezclar todo, darle forma de tortillas planas y freírlas con un poco de aceite.
Y por último, buñuelos de arroz (20). Si te ha sobrado parte del guiso con arroz de ayer puedes reciclarlo añadiendo huevo y harina y revolverlo hasta formar una pasta. Con ayuda de una cuchara damos forma a los buñuelos y a la sartén.
Y así hasta el infinito. Estas 20 recetas son sólo un ejemplo de cómo emplear la comida sobrante, pero el número puede ser tan alto como lo permita la imaginación. Ya no quedan excusas, gracias a la cocina de aprovechamiento podemos aportar nuestro granito de arena al bienestar mundial. El planeta y el bolsillo lo agradecerán.
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