Cómo hacer torrijas de Semana Santa

Las torrijas al horno son, sin duda, uno de los dulces más característicos de la Semana Santa. Se trata de un postre de origen humilde, barato y fácil de preparar que además resulta muy útil para aprovechar el pan duro.

En primer lugar hay que cocer a fuego medio en un cazo medio litro de leche entera con un cuarto de kilo de nata para montar, un poco de canela, ralladura de limón y/o naranja, sin dejar que llegue a hervir. Cuando llevue un rato la mezcla se puede añadir edulcorante, azúcar o miel, al gusto.

Mientras se calienta la mezcla, se corta el pan en rebanadas de unos 3 centímetros de grosor y se colocan, separadas entre sí, en una fuente. El pan puede ser del día, pero se suele aprovechar el pan sobrante del día anterior, ya que al absorber la leche se reblandece.

Una vez dispuestas las rebanadas, se cubren con la mitad de la mezcla del cazo, se cubren con papel film y se dejan reposar dos horas, tras lo cual se les da la vuelta, se añade la otra mitad de la leche y se vuelven a dejar reposar.

Cuando el pan haya absorbido completamente la leche, se baten dos huevos y con ellos se les da una capa fina a las torrijas. Tras este último paso, se colocan en la bandela del horno, cubiertas de papel para evitar que se peguen, y se hornean a 180 grados durante 8 minutos por cada lado. Nada más sacarlas del horno, antes de que se enfríen, se les espolvorea por encima azúcar y canela. También se les puede echar un poco de miel si así se desea.

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