Así afecta a tu cerebro estar dos semanas sin internet en el móvil
En algunos casos, este detox es más beneficioso que tomar antidepresivos
¿Vives enganchado al móvil? No eres el único. Los últimos estudios aseguran que los españoles pasamos una media de 6 horas diarias consultando nuestros ' ... smartphones', cifra que se eleva por encima de las 7 horas en el caso de la Generación Z (los nacidos entre finales de la década de los 90 y comienzos de la de 2010). Incluso los mayores de 60 años invierten más de 3 horas al día en WhatsApp y en las distintas redes sociales. Todo ello deja claro el impacto que las nuevas tecnologías tienen en nuestra vida cotidiana.
Pero por si no fueran suficiente estos datos, vamos con otros más. Un grupo de investigadores de las Universidades de Alberta, Georgetown, Texas, Boston y la Columbia Británica decidieron comprobar qué ocurre si desactivamos la conexión a internet de los smartphones (tanto por WiFi como a través de datos móviles) durante un periodo de dos semanas. Dado que la conectividad constante supone la función más adictiva de estos aparatos, el equipo comandado por Noah Castelo sospechaba que un programa de desintoxicación exprés conllevaría múltiples beneficios para la salud mental de sus participantes. No se equivocaba.
El estudio, cuyos resultados se publicaron en la revista científica 'PNAS Nexus', reclutó a 467 personas (la mayoría adultos jóvenes) y les pidió que instalasen una aplicación que bloqueaba la conexión a internet de sus móviles. Podían seguir usándolos para contestar llamadas y recibir mensajes de texto –además de acceder a la red desde otros dispositivos, como ordenadores o tablets–; la única condición indispensable era no desinstalar la app, lo que estaba perfectamente monitorizado.
El experimento transcurrió durante un mes. Los participantes fueron divididos en dos grupos: el primero se mantuvo desconectado las dos primeras semanas y el otro la quincena siguiente, de forma que pudiesen contrastarse los resultados y así extraer conclusiones fidedignas. Por supuesto, no todo el mundo fue capaz de seguir las normas –apenas un 25% de la muestra se mantuvo fiel a la promesa de mantenerse offline, al menos, 10 de los 14 días convenidos–, pero todos ellos manifestaron mejoras evidentes.
Entre ellas, destacó una mejora de la atención sostenida equivalente a un rejuvenecimiento cerebral de diez años; un mayor bienestar subjetivo (los involucrados se decían mucho más satisfechos con su vida) y un salto de peso en la salud mental, al reducirse los síntomas propios de la ansiedad, la depresión, la ira o la disfunción social. Es más, esta reducción fue significativamente superior a la conseguida en estudios clínicos basados en la toma de antidepresivos.
Castelo explica que «el 91% de los participantes mejoró en al menos una de estas tres áreas» y que dichos beneficios persistieron «incluso después de que recuperasen la conexión a internet en sus móviles». En muchos casos, además, los tiempos de uso diarios de estos dispositivos se redujeron de forma considerable. Esto da a entender que, una vez se han percibido los efectos positivos de reducir la dependencia tecnológica, uno apuesta por seguir haciéndolo de motu proprio.
En el día a día, dichas manifestaciones se traducen en pasar más tiempo al aire libre (socializando cara a cara, leyendo o practicando actividad física); aumentar las horas y la calidad del sueño; sentirse más presente (conectado a los demás) y con una mayor capacidad de autocontrol. Y es que, antes del estudio, algunos de los sujetos se quejaban de no llevar una vida real; de estar sumidos en el aburrimiento fruto de hacer 'scroll' en las pantallas de sus dispositivos en busca de noticias o vídeos que rara vez les aportaban algo.
Los investigadores reportaron, finalmente, otras dos conclusiones de interés: las personas diagnosticadas con TDAH fueron las que más capacidad de concentración ganaron al ausentarse de la red de redes; y quienes presentaban un alto nivel de 'FOMO' ('Fear of missing out' por sus siglas en inglés, el miedo a quedar al margen de su entorno por no estar en internet) mejoraron más que los demás en bienestar y salud mental al no compararse todo el rato con otros.
Pruébalo tú mismo
Visto lo visto, quizá sea el momento de poner en práctica el experimento y ver qué notamos nosotros. No necesitamos a ningún investigador para ello. Podemos hacerlo de forma manual, desactivando tanto la conectividad wifi como los datos móviles y usando el teléfono únicamente para las comunicaciones imprescindibles. Si queremos usar internet, lo haremos exclusivamente en dispositivos que no tengamos tan a mano (encender el ordenador expresamente para consultar el correo o el extracto del banco resulta más eficaz para nuestra causa de lo que parece).
Si no tenemos la suficiente fuerza de voluntad, siempre podemos recurrir a aplicaciones diseñadas específicamente para bloquear la conexión o restringir el tiempo durante el que pueden usarse ciertas apps. Algunas de las más populares en Android son 'AppBlock', 'Digital Detox' y 'Stay Focused'; mientras que en iOS se recomienda 'Freedom' o la herramienta 'Tiempo de uso', incluida de forma nativa dentro de la sección de 'Ajustes'.
Como último recurso, también podemos apagar nuestro 'smartphone' y desempolvar ese viejo móvil que guardamos en un cajón es una opción infalible para realizar llamadas, contestar SMS y poco más con una pantalla entre manos. Con este experimento quizá nos demos cuenta de que nuestro enganche es mayor del que pensábamos y de que no nos hace ningún bien.
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