Eduardo Guerrero: «Mi baile nace del sacrificio, la honestidad y el esfuerzo»

En 2011 se hace con su primer galardón, el Premio Concurso Coreográfico Conservatorios Profesionales, gracias a su coreografía 'Mayo', con la que arranca su carrera en solitario. Después de ese reconocimiento llegó en 2013 el premio 'Desplante' otorgado por el Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión, y le siguen varios más. Este reconocimiento le hará volver a tierras mineras este verano para demostrar que el paso de los años le ha servido para profesionalizarse y ser una versión mejorada. El 5 de agosto, el bailaor actuará junto a David Palomar y Ricardo Fernández del Moral sobre el escenario de La Unión, en un viaje que promete ser fascinante a través de la riqueza del flamenco, desde las apasionadas tierras de Cádiz hasta las vibrantes costas de Levante, una travesía que abarca la majestuosidad de Andalucía y que llega hasta la tierra agujereada de La Unión. Una producción de SO-LA-NA con el Festival del Cante de las Minas.

–¿Cómo descubre el baile?

–Yo comienzo a bailar por pura casualidad, a los 6 años, en una de mis habituales visitas a mi abuela. Ella vivía en un primero, y en el bajo había una escuela de flamenco. Un buen día, antes de subir al piso, me quedé prendado en los barrotes de la ventana de la escuela. Le dije a mi madre y a mi abuela que quería bailar. Cuando regresé a la casa de mi abuela ya me había comprado los zapatos, bajé con mi madre, y así descubrí este maravilloso mundo del arte. Recuerdo que me quedé sentado observando todo lo que ocurría a mi alrededor, me parecía alucinante. Fue como un flechazo directo al corazón.

–¿Qué lugar reserva en su vida para el flamenco?

–Es mi único vehículo para transitar por la vida, es la forma con la que mejor me expreso, cuando me subo al escenario, cuando realmente me siento feliz al completo, donde puedo mostrar mis sentimientos. Soy un artista que ha luchado y se ha creado su propio contexto, que ha investigado sobre el arte... No es que me sienta completo, porque la vida debe seguir sumando experiencias, pero a nivel personal estoy muy tranquilo, porque he logrado mantenerme en un mundo muy complicado como es el del arte, con muchas giras a mis espaldas, y con un sello personal marcado, y con mucho trabajo por delante.

–¿Cómo es su duende?

–Mi baile nace de la sinceridad, de la honestidad del arte y del flamenco. Desde el sacrificio y el esfuerzo por hacer lo que uno cree fervientemente. Lo que te rodea también es importantísimo, porque no estás tú solo sobre el escenario, te acompaña un equipo. Mi forma de trabajar me ha dado la oportunidad de trabajar con artistas como Mario Maya, Aida Gómez, Eva Hidalgo y Antonio Canales. Para explicarlo de una forma sencilla, meto todo estos ingredientes en una batidora, y el jugo que queda es Eduardo Guerrero, que se ha nutrido de grandes artistas. Ellos han entrado en vena en mi cuerpo, y cuando me pongo a crear un espectáculo o un baile siempre aparecen muchas imágenes de ellos.

–Está recién llegado de su gira, ¿cómo resultó la experiencia?

–Estoy muy contento, hemos estado en Albuquerque presentando 'Bailar no es solo bailar', es un espectáculo que se presentó en el Festival de Jerez, y la verdad es que ha tenido una acogida maravillosa. El público lo ha recibido con mucho cariño, es una pieza muy especial. Habla sobre las emociones, cómo se enfrentan y conviven en un escenario, es maravilloso poder hablar de algo tan humano como el odio, la ira, el nervio, la inocencia... Es un tema que se acerca a cualquier persona. Ahora nos vamos a Almería, México, Madrid..., así que bueno, tenemos un largo recorrido por delante, me hace sentir que estamos haciendo un buen trabajo.

–¿Y cómo lleva pasar tantos días fuera de casa?

–Para mí eso es lo de menos, porque viajar es algo muy enriquecedor, puedes convivir con personas diferentes, enseñas tu trabajo a otro tipo de público. Aunque también debo decir que estar todo el día para arriba y para abajo puede llegar a ocasionar conflictos, por los horarios, por el estrés... Pero no es lo más desagradable que tiene el mundo artístico, ya que gracias a estar en continuo movimiento aprendes de otras culturas y países, otras formas de ver la vida, puedes ver cosas que te pueden causar un tristeza profunda pero también preciosas.

–El 5 de agosto vuelve a La Unión.

–¡Sí! Tengo muchísima ilusión y necesidad de que vean la evolución que he tenido desde aquel 2013, cuando gané el premio 'Desplante', ya que no he vuelto a pisar el escenario del Cante de las Minas. Voy a ir muy bien rodeado de grandes artistas, a los que admiro, se va a generar una gala muy flamenca y muy enriquecedora para todos, ya que vamos a poder convivir con los cantes de Cádiz, del Levante, a través de estos grandes artistas. Será una noche maravillosa que se quedará en el recuerdo para todos.

–¿Nos puede adelantar algún detalle de esa esperada actuación?

–Será una producción de SO-LA-NA & Las Minas, yo la he concebido como una gala de flamenco donde voy a compartir con grandes compañeros como el cantaor David Palomar, y el también cantaor y guitarrista Ricardo Fernández del Moral. Vamos a disfrutar de varias vertientes de cante y eso es ya un lujazo.