Anabel Úbeda: «A los jóvenes se nos ve como personas incultas e incapaces»
ESTÍO A LA MURCIANA ·
La joven poeta ha volcado dos años de vida y emociones en su primer poemario: 'Visiones del refugio azul'De niña, Anabel Úbeda (Cartagena, 1994) solía viajar en caravana. Lo hacía en familia, recorriendo la costa de las provincias vecinas, donde entonces, dice, había « ... mayor concentración de campings». Hace años que no lo hace. La vieja caravana familiar ya no está para echarse a la carretera. De hecho, «ya no está para nada», sonríe la joven poeta. Recuerda aquellos días porque esa idea de viajar sin rumbo y ataduras le gustaba. También, los bailes y los karaokes de los que le permitía disfrutar el viaje en ese vehículo. De aquella época conserva las ganas de reír y de hacer el tonto sin miedo a que la juzguen. No ha sido fácil. A todo, reconoce, le ayudó escribir 'Visiones del refugio azul' (Boria Ediciones, 2019), su primer poemario. En él vuelca dos años de vida y emociones.
-¿Cómo está?
-Es un momento complicado. Siento como que todavía no sé dónde estoy ni cómo va a continuar todo. Justo antes del confinamiento me quedé sin trabajo [Úbeda es licenciada en Filología Hispánica y profesora interina en la Región]. Estaba haciendo una sustitución y se acabó. Ni siquiera llegué a teletrabajar. Ahora he empezado a hacer deporte.
-¿Llevó bien la desescalada?
-Al principio me lo tomé con calma. Pero en mi zona, a los dos días ya había un montón de tráfico. No veo nada que haya cambiado sustancialmente.
-¿Qué le parece extraño?
-Noto a la gente más desubicada. Quienes no estamos activos laboralmente o a quienes se nos ha truncado todo no sabemos muy bien qué hacer, dónde buscar trabajo o si va a haber.
-¿Está escribiendo?
-Hace poco terminé unos haikus que no sé si van a entrar en una antología de una editorial asturiana. Sí, estoy escribiendo, pero muy lento y sin prisa.
-¿A qué cree que se debe?
-Supongo que son momentos. Tengo amigos que no han escrito en tres meses y ahora van a cinco poemas al día. Yo llevo otro ritmo. Necesito encontrar una idea o dos o tres palabras que me hagan clic.
-¿Qué palabras le inspiran?
-Las que nunca utilizaré, estoy segura, son confinamiento y desescalada [ríe]. Me gustan las palabras raras. Con ellas desarrollo más el expresionismo.
-Póngame un ejemplo.
-Algarabía, aulaga, venusto... En el libro ['Visiones del refugio azul'] hay muchas, y a algunos les ha gustado pero otros me han criticado mucho. Decían que no era clara y muy hermética, una palabra que se utiliza mucho y no entiendo por qué. ¡Qué manía!
-¿Cree que en alguna ocasión sí le ha definido, que sí ha sido hermética?
-Quizá en ese momento de mi vida en el que escribí el libro podía haberlo hecho, porque no era yo misma. Acababa de terminar los estudios, me había puesto a prepararme las oposiciones para profesora y tenía un cacao tremendo. Pero ahora no. Ahora no estoy en el momento de esconder lo que siento, sino de expresarlo de una forma hermosa.
-¿Concibe el verano como una buena época?
-Para mí es una pausa, y sobre todo este, en el que ni siquiera creo que pueda viajar. En verano no puedes centrarte en nada que suponga un gran esfuerzo mental, por eso es un buen momento para leer, para salir a andar, para ir a la playa...
-¿Qué verano recuerda especialmente?
-Los veranos de niña, cuando viajaba en caravana con mi familia. Me gustaba conocer gente que quizá solo veía dos días, los bailes, los karaokes...
-¿Se sigue reconociendo en aquella piel?
-En el modo de reír y de hacer el tonto sin que me dé vergüenza, sí. Eso lo he recuperado. Otras cosas no, porque entonces era muy chillona y llorona, y eso ya no.
En tragos cortos
-
Una sitio para tomar una cerveza Rhapsody Pub, en La Manga
-
Una canción 'Dinamita', de La Bien Querida
-
Un libro para el verano 'Regreso al infinito', de Josefina Soria
-
¿Qué consejo daría? Respire hondo antes de tomar una decisión
-
¿Cuál es su copa preferida? Mojito
-
¿Le gustaría ser invisible? Ya no
-
Un héroe o heroína de ficción Catwoman, prefiero los antagonistas
-
Un epitafio No tengo
-
¿Qué le gustaría ser de mayor? Profesora
-
¿Tiene enemigos? Solo ellos lo saben
-
¿Qué es lo que más detesta? La hipocresía
-
Un baño ideal Calblanque
-Dice 'he recuperado'...
-Sí. Cuando estaba en Secundaria y en la Universidad me convertí en una persona tremendamente seria. El 'bullying' [lo sufrió en su etapa adolescente] te convierte en alguien que no quieres ser, y aunque en la Universidad era un poco más abierta, no terminaba de encontrarme a gusto. Estos últimos años me propuse acabar con todo eso.
-¿Qué hizo clic?
-Publicar el libro y darme cuenta de que la imagen que estaba proyectando de mí no era la que me definía. En las presentaciones estaba muy seria. Cuando me veía, me decía: '¿Pero me he reído en alguna?, ¿me lo pasado bien?'.
-«Una persona nunca deja de sorprenderse a sí misma». Es una frase suya. ¿De qué se ha sorprendido usted?
-Si antes tenía una capacidad impresionante para crear un verso complicado, ahora me sorprende la capacidad que tengo de simplificarlo sin que quede muy 'mainstream'.
-¿Qué le da miedo?
-Las pérdidas. No tanto perder a mi gente, porque sorprendentemente hay ya un proceso que llevo bien, pero me cuesta mucho consolar a los demás. Igual soy muy fría, pero no me sale. También me da miedo que las cosas se compliquen hasta el punto de que no podamos expresarnos libremente u organizar eventos para ello.
-¿A qué se refiere?
-Los jóvenes no tenemos espacio para expresarnos, al menos eso es lo que pienso que está ocurriendo en Cartagena. Que, o estás en una asociación o en un colectivo que esté conectado con el Ayuntamiento o incluido en algún evento conectado con él, o no tenemos espacios, porque para cualquier actuación musical, incluido cuando un poeta coge un micro y le acompaña una guitarra, la normativa municipal obliga a tener una licencia de discoteca que es muy costosa para los hosteleros. Y eso impide que tengamos espacios privados para expresarnos. Esto en Murcia no ocurre.
-¿Qué lección ha aprendido de sí misma?
-Que hay que tomarse las cosas con más calma y no adoptar decisiones apresuradas. Parece un tópico después de la cuarentena, pero es así.
-¿Qué decisión debió, quizá, reflexionar más?
-Preparar mi oposición. Me puse con ella nada más acabar de estudiar. A mí me encanta ser profesora, pero nadie te avisa de la carga psicológica y física que conlleva ponerte con una oposición.
-¿Qué huella le dejó?
-Anímicamente, hay días que te levantas y ya sabes que no vas a poder ponerte a memorizar y optas por la práctica; otras veces lloras... Es muy duro y muy inseguro también.
-¿Qué metas tiene?
-Lograr un trabajo medianamente estable que me deje tiempo para dedicarme a la cultura, y ayudar a construir, que es lo que hace falta, y no destruir.
Amistad sincera
-¿Qué le han dicho últimamente que le haya hecho sonreír?
-Un amigo poeta me dijo que tenía que animarme a editar de nuevo porque era muy buena. También me han dicho que soy muy buena profesional.
«No he tenido más remedio que ponerme máscaras, hasta que me di cuenta de que era inútil hacerlo»
-¿Llorar es sano?
-Sí. No hay que tener miedo a expresar las lágrimas. En literatura, aún cuesta mucho que las emociones salgan como deben de salir.
-¿Cree en la amistad sincera?
-Sí. Yo tengo amigos sinceros porque tengo muy pocos, y esto es algo que también notas con los años. No tienes que aparentar nada ni te sientes continuamente juzgada o criticada, sino que puedes expresarlo todo.
-¿Se ha puesto muchas máscaras?
-Yo sí, pero no tenía más remedio que ponérmelas. Cuando me la quitaba me criticaban, y cuando me la ponía, también. Al final iba poniéndome una máscara tras otra para ver si con alguna de ellas conseguía estabilidad social, hasta que me di cuenta de que era inútil.
-¿Con qué no está reñida la juventud?
-El sistema educativo ha creado dos tipos de juventud, pero se ve más a la que no evoluciona o a la que no se ha autoformado. Creo que se nos ve como personas incultas, y a veces incapaces o no profesionales, como que siempre nos tienen que mostrar el camino. He escuchado mucho eso de «la universidad no es como antes»; evidentemente los planes de estudio son distintos, pero eso no quiere decir que los alumnos por sí mismos no evolucionen.
-¿Qué tiene pendiente de celebrar?
-Nada, por suerte mi aniversario fue justo después del confinamiento.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión