La espectacularidad de la fe en la Región

La Región de Murcia se envuelve esta semana en la fe de una de las épocas más especiales para este territorio: la Semana Santa. La liturgia se llena de matices en cada una de las localidades y municipios, involucrando a vecinos y visitantes para recrear la vida, muerte y resurrección de Cristo entre el olor a incienso, la solemnidad de las procesiones y los pasos y la belleza de las tallas.

Hasta el próximo domingo, la agenda de la Región gira en torno a la gran cantidad de actos que se suceden con motivo de esta celebración, que saca un patrimonio escultórico único a las calles, promoviendo la fe, la devoción y la conexión entre las personas que viven estas fechas como propias. Y es que en cada lugar, estas procesiones adquieren matices que las hacen únicas y las conectan con el territorio. En común, además del olor que impregna las calles desde los botafumeiros, están los caramelos y estampas, entre otros, con los que los nazarenos obsequian a quienes se acercan a contemplar cada una de las llamadas de fe.

Los 'coloraos' del Miércoles Santo o los 'salzillos' del Viernes Santo son dos de las citas imprescindibles en la capital murciana, con una Semana Santa declarada de Interés Turístico Internacional por su mezcla de lo artístico y espiritual, con tallas que muestran su excelente patrimonio escultórico. Con la misma declaración se encuentra la de Cartagena, que alberga la primera procesión en salir de España, con desfiles pasionales que se distinguen por el perfecto orden de los penitentes, que marchan al son del tambor, además de por la flor y la luz de sus tronos y hachotes. Una pasión diferente vive Lorca, con sus grandes carrozas alegóricas, tiros de caballos y grupos ecuestres para recrear las escenas del Antiguo Testamento, con la rivalidad del Paso Blanco y el Paso Azul, entre arte y tradición.

Jumilla también goza del distintivo de Interés Turístico Internacional, con seis siglos de desfiles que la avalan, caracterizados por su riqueza artística, colorido, devoción, entusiasmo y tradición. Cuenta con un patrimonio excepcional con imágenes y tronos de gran valor artístico y una impresionante riqueza ornamental en estandartes, bordados, túnicas, y otros elementos procesionales, y tiene su origen en las predicaciones que realizó San Vicente Ferrer en Jumilla en abril de 1411.

En Las Torres de Cotillas, la Semana Santa es la tradición más antigua e importante del municipio, junto a las Fiestas Patronales, reflejando la evolución histórica de la antigua villa. La 'caramelada' de la procesión del Resucitado, protagonizada por los cofrades, es una de las grandes citas de estas fechas.

Santomera, cuyos desfiles se retoman al siglo XVIII, aúna la tradición, la cultura y la fe en sus calles durante estos días. En Lorquí, las imágenes de Salzillo Nuestro Padre Jesús Nazareno y La Dolorosa atraen las miradas de los devotos, siendo la única Semana Santa de la Región con los actos del Desenclavamiento y la Pasión Viviente.

De generación en generación pasa la participación en la Semana Santa de Yecla, transmitiendo de padres a hijos la tradición con cariño y pasión. Esculturas, mantos, tronos, nazarenos y estandartes protagonizan esta fiesta procesionista.

Totalmente diferente es la Semana Santa en San Pedro del Pinatar, con procesiones con sabor marinero en torno al Mar Menor que aportan una particularidad con respecto al resto de liturgias, y que atrae cada año a visitantes de dentro y fuera de la Región.

En un municipio u otro, una de las citas obligadas se da el Jueves Santo con la procesión del Silencio, donde la solemnidad reina y las calles se iluminan entre velas y hachotes. Un momento que rompe el domingo, con la alegría de la Resurrección, cerrando una semana de fe hasta el próximo año.