Shakira y las tres hermanas Brönte
Una palabra tuya ·
Que a lo mejor hay veces en las que por mucho que azote la rabia las caderas de oro es mejor guardar silencio, no digo ... yo que no se lo haya planteado Shakira misma, aunque en tal caso concluyamos que mandando al cuerno tal idea. Que no hay que ser Salomón para saber que en boca cerrada no entran moscas es algo que seguro que sabe incluso, espérese usted, la marquesa de Griñón, santa y 'socialité' por el mismo elevadísimo precio y que acaba de dar una lección de lo que es tragarse el orgullo y seguir haciendo caja, lo que Dios no ha unido no va a ser ella quien lo separe.
Habrá quienes no piensen que Shakira ha estado muy inoportuna, muy frívola y muy desafortunada a la hora de dirigirse a sus millones de seguidores en todo el mundo -porque esa es otra que nos indica, y acojona, por dónde va el mundo-, para dejar claro lo que siente ahora por quien no solo fue su gran amor, que eso al final quedaría entre ellos y ya, sino, y esa es la clave, el padre de sus todavía hijos pequeños y en proceso algo movido de educación. Porque he aquí que la cantante ha caído como una 'loba' y hecha un demonio del ritmo, pese a ese en ocasiones aspecto suyo de ángel de la guarda, sobre la imagen a menospreciar no ya de su ex, sino de la nueva compañera del hombre al que tanto amó.
No es él el objeto de su furia que más fuego herido recibe; al fin y al cabo, el futbolista, o exfutbolista, o lo que sea Piqué, es también un empresario de enorme éxito, y parece muy feliz y contento de haberse separado de la colombiana -he aquí otro padre ejemplar para la Humanidad, dicho sea de paso, proporcionándoles a sus hijos algunas imágenes de desatada pasión pública que tampoco habría pasado nada si se las hubiese ahorrado-.
No, Piqué parece dar por descontado que Shakira se pondría también en evidencia, e incluso de momento se lo toma con mucho humor. Total, si es que hablamos ya ve usted de Piqué, no de Ted Hughes, aunque también cuenta con sus millones de fieles, y de euros, y eso mientras el mundo gira y gira a lo Denise Rosenthal convirtiendo el día a día en un escenario muy complicado para esa mayoría abrumadora de no privilegiados.
Shakira se ha comparado a ella misma con un Rolex y a la nueva compañera de Piqué con un Casio. Se puede tener infinitamente mejor gusto pero no peor intención. Tirar a matar, ¡oh, las balas del rencor! Es evidente que no considera digna a la joven de ocupar el espacio que ella deja, con su aroma a riqueza y a fama universal. No importa que sus letras no estén escritas precisamente por ninguna de las tres hermanas Brönte, ni que cuando piensas en ella te venga su imagen subida a una bicicleta, no investigando en el Instituto Pasteur. Da igual, ha decidido que la joven catalana no es nadie, y sí un retroceso, un paso atrás, un error. Una chica normal, eso es lo que es. La chica de ayer y de hoy del padre de sus hijos, quien puede, no lo sé, que en plan Arthur Rimbaud forrado de euromillones y de seguridades decidiera que la monotonía es muy aburrida y que lo divertido es aceptar desafíos, abrirse a un nuevo amor. Es libre tener deseos: ser Indiana Jones, vender tu alma al diablo como Dorian Gray, ser unas veces el doctor Jekyll y otras veces Mister Hyde, no conformarse con tener menos buena fortuna que Mark Zuckerberg, no querer ver ni de broma a Risto Mejide...
Dulce hogar
Durante mucho tiempo, y recogiendo frutos en forma de dos hijos, se empeñaron en mostrar al cosmos el mucho gusto que les daba haberse conocido, aunque llegado un momento dramático se acabó el 'dulce hogar'. Piqué es otro al que le pasa lo mismo que a la española, que cuando besa es que besa de verdad. Primero dieron la vuelta al ruedo internacional sus gestos de cariño de alto voltaje emocional con Ibrahimovic, más tarde sus besos con la colombiana, y finalmente con su nueva pareja, que debería ser respetada por la cantante porque, entre otras cosas, y esta muy importante, va a pasar mucho tiempo junto a sus dos pequeños amores.
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