Ginés Mirón: «Se ha tratado de buscar en el cielo al culpable de las consecuencias de la DANA»
«Ahora hay riesgos que cuestionan el modelo de desarrollo basado en un consumo descontrolado de los recursos naturales», avisa el educador social y responsable de comunicación de Ametse
GINÉS S. FORTE
MURCIA
Martes, 17 de marzo 2020, 21:53
La pasión por los fenómenos atmosféricos le viene a Ginés Mirón (Murcia, 1975) del oficio que más ancestralmente lleva observándolos: el pastoreo. «Mi abuelo, que ... era pastor en la sierra de las Estancias, en Almería, y me hablaba de cómo interpretar las señales del cielo para saber si había que resguardar el ganado porque venía una tormenta», explica. Lo que para su ancestro «era cuestión de supervivencia» para este profesional de una cooperativa de atención a personas en situación de vulneración social se ha convertido en algo más que una afición. Mirón es responsable del programa Climascoy, de seguimiento climatológico y ambiental del parque regional de Carrascoy el Valle y responsable de comunicación de la Asociación Meteorológica del Sureste (Ametse), una organización social sin fines lucrativos que lleva casi doce años agrupando a aficionados a la meteorología de Murcia, Almería, Alicante, Albacete, Granada y Jaén.
–¿Percibe el cambio climático?
–El cambio climático se está percibiendo fundamentalmente en un aumento de las temperaturas a nivel global, algo que también está afectando al Mediterráneo y al Sureste peninsular. Este invierno es un buen ejemplo de esto, con temperaturas que en toda Europa han estado varios grados por encima de lo habitual. Es una tendencia que se viene repitiendo en los últimos años. También se percibe en la Región, donde se aprecia una disminución de los días con nieve en el suelo, por ejemplo.
«El único cambio posible es apostar por un sistema diferente, sostenible, que implique a todos»
–¿Qué otros cambios están notando en esta zona?
–Uno de los efectos más evidentes en los últimos años en la Región es el aumento de las noches tropicales, en las que las temperaturas mínimas no bajan de los 20 grados, en especial en zonas costeras y en fechas veraniegas. Esto incide en el denominado 'confort climático' y en que cada vez cueste más dormir en verano por las altas temperaturas nocturnas. El aumento de la temperatura del mar Mediterráneo está detrás de esa subida. En otros aspectos, como la precipitación, no se observa un descenso de las lluvias, aunque sí que parecen concretarse en menos días, pero con más intensidad.
–¿Esta zona del país actúa como laboratorio del cambio climático para otras similares del mundo como afirman algunos expertos?
–El Mediterráneo es una zona que está a caballo entre el clima subtropical árido del Sáhara y el Atlántico continental del norte de Europa. Es una zona de transición climática, y por eso precisamente cualquier clase de variación en parámetros como la temperatura o la precipitación puede traer impactos significativas en unos ecosistemas que ya de por sí viven al límite. Por eso se dice que el Mediterráneo es un buen indicador de como puede afectar al resto del planeta el calentamiento global.
–¿Presta ahora más atención la sociedad murciana a los fenómenos meteorológicos que hace unos años?
–Sí, la meteorología es una ciencia que se ha socializado tremendamente en los últimos años. Hasta hace relativamente poco tiempo, el acceso a los productos y mapas climáticos estaba restringido a los profesionales, pero hoy en día cualquier persona puede acceder a través de internet a modelos de previsión, imágenes satelitales, datos climatológicos e incluso aportar su propia información, como hacemos por ejemplo a través de la Red Meteo-Sureste, en donde aficionados a la meteorología de la zona aportan datos climatológicos en tiempo real desde sus localidades. Así que sí hay un creciente interés por la meteorología, y se puede ver tanto en el aumento de la presencia de cuestiones relacionadas con estos temas en los medios de comunicación como en el auge de asociaciones y entidades relacionadas con ellos, como Ametse
–Más allá de la meteorología, ¿le preocupa la evolución de nuestro medio ambiente?
–Evidentemente, la meteorología es una ciencia muy ligada al medio ambiente y no es ajena a los problemas que van surgiendo para la conservación de los ecosistemas. El cambio climático es un riesgo, pero hay otros, como la contaminación atmosférica o lumínica, la degradación del terreno por prácticas urbanísticas y agrícolas poco respetuosas o la ocupación de cauces, que de alguna manera están relacionadas con la meteorología y que vienen a cuestionar el modelo de desarrollo que ha imperado en los últimos años, basado precisamente en un consumo descontrolado de los recursos naturales. El único camino posible es apostar por un modelo diferente, ecológicamente sostenible que implique a la sociedad en su conjunto y por supuesto a las administraciones públicas.
«Hay intereses que entienden que lo importante es el hoy y no el planeta que dejaremos»
–¿No estamos siendo demasiado pesimistas, o esto realmente va a peor sin remedio?
–Yo soy de los que tiendo a ver la botella medio llena. Cada vez hay una mayor conciencia de lo finito de los recursos naturales de nuestro planeta. No va a ser fácil, porque hay muchos intereses económicos y cortoplacistas que entienden que lo importante es el hoy y no el planeta que dejaremos a nuestros hijos e hijas. No va a ser sencillo pero es la única salida para que los que nos sigan puedan heredar un mundo digno.
–¿Qué margen de actuación cree que tenemos?
–Quiero pensar que aún podemos cambiar para mejorar nuestro planeta, pero para ello es fundamental actuar de manera decidida, reduciendo la contaminación y gestionando el paisaje de una manera respetuosa, y teniendo en cuenta las reglas de la naturaleza. El caso de Los Alcázares es un ejemplo claro de como las alteraciones en el terreno pueden hacer que cualquier episodio de lluvias simplemente moderadas es capaz ahora de inundar muchas áreas. Para evitarlo hay que devolver al agua a sus cauces, a la tierra su capacidad de infiltración y no buscar en el cielo culpables como se ha intentado hacer con las borrascas que últimamente han afectado a la Región.
–¿Percibe una mayor sensibilidad en la Región de Murcia con el medio ambiente tras las consecuencias de esas fuertes precipitaciones?
–Sí, hasta hace muy poco tiempo se había instalado en la sociedad una idea de falsa seguridad e infalibilidad ante las consecuencias de los fenómenos meteorológicos extremos. Se ha construido en cauces o desviado ramblas para nuevos cultivos. La DANA de septiembre nos puso ante el espejo, devolviéndonos a la realidad de un clima extremo que, como se dice en la huerta, está dispuesto a retomar sus escrituras. Algo parecido sucede con el Mar Menor, donde después de muchos años de escuchar a responsables públicos que la agricultura intensiva y las grandes urbanizaciones eran perfectamente compatibles con la conservación de sus valores ambientales ahora sabemos que no es así. Lo triste es todo lo que ha tenido que pasar estos años para darnos cuenta de esta situación. Pero de todos los errores se puede aprender. Lo que sería imperdonable es no actuar sobre las causas del problema y no solo sobre las consecuencias.
–¿Cuál es su rincón natural favorito de la Región?
–Pues hablando del Mar Menor, me quedo con la Marina del Carmolí, con sus atardeceres rojizos en otoño, que nos recuerdan que siempre merece la pena conservar estos paisajes y poder compartirlos con las próximas generaciones.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión