José Luis Sánchez: «Tenemos la obligación de ser optimistas sobre nuestro futuro»
«Vemos un gran deseo entre la ciudadanía de colaborar en la recuperación de su entorno», afirma el profesor de música y director de la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA) de Cartagena
G. S. FORTE
MURCIA.
Martes, 21 de enero 2020
La música sobre la que imparte clases de Secundaria, además de Historia, el profesor José Luis Sánchez (Cartagena, 1968), extiende su melodía a los ... bosques de Cartagena, en cuya protección se vuelca en su tiempo libre este licenciado en Derecho y experto en comercio exterior, a lo que se dedicó en Argentina. No es una afición, sino que ocupa un lugar clave en su vida. Y la de los vecinos de la zona que lo disfrutan, y que han visto cómo se desarrollan proyectos como los de restauración ambiental en el entorno del puerto de Cartagena; en Cabo Tiñoso, «recuperando los sabinares de 'Juniperus phoenicea'»; en la zona incendiada de la Sierra de La Muela, y en la Sierra Minera de La Unión, «donde estamos recuperando un bosque iberoafricano del ciprés de Cartagena».
-¿Cuánto importa un árbol?
-Un árbol es una pieza más de un sistema extraordinariamente complejo en el que actúan multitud de organismos: árboles, arbustos, hierbas, hongos, musgos, microorganismos bajo el subsuelo, animales... Al recuperar una parte esencial de este sistema, como son los árboles, promovemos la recuperación del todo.
«Los montes de nuestro entorno estaban mucho peor hace 80 o 100 años»
- ¿Y la importancia de un bosque?
-Más que bosques, a nosotros nos gusta hablar de hábitats. Muchos de los ecosistemas más interesantes de nuestra Región no son bosques en el sentido estricto de la palabra. La recuperación de los ecosistemas de esta región va mucho más allá de una cuestión estética. Su destrucción o desaparición nos provoca pérdidas irreparables, tanto desde el punto de vista económico como el de la calidad de vida, como hemos podido comprobar con todo lo ocurrido en el Mar Menor.
-Usted es un profesor que se ha volcado en la recuperación de los bosques autóctonos. ¿Qué nos puede enseñar un bosque?
-La naturaleza nos enseña que estamos aquí de forma provisional, que nuestro paso por el planeta es circunstancial, que la Tierra y sus bosques seguirán existiendo cuando nosotros ya no estemos aquí, pero que si dañamos los ecosistemas, es nuestro futuro el que está comprometido.
-¿Cuál cree que es el mejor bosque de la Región?
-En la zona costera de Cartagena me apasiona la zona de Cabo Tiñoso, con sus áridos paisajes, su singular vegetación adaptada a las condiciones más duras y sus espectaculares acantilados sobre el mar.
-¿Puede destacar alguno más?
-Me gusta mucho ir a la rambla del Hortillo de Lorca durante octubre, cuando los quejigos amarillean sus hojas y todo el paisaje se convierte en un precioso espectáculo de otoño. Recuerdo que también me impresionaron hace muchos años las sabinas albares de El Calar de la Santa, en Moratalla. Se trata de árboles milenarios que nacieron muchos de ellos antes de que Colón descubriera América y nos recuerdan nuestra insignificancia en este mundo.
-¿En qué bosque de la Región le gusta perderse?
-Todos los espacios naturales de la Región tienen su belleza, desde los más áridos de Águilas y Mazarrón hasta los bosques de Moratalla, pasando por los ecosistemas dunares y saladares de la costa mediterránea y el Mar Menor. En general, me gustan los lugares apartados de los caminos transitados, donde puedas sentarte en una piedra sin encontrarte con gente y disfrutar del paisaje y el sonido del viento.
«Estamos importando productos y exportando la destrucción de las selvas»
-Y fuera de la Región, ¿qué bosque destaca?
-Fuera de la Región, en la Península Ibérica, me fascinan los bosques de la provincia de Cádiz, tanto los de la costa, con sus enebrales y sabinares costeros, como los de las montañas del interior, con el pinsapar de Grazalema, o el Parque Natural de los Alcornocales, donde quedan vestigios de los húmedos bosques de laurisilva del terciario. Sin embargo, si hay una naturaleza fascinante en nuestro país, para mí es la de las Islas Canarias, un prodigio de la naturaleza con una geología increíble y una diversidad apabullante en un espacio muy reducido.
-¿Cómo están nuestros bosques?
-Con el abandono del medio rural, se ha producido un proceso de regeneración bastante intenso. España es de los países del mundo que más masa forestal ha recuperado en las últimas décadas. Los montes de nuestro entorno estaban mucho peor hace 80 o 100 años cuando absolutamente todo se obtenía del monte: la madera para construir, calentarse, cocinar y fabricar, y el pasto para los rebaños de cabras y ovejas. Si uno ve fotografías antiguas de principios de siglo en las que se vean los montes que rodeaban Cartagena o cualquier otra ciudad de nuestra Región, verá montañas absolutamente arrasadas, sin una brizna de hierba. Actualmente, los árboles van recuperando sus antiguos territorios. El problema es que ahora nuestra comida, el biocombustible que usamos, o la madera con la que fabricamos objetos, proviene de países tropicales, como de Indonesia y Brasil, que es donde se está produciendo actualmente la mayor destrucción de ecosistemas. Estamos importando productos y exportando la destrucción de las selvas.
-¿Es posible recuperar los antiguos paisajes naturales tal cual eran o ahora son preferibles otras fórmulas?
-Vivimos en una región en la que el territorio ha sido muy maltratado desde hace siglos. Por poner un ejemplo, la explotación minera en Cartagena y Mazarrón tiene más de 2.500 años. Eso implica una extraordinaria presión sobre los bosques y ecosistemas del entorno. La transformación ejercida sobre el ser humano sobre nuestros paisajes es tan profunda que muchos de ellos son irrecuperables. Se han perdido suelos, han desaparecido especies de plantas y animales, hemos transformado el curso de las aguas y hemos modificado las costas y el subsuelo. No obstante, la naturaleza es obstinada y es capaz de resistir y recuperarse. No podremos recobrarlos tal y como eran antes de que nuestra especie llegara por aquí, pero sí es posible conseguir unos ecosistemas más sanos y biodiversos.
-¿Hemos aprendido algo tras tanto maltrato, incluido el reciente al Mar Menor?
-Quiero pensar que sí, que la sociedad es ahora mucho más consciente que hace unos años y que las redes sociales y la sociedad de la información están contribuyendo a generar una conciencia colectiva de cuidado de lo que es de todos.
-¿Está la sociedad ahora más concienciada con los temas medioambientales que hace unas décadas?
-Indudablemente sí. Las redes sociales y la globalización de la información hacen que estemos viviendo en una red de inteligencia global interconectada. Millones de mentes conectadas, pensando y debatiendo, son capaces de solucionar los extraordinarios problemas a los que nos estamos enfrentando. Nuestra experiencia con las actividades de restauración ambiental que llevamos a cabo es que vemos un gran deseo entre la ciudadanía de colaborar en la recuperación de su entorno. Tenemos la obligación de ser optimistas sobre nuestro futuro.
«El mundo no nos pertenece, lo tenemos en préstamo para los que vendrán»
El empeño por conservar los bosques de José Luis Sánchez, además del «amor a mi tierra», se basa en el convencimiento de que «vivimos en un mundo que no nos pertenece. Lo tenemos en préstamo para las generaciones venideras y creo que tenemos la obligación de conservarlo para los que vienen detrás de nosotros. Mi intención es que el impacto de mi pequeño paso por este mundo tenga un saldo positivo».
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