Ángel Guardiola: «Estamos demasiado acostumbrados a valorizar en términos monetarios»
«La ciencia ciudadana ni perjudica ni obstruye, sino que enriquece el trabajo de los profesionales», afirma el técnico informático, naturalista, ornitólogo y educador ambiental
G. S. FORTE
Martes, 10 de diciembre 2019, 22:22
Cuando era niño Ángel Guardiola (Cieza, 1964) tenía, como todos, pájaros en la cabeza. Hoy que es adulto, y técnico en el Servicio de Informática ... del Hospital Morales Meseguer de Murcia, le diferencia del resto que esos pájaros nunca le han abandonado. De hecho ahora además los tiene en el 'Anuario Ornitológico de la Región de Murcia', del que es editor y donde ya figuran más de 10.000 citas de casi 600 colaboradores (ellos igualmente con pájaros en la cabeza); también los ha recogido en el 'Catálogo de las aves de la Región de Murcia', del que es coautor, y, puestos a volar alto, muchos de esos pájaros han acabado reflejados en la mayor plataforma mundial de ciencia ciudadana para la recogida de observaciones sobre aves silvestres: la iniciativa colaborativa 'online' eBird, en la que es, junto a Angel Sallent, revisor para la Región de Murcia. Guardiola también lleva desde mediados de los años 70 en diferentes asociaciones ecologistas, como el Club de Linces de ADENA, la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), la Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birdlife) y la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Impulsado por su querencia por la naturaleza, este anillador experto de ANSE (con casi 35 años de experiencia), pasó además por Facultad de Biología de la Universidad de Murcia entre 1982 y 1988. Aunque el pan se lo gana enfrascado entre computadoras.
-¿Cómo acabó un informático volcándose en la ornitología'?
-En rigor fue al contrario. La afición a las aves vino primero, desde que tenía pocos años. Mi hermano mayor fue quien me inspiró para empezar en este mundillo en el que, por supuesto, continúo como hobby. Mi dedicación profesional a la informática vino muchos años después, cuando surgió la necesidad de buscarme las habichuelas. Nada que ver una cosa con la otra, como podrás imaginar.
«¿Qué hago cuando puedo relajarme? Pues observar aves»
-En su caso esta actividad va mucho más allá de una mera afición y es una ocupación que ha dado destacados resultados a través de importantes trabajos y estudios. ¿De qué está más orgulloso de lo que ha hecho en este ámbito?
-Es cierto que llevo colaborando desde finales de los años 70: como coordinador o como participante, en numerosos censos y programas de seguimiento de aves silvestres organizados por diferentes entidades científicas y conservacionistas (SEO, ANSE). Hasta la más humilde de estas contribuciones suma, y por tanto me siento igual de orgulloso todas ellas. Pero si tengo que destacar alguna son aquellas que han podido tener una mayor contribución desde el punto de vista aplicado en la mejora del conocimiento de las aves murcianas o en la propuesta y adopción de medidas de conservación de algunas especies silvestres. Algunos ejemplos son la recopilación de datos para el Anuario Ornitológico de la Región de Murcia o la participación en algunos planes de gestión de espacios y especies amenazadas (Isla Grosa, aves marinas y acuáticas, etcétera).
-¿Cuánto tiempo le ocupa esta actividad?
-Nunca me he decidido a cuantificarlo, pero es casi todo el que no dedico a la familia, a mi trabajo principal o a dormir.
-El estudio y la protección de las aves son actividades que se desarrollan en gran medida por el trabajo de una serie de ciudadanos de forma altruista, por afición y demás. ¿Esto es bueno porque indica que hay gente interesada que no busca más compensación que hacer avanzar la ciencia o es una mala cosa porque lo que demuestra es la dificultad de que se haga de manera más profesional?
-Creo que siempre es positivo. Como decía antes, todo suma y se complementa. Que cada vez haya más particulares que participan en actividades de ciencia ciudadana, como es la recolección de datos sobre aves silvestres, indica que aumenta la preocupación por la conservación de las aves y la implicación de la sociedad en ella. Esto ni perjudica ni obstruye, sino que enriquece el trabajo de los profesionales que se dedican a esto mismo desde los ámbitos académico y científico. Si no hay más investigación profesional es desde luego por otros motivos.
-¿Somos conscientes en la sociedad murciana de la importancia de las aves?
-Cada vez más. Eso quiero creer. Solo hay que ver cómo ha aumentado el número de personas que se interesan por las actividades divulgativas sobre el mundo de las aves silvestres que organiza ANSE, Ecologistas en Acción, Caralluma, La Carrahila, Juncellus, Anida y otras asociaciones conservacionistas de la Región, o la propia Administración. Pero aun no es suficiente. Hay un amplio sector de la sociedad que todavía no está sensibilizado sobre la importancia de la conservación de las aves y los problemas a los que se enfrentan. Por puro desconocimiento, las más de las veces.
-¿Qué no hemos entendido aún y necesitamos saber en este campo?
-El papel fundamental que tienen las aves en nuestras vidas y el valor de los servicios ecosistémicos que proporcionan al ser humano. El problema es que estamos demasiado acostumbrados a valorizar las cosas en términos monetarios, y en el caso de estos servicios esto siempre es difícil de cuantificar.
-Más allá de sus quehaceres ornitológicos ¿realiza en su día a día actuaciones en favor del medio ambiente?
-Sí. Cosas como clasificar la basura con vistas a su reciclaje, compostar los desechos orgánicos, suariruie toda la iluminación por tecnología led... pero lo más ambicioso que hemos hecho fue construirnos hacer ya 11 años una casa con criterios bioclimáticos, incluida una cubierta ajardinada (los 'greenroofs' que dicen los anglosajones) donde aprovecho también para relajarme cuando puedo. ¿Haciendo qué? pues observar aves.
-Pero más allá de esa actividad, ¿qué otras cosas le gusta hacer en la naturaleza?
-Cuando salgo a observar aves hago también algo de fotografía. Pero no solo me dedico a las aves. Otro de mis objetos de estudio son los murciélagos (todo queda entre animales alados). Hace años que también desarrollo diferentes estudios y seguimientos de este grupo de mamíferos que se encuentran entre los vertebrados más amenazados de la Región.
-¿Algún rincón natural favorito de la Región? ¿Qué le gusta de ese lugar?
-Últimamente frecuento bastante las Lagunas de Campotéjar. Aparte de la pura observación de aves, allí desarrollamos desde ANSE, y con la colaboración del Ayuntamiento de Molina de Segura, actividades de anillamiento científico de aves silvestres. El mayor atractivo que tiene este espacio, declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), es que probablemente sea, hoy por hoy, una de las zonas húmedas continentales más importantes de la Región, por la variedad y la cantidad de aves que llegan a concentrarse allí durante la época reproductora, los pasos migratorios y la invernada.
La gran aportación de las aves a la economía
El anillador experto de ANSE explica para dar una idea de los beneficios que pueden aportar las aves que «si supiéramos, por ejemplo, cuánto dinero nos ahorramos en pesticidas gracias al control que muchas aves ejercen sobre las plagas de ciertos cultivos, o cuánto genera para muchas economías locales el turismo ornitológico, quizás cambiaría nuestra perspectiva y nuestra forma de valorar las aves silvestres».
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