Un paso hacia cielos más limpios
La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), que aglutina a unas 240 compañías de 115 países, aprobó el pasado día 3 en Ciudad del Cabo, durante su reunión anual, la doctrina del 'crecimiento cero' de las emisiones de dióxido de carbono por parte de los aviones comerciales.
JUAN C. HERNÁNDEZ
Viernes, 17 de junio 2016, 10:04
Las grandes compañías aéreas alcanzan un acuerdo histórico para frenar la polución que generan sus aviones
Los científicos prevén que la polución generada por la aviación internacional en 2020 superará en más de un 70% a la que se producía en 2005, cuando entró en vigor el Protocolo de Kioto. A día de hoy, las emisiones de este tipo de transporte representan el 3% de los gases de efecto invernadero que genera la UE.
Un avión emite cada 100 kilómetros recorridos una media de 140 kilos de dióxido de carbono por pasajero transportado, más que un camión tráiler que ruede a plena carga esa misma distancia (120 kilos de CO2).
Para hacerse una idea del volumen de emisiones, en cada instante hay entre 8.000 y 13.000 aviones volando al mismo tiempo, según un informe de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zurich. Cualquier avión debe pasar más del 80% del tiempo volando para ser rentable, por lo que al cabo de un día se desplazan hasta cuatro millones de personas por vía aérea.
Permisos europeos
El director general de IATA, Tony Tyler, califica de «histórico» el acuerdo alcanzado la semana pasada, ya que facilitará incluir al sector en una regulación mundial de emisiones de dióxido de carbono. «Ahora, la pelota se encuentra en el tejado de los gobiernos», apunta.
Desde enero de este año, la aviación se ha incluido en el sistema europeo de derechos de emisión -hasta entonces solo funcionaba para los sectores industrial y energético- con el objetivo de evitar la salida a la atmósfera de 176 millones de toneladas de dióxido de carbono de aquí a 2015.
Así, los aviones que operan en aeropuertos de la Unión Europea, independientemente de su nacionalidad, deben pagar cada tonelada de gases de efecto invernadero que generan de más.
A cada compañía se le han asignado permisos de emisión menores que su historial. Si supera el límite, debe entonces comprar permisos de otras aerolíneas que hayan emitido menos de lo permitido y tengan derechos excedentarios que vender.
Este año las aerolíneas han recibido gratuitamente un 85% de estos nuevos permisos de emisión, una cifra que se reducirá hasta el 82% para el periodo comprendido entre 2014 y 2020. Esos tres puntos de diferencia se reservarán para nuevas compañías o para aquellas que crezcan más rápido. De este modo, en el periodo 2013-2020 se subastará el 15% de los derechos de contaminación, lo que moverá 2.300 millones de euros anuales.
¿En qué se traducirá eso para el bolsillo del viajero? Pues en una subida de entre 2 y 12 euros el billete con destino o salida de cualquier aeropuerto comunitario.
La reacción de Estados Unidos, Canadá, China, India y otros 25 países no se hizo esperar ante la decisión unilateral de la Comisión Europea. La amenaza de represalias comerciales indujo al Parlamento Europeo a aprobar el pasado 24 de abril una moratoria en el cobro de derechos de emisión, a la espera de lo que decida la Organización Internacional de la Aviación Civil (OACI, en sus siglas en inglés), que celebrará su asamblea en septiembre.
La OACI se reúne una vez cada tres años, con lo que, si no se logra un acuerdo, la Comisión Europea podría retrasar su objetivo hasta 2016 o aplicar este año el cobro de los derechos de emisión y exponerse a guerras comerciales.
Por esa razón, la IATA (que aglutina al 85% del tráfico aéreo mundial) confía en que el pacto alcanzado la semana pasada entre las aerolíneas sobre el 'crecimiento cero' facilite un tratado internacional sobre un sistema global de control de emisiones contaminante de la aviación civil.
«Necesitamos que los gobiernos sean serios -incide Tony Tyler- para que el desarrollo de un comercio global de derechos de emisión no se convierta en excusa para generar ingresos a aquellas aerolíneas que tengan problemas de liquidez, o para evitar inversiones en nuevas tecnologías y biocombustibles alternativos». Recuerda a este respecto que la aviación fue la primera industria en tomar medidas para la eficiencia del combustible, a fin de reducir las emisiones contaminantes un 1,5% anual hasta 2020 y rebajarlas a la mitad en 2050, en comparación con 2005.
Dinero para ello no faltará. Las aerolíneas registrarán este año un beneficio de 9.750 millones de euros, un 67% más que en 2012, según la IATA. Igualmente se alcanzarán los 3.130 millones de pasajeros, siendo la primera vez en la historia en la que se superan los 3.000 millones de personas transportadas.