Miguel Alcaraz: «Los soldados escuchábamos el bramido de la Marcha Verde»
«Si alguien hubiera dado la orden de disparar a aquella marea humana, hubiese sido una matanza terrible»
PACO ESPADAS
Alhama
Lunes, 28 de marzo 2022, 16:26
Con orgullo habla el cabo primero Miguel Alcaraz de su experiencia durante el servicio militar en la entonces 53 provincia de España, el Sáhara ... Occidental, concretamente en El Aaiún. Alcaraz, nacido en 1953 en Fuente Álamo y vecino hoy de Alhama de Murcia, muestra a LA VERDAD el diploma de honor firmado por el capitán general, así como por el primer jefe de su grupo, en el que le premiaban por «el buen comportamiento y su espíritu demostrado» en el Regimiento de Artillería número 95. La fecha del documento es de enero de 1976, semanas después de la Marcha Verde, que vivió en primera persona.
–¿Qué recuerda de la Marcha Verde?
–Fue impresionante, la teníamos a tan solo cinco kilómetros de distancia, escuchando el bramido que nos llegaba. Nosotros éramos 25.000 soldados repartidos en una línea de 12 kilómetros. Si alguien hubiera dado la orden de disparar, hubiera sido una matanza terrible.
–¿Y de El Aaiún?
–El Aaiún era una población pequeña, su nombre quería decir 'río de oro' y contaba con unos 7.000 habitantes, a pesar de ser la capital de provincia. Vivir allí era duro, pero más duro era estar diseminados en los fortines del terreno desértico. Éramos tantos militares como nativos en una ciudad de casitas pequeñitas, sin tejados para amortiguar el sofocante calor. Nosotros, los militares, disfrutábamos de agua desalada y nunca faltaban alimentos.
«No teníamos relación con los nativos. De noche debíamos patrullar por el barrio de los líderes del Frente Polisario»
EN EL AAIÚN
–¿Cómo era el día a día de un soldado español en esas tierras?
–Era todo muy rutinario. Tras la guardia, salíamos a dar una vuelta por la ciudad. Existía una emisora de radio que emitía horas en castellano y otras en el dialecto de la tierra. El locutor se llamaba Paco y era de Corvera. Yo le pedía habitualmente canciones de Joan Manuel Serrat y él me las ponía y dedicaba. Pero Serrat en aquel tiempo se pronunció contra el conocido como 'Proceso de Burgos', lo que hizo que lo vetaran los mandos. Había un bar llamado El Penalti, donde íbamos a tomar ginebra con coca-cola, un cubalibre de aquel tiempo, pero de los nativos ni uno aparecía. Existía otro local llamado Las Dunas, también se llenaba de militares. Se proyectaban entonces películas de destape y actuaban vedetes.
–¿Se relacionaban con nativos?
–Nada, ninguna relación. El Frente Polisario arrojaba octavillas en las puertas de los cuarteles a diario, en las que avisaban de una alianza entre España y Marruecos para ceder la provincia. De hecho, por las noches teníamos que patrullar por el barrio donde se encontraban sus líderes, siempre armados hasta los dientes con nuestras ametralladoras.
«España lo hizo mal, muy mal. Y la ONU tendría que haber convocado el referéndum»
POLÍTICA
–¿Cuál es su opinión de la postura del Gobierno español de aquel tiempo?
–Mal, muy mal. Yo creo que cuando un país tiene una colonia y la quiere abandonar, en primer lugar se la tiene que dejar a los autóctonos. Más tarde, si ellos le quieren dar la mano a otro país, que lo decidan ellos mismos. Pero hay que tener en cuenta el contexto. Franco agonizaba, en España existía un gran vacío de poder. La ONU no intervino para nada, y lo tenía que haber hecho para que se hiciera un referéndum.
–¿Y qué le parece el giro que ha dado el Gobierno de Sánchez?
–Es política de altura. Marruecos nos presiona con la inmigración y la valla de Ceuta y Melilla. Lo curioso es que siempre están por detrás los norteamericanos. Seguramente le han dicho a Pedro Sánchez que, si quiere que dejen estos temas tranquilos, tenía que reconocer la potestad de Marruecos sobre el Sáhara. Y eso ha hecho.
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