Cortan el agua a una familia de San Pedro con dos hijos discapacitados y sin ingresos

Ni la declaración de los derechos humanos de la ONU, ni las leyes que garantizan el derecho universal al agua potable han impedido que la familia de Francisco Moreno, vecino del barrio de Los Sáez, se quede sin suministro de este bien esencial para la vida. La empresa concesionaria Aqualia clausuró la tubería de la que se surtía la infravivienda en la que reside Francisco junto a su mujer y sus tres hijos, dos de ellos con discapacidad reconocida del 68% y del 65%, respectivamente, por enfermedad mental.

«Llevamos garrafas para asearnos y para refrescar a mis hijos, que han pasado un verano terrible», explica Francisco. Después de varias visitas a la compañía concesionaria y al centro de Servicios Sociales, solo ha logrado por respuesta una insistencia firme en que pague 5.000 euros de la supuesta deuda que le atribuyen por «impagos desde 1998 a 2014», según explica la alcaldesa, Visitación Martínez. Sin embargo, Francisco se pregunta «cómo me cargan con una deuda de una tubería que daba agua a las dos viviendas en que el Ayuntamiento dividió la finca».

La madeja legal que envuelve la barraca en que reside la familia Moreno es larga y compleja. Por algo en el área municipal de Urbanismo la llaman «la casa de los líos». Nadie ha querido mirar hacia aquella esquina en muchos años, a pesar de que el inmueble pertenece al propio Ayuntamiento. Al menos, Francisco tiene un contrato de alquiler, firmado por el entonces alcalde José Antonio Albaladejo Lucas, con fecha de 31 de diciembre de 1987, cuando las devastadoras inundaciones de aquel año dejaron sin techo a su familia y a otras muchas.

«Nos alojaron durante tres meses en la base militar de Los Alcázares y, después, partieron esta casa por la mitad para meter a dos familias» cuenta Francisco.

Con sucesivas capas de pintura ha ido el padre frenando el deterioro de la chapa que cubre las paredes, aunque el paso del tiempo y los problemas de la familia, entre la enfermedad de los hijos y el trabajo intermitente de Francisco, ha derivado en una situación insostenible. Carecen del espacio mínimo para los cinco miembros, pero además el techado se encuentra roto en varios puntos, al igual que las ventanas.

El problema del agua se añadió cuando anularon el contrato de suministro a la familia, supuestamente por falta de pago, aunque a Francisco no le consta reclamación alguna. Tampoco la compañía Aqualia quiso ayer aclarar la situación. La alcaldesa ha confirmado que los Moreno carecen de contrato de agua desde 2014, aunque ha sido ahora cuando han clausurado la tubería coincidiendo con la renovación de la red municipal.

«Servicios Sociales va a hacer de puente con Aqualia para fraccionarle la deuda de 5.000 euros», señala la regidora como condición ineludible para que restituyan el suministro a la familia, aunque ni Servicios Sociales ha mediado en la solicitud ni Francisco dispone de recursos para pagar. Sin trabajo, solo perciben ayudas a la dependencia por sus dos hijos, 150 euros por uno y 200 euros por otro. «Cáritas y Cruz Roja nos dan algunos alimentos», afirma el vecino.

Como única salida al desahucio hídrico, Francisco ha presentado una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil para que el juzgado le reconozca su derecho al agua potable. También acudirá al Defensor del Pueblo. El portavoz del PSOE, José Lorenzo Martínez, asegura que «han vulnerado toda la normativa al cortarle el agua, ya que hay jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre la prescripción a los tres años de los recibos de agua a particulares». «Si su último recibo es de 2014, esa deuda no es exigible», afirma el edil, quien critica que «el Ayuntamiento, ante una familia sin recursos ni agua, en lugar de convertirse en su valedor y pedir a Aqualia que le reponga el suministro, abandona su responsabilidad y mira para otro lado». El portavoz socialista piensa exponer el caso de la familia de Los Sáez en el próximo Pleno –del 1 de octubre– para reclamar al Gobierno local que. como medida inmediata, repongan la tubería en la vivienda de los Moreno y, posteriormente, se ocupe de mejorar las condiciones de habitabilidad de una familia con dos hijos enfermos.