El «premio crepuscular» de ser catedrático a los 63 años tras décadas de trabajo
El docente y jefe del Servicio de Cirugía del Morales Meseguer lamenta las condiciones de acceso a las plazas: «Es un sinsentido»
José Luis Aguayo, jefe del servicio de Cirugía del Hospital Universitario Morales Meseguer de Murcia, tiene 66 años. Ganó su plaza de catedrático de ... Cirugía de la UMU hace solo tres años, «a los 63. Es casi un premio crepuscular» a décadas de trabajo, publicaciones en revistas de impacto y dedicación vocacional a la docencia. «Es un sinsentido. En cualquier otra área se alcanza la cátedra a los 40, pero en Medicina no hay un itinerario formativo para ser profesor. Quienes seguimos es por una razón puramente vocacional», lamenta Aguayo. Cuando se jubile o se desvincule de la UMU, el puente entre el Morales y la Universidad quedará quebrado, si no se convoca una plaza antes.
El camino profesional hasta alcanzar la plaza resulta muy exigente. «Los médicos tienen que acabar el MIR y acumular horas y horas de clase antes de poder acreditarse. Un asociado puede estar años cobrando 300 euros por dar unas horas de clase a la semana; mientras tiene que investigar, publicar...». A esa dedicación a la carrera docente hay que sumar la asistencial como médico especialista con reconocida experiencia en el trato a pacientes. «Solo después pueden acreditarte de titular si se convoca la plaza. En mi caso, lo conseguí a los 57 años», explica José Luis Aguayo, quien lamenta los escasos incentivos que se ofrece a los médicos que quieren enseñar. «La única motivación es la vocación, pero si ni siquiera hay opciones, es natural que se desmotiven».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión