El 42% de la población de 50 a 59 años sigue sin recibir la tercera dosis

Sin embargo, y pese a este aluvión de peticiones, lo cierto es que la respuesta a la vacunación de refuerzo está lejos de la registrada al principio de la campaña. Esto era esperable, señala Jaime Pérez, vacunólogo y portavoz de la Consejería. «De momento se están cumpliendo expectativas», subraya. El 57,9% de la población de 50 a 59 años ha recibido la tercera dosis, una cifra que para Salud es razonable, aunque se sitúa por debajo de la media nacional (62,3%) y está muy lejos de la cobertura alcanzada con las dos dosis previas, que llegó al 95,1%.

«Hay que hacer un llamamiento a los mayores de 50 para que acudan cuanto antes a vacunarse; ellos ya no necesitan pedir cita previa», recuerda Jaime Pérez. A la hora de analizar la cobertura alcanzada en esta fase de la campaña hay que tener en cuenta la explosión de contagios producidos tras la irrupción de la variante Ómicron, subraya el experto. Una parte no desdeñable de la población ha pasado la infección en las últimas semanas, con lo que, de momento, no puede recibir la vacuna.

En cualquier caso, todo indica que la respuesta ciudadana ya no es tan unánime como en momentos anteriores, y los discursos contrarios a las vacunas van a más, al menos en las redes sociales. Alberto Torres, jefe de Medicina Preventiva de La Arrixaca, achaca esto «al agotamiento» tras casi dos años de pandemia. Además, la percepción de riesgo individual es ahora diferente, por lo que «hay quien considera que ya no necesita la tercera dosis».

Pero el refuerzo sigue siendo importante «para reducir la circulación del virus» y fortalecer «la protección colectiva», recuerda Torres. También para reducir el riesgo individual. Esta tercera dosis de la vacuna aumenta diez veces los anticuerpos neutralizantes frente a Ómicron, según concluye un estudio del Instituto de Salud Carlos III publicado esta semana.

En los hospitales, el efecto es claro. «En la UCI no están ingresando pacientes con vacuna de refuerzo, salvo algunas personas trasplantadas, inmunodeprimidas», subraya Rubén Jara, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos de La Arrixaca.

En las últimas semanas los inmunólogos están cuestionando la estrategia de generalizar las dosis de recuerdo. En Israel, por ejemplo, van ya por la cuarta. «No se pueden estar poniendo dosis cada tres o cuatro meses, sobre todo cuando tenemos a medio mundo sin vacunar», advertía Manuel Muro, jefe de Inmunología de La Arrixaca, en una entrevista el pasado fin de semana en LA VERDAD. Pero el tercer pinchazo, recalcaba, sí está indicado al menos para los mayores de 55 o 60 años.

«Estoy de acuerdo en que no podemos estar en un proceso permanente de dosis de recuerdo», señala Jaime Pérez. «Pero no estamos en eso –aclara–; la tercera dosis sí es importante. De hecho, la pauta de tres dosis es muy habitual: tenemos ejemplos en la hepatitis B o la tosferina, y por supuesto no hay ningún cansancio del sistema inmune en estos casos».

Algunos expertos subrayan que el tercer pinchazo frente a la Covid debe contemplarse en realidad «como el que permite completar la pauta», y no como un refuerzo, explica el vacunólogo.

En cuanto a la vacunación pediátrica, el 50% de los niños de entre 5 y 11 años han recibido ya la primera dosis. También en este caso la cobertura avanza a un ritmo menor que el registrado en otras fases de la campaña.