El accidente aéreo registrado este jueves en La Manga se produce seis meses después de los otros dos, el del 26 de agosto en el que murió el comandante Francisco Marín, quien también había sido 'Solo' de la Patrulla Águila, y el del 18 de septiembre, en el que fallecieron el instructor comandante Daniel Melero y la alférez alumna Rosa María Almirón.
Las opiniones volcadas en las redes sociales que cuestionaban la seguridad de los aviones no eran las únicas. Algunos pilotos militares manifestaron a LA VERDAD que «en poco tiempo ha habido diferentes plataformas caídas: dos helicópteros, un F-18, un Eurofighter y los tres accidentes de la AGA, que evidencian que los recursos del Ejército del Aire tienen una tendencia descendente en los últimos años». Señalaron los recortes económicos para mantenimiento y renovación de material y para la contratación de personal especializado.
El nuevo avión que sustituirá al reactor C-101, el Pilatus, llegará previsiblemente este mismo año a la base de San Javier, aunque la Patrulla Águila no puede utilizarlo porque es una aeronave solamente de enseñanza. Estaba previsto que el C-101 se mantuviera activo en la unidad acrobática de la AGA hasta su caducidad final, apuntaron fuentes consultadas.
«Esos aviones, los C-101, tienen muchos años y, aunque el material es resistente, si lo pones al límite como hacen en los pilotos de la patrulla, cualquier pequeño fallo puede ser un desastre, sobre todo si está a media o baja altura y no puede recuperar aerodinámica», explicó otra fuente militar a este diario.
Para el expiloto de la Patrulla Águila Rubén Pérez, quien fue también 'Solo' en la formación acrobática y actualmente es concejal de Seguridad en San Javier, «el C-101 está perfecto; si sale a volar es que está bien, aunque eso no descarta que cualquier máquina tenga un fallo, y eso se sabrá». El militar en excedencia recuerda que «también pueden fallar los Eurofighter».