Vidal ofreció la cabeza de Mario Gómez al PP antes de aliarse con el PSOE
Sánchez Torregrosa, su mano derecha en Cs, admite que el plan para remodelar el equipo municipal de Murcia se frenó a principios de mes, con un acuerdo a punto de ser firmado
El exvicealcalde de Murcia Mario Gómez estaba a merced de Ana Martínez Vidal, que había planeado con el PP dejarlo arrinconado en el Ayuntamiento. ... Sin embargo, ahora cuenta con él y los otros tres concejales de Ciudadanos para lamoción de censura contra sus anteriores socios. De querer 'venderlo', a depender de él, en pos del meteórico ascenso político al que aspiraba la coodinadora de Cs en un contexto general que le era favorable.
Hubo dos operaciones calcadas, con juego a doble banda. La estrategia de Ciudadanos de aliarse con el PSOE para ganar el Ayuntamiento de Murcia ha seguido el método del fallido intento de desbancar a los populares del Gobierno regional. El desenlace del primer envite se conoció esta semana, mientras que la suerte en el Ayuntamiento de Murcia está echada para el día 25. Pero la historia de La Glorieta tiene otros ingredientes, ya que Cs y el PP estuvieron negociando hasta principios de este mes para reestructurar las competencias municipales y anular al polémico portavoz naranja.
Es decir, hasta hace pocos días, Martínez Vidal le estuvo ofreciendo al PP la cabeza de Gómez, según unas negociaciones que reconocen ambas partes, y que seguían vivas el 3 de marzo. Tan vivas como que el negociador de Cs le comentó a su interlocutor del PP que el acuerdo municipal estaría cerrado en una semana. Pero al cabo de ese tiempo, lo que ocurrió fue bien distinto: estalló el terremoto político con la moción de censura contra los populares.
La versión de Arrimadas es distinta
El negociador de Cs: «Nunca dejamos de hablar con el PP»
La existencia de estas negociaciones no se compadece con las versiones que dieron Inés Arrimadas y Mario Gómez el pasado día 15 en la sede de Ciudadanos, donde los cuatro concejales naranjas de Murcia fueron 'invitados' para que el partido se asegurara de que van a apoyar la moción. Inés Arrimadas dijo que sus compañeros de Murcia -Mario Gómez, Paqui Pérez, Pedro García Rex y Juan Fernando Hernández- «nos han puesto los pelos de punta».
Ante las palabras de Arrimadas, lo que se había cocido en la trastienda era bien distinto, a tenor de las negociaciones entre dirigentes de Cs y del PP. Unas conversaciones que admite Gabriel García Torregrosa, mano derecha de Martínez Vidal, quien reconoce que se mantuvieron hasta principios de este mes. El negociador de Ciudadanos dijo el miércoles a LA VERDAD que «nunca hemos dejado de hablar», en referencia a los populares. Admitió asimismo que existía un borrador con los acuerdos para reestructurar las competencias delegadas en el Ayuntamiento de Murcia, pendiente de que su partido analizara los últimos retoques. «Ahí se quedó, cuando salieron los espías y las denuncias», precisó Sánchez Torregrosa. A partir del 3 de marzo se paralizaron las negociaciones, una semana antes de la doble moción de censura.
Contactos con el OK de Madrid
Mario Gómez iba a pasar a una concejalía de menor rango
Hasta ese momento, Cs y PP mantuvieron contactos casi diarios, con el foco puesto en Mario Gómez, al cual pensaban apartar para resolver definitivamente la crisis municipal. En el PP dicen que todos los pasos se daban «con el OK de Madrid». Gómez no pensaba que sus compañeros quisieran enviarlo al ostracismo, a una concejalía poco relevante, para poner en su lugar a Pedro José García Rex. Con la otra negociación que llevaba en paralelo Martínez Vidal con el PSOE, el portavoz naranja se llevó un gran disgusto cuando supo que el alcalde sería el socialista José Antonio Serrano, y no él. Se enteró la noche del 9 de marzo, cuando Carlos Cuadrado vino a Murcia a recoger las firmas. «Se sintió mal y se marchó. Tuvieron que salir a buscarlo», dijeron varios testigos.
En el acuerdo que perfilaban Cs y PP, el destino de Gómez era otro: transferirlo a una nueva concejalía de Vivienda, Promoción Económica y Empleo, y poner de portavoz naranja a García Rex.
Los continuos desafíos a Ballesta
Primera reunión para afinarel acuerdo de gobernabilidad
Las relaciones entre Mario Gómez y el alcalde Ballesta siempre han sido muy tensas. La gestión del primero descoordinaba al resto del equipo, a la vez que ponía continuamente en jaque a la coalición con sus denuncias. Una muestra fue la negociación con el PSOE, a espaldas del PP, para elaborar un plan de reactivación económica frente a la pandemia, lo cual generó una crisis institucional el pasado verano.
En este clima, el primer paso para revisar a fondo el acuerdo de legislatura entre ambos partidos se dio el 11 de junio, cuando el alcalde de San Javier, José Miguel Luengo, y el secretario general de la Consejería de Fomento y coordinador de Transparencia y Ética de la ejecutiva regional del PP, Enrique Ujaldón, se reunieron en la sede de Ciudadanos con los dirigentes de la gestora que había en aquellos momentos: Jerónimo Moya (pareja de Ana Martínez Vidal) y David Sánchez.
Los problemas en el seno de la coalición municipal, léase Mario Gómez, estaban encima de la mesa para buscar una solución. Moya aseguró que el vicealcalde aceptaba romper su acuerdo con la oposición sobre el plan de reactivación y retomar el diálogo con el PP y Ballesta. Poco duró, ya que a finales de julio Mario Gómez volvió a desafiar a sus socios votando en contra de la encomienda de gestión de la ORA a Urbamusa. Asimismo, Mario Gómez remitió en septiembre a todos los grupos municipales un informe sobre «presuntas irregularidades» en contratos de iluminación de las fiestas en Murcia.
El último borrador del acuerdo entre Cs y PP fue del 4 de febrero; los naranjas retrasaron la firma en tres ocasiones
Martínez Vidal toma las riendas
Contactos de Enrique Ujaldón con Sánchez Torregrosa
Después de que Ana Martínez Vidal fuera designada coordinadora autonómica de Ciudadanos, los contactos se reanudaron para resolver la situación apartando a Gómez, quien además no era santo de la devoción de Vidal. Los protagonistas de la negociación fueron Enrique Ujaldón y Gabriel Sánchez Torregrosa, entonces secretario general de la Consejería de Empresa e Industria, a las órdenes de Martínez Vidal. El 24 de febrero, hace menos de un mes, este fue nombrado consejero de Transparencia, Participación y Administración Pública, tras la dimisión de Beatriz Ballesteros. El relevo se vio como una señal de que la coalición entre PP y Cs funcionaba. Sánchez Torregrosa dijo sobre el 'vacunagate' que la Comunidad iba a publicar «todo lo que se pueda de la lista de vacunados», a la vez que apostó por impulsar la ley de Buen Gobierno. No parecía que Vidal y su mano derecha estuvieran muy descontentos de sus socios populares.
Hasta su cese como consejero el pasado 10 de marzo, Sánchez Torregrosa tenía abierta la línea con Enrique Ujaldón para remodelar el gobierno municipal, lo mismo que Vidal pretendía hacer con López Miras en la Comunidad. Le comentó a Ujaldón que abordarían el asunto del Ayuntamiento de Murcia en unos días para cerrar el acuerdo, ya que el alcalde se estaba impacientando.
Primer documento para analizar
Cs recibía quejas de la gestión de su portavoz municipal
Con los puentes tendidos, la nueva dirección de Ciudadanos planteó en noviembre remodelar el gobierno municipal y descabezar a Mario Gómez. Los naranjas dijeron que habían recibido muchas quejas de vocales y pedáneos contra el primer teniente de alcalde a causa de la paralización de proyectos, además del malestar de funcionarios. Asimismo, el PP denunció el bloqueo de muchos contratos y servicios, así como expedientes de obras e inversiones privadas por valor de 200 millones. El alcalde le había retirado las competencias en varias ocasiones.
Siempre a través de la comunicación entre Sánchez Torregrosa y Enrique Ujaldón, Ciudadanos pidió al PP una propuesta base para remodelar las competencias. Plantearon «mover el avispero» de todas las concejalías naranjas para que no se notara que el foco de interés estaba puesto en Gómez, el cual debía quedarse solo con competencias livianas, y no trasversales, para que no afectaran a otras concejalías.
El 27 de noviembre, el PP presentó una propuesta para modificar el acuerdo de gobernabilidad, y los naranjas pidieron que tuviera más desarrollo. El documento recogía cuatro puntos de acuerdo para el traspaso del Servicio de Contratación al PP, a cambio de la cesión a Ciudadanos de la Teleasistencia y Ayuda Domicilio. Asimismo, las obras en pedanías pasaban a la Concejalía correspondiente del PP, a la vez que se creaba una oficina de prensa y redes sociales formada por funcionarios, como existe en las principales capitales de provincia. El tercer acuerdo facultaba a PP y Cs a redistribuir las competencias entre sus concejales. Por último, ambos se comprometían a aprobar el Presupuesto de 2021 antes del 31 de enero con la reordenación de las partidas económicas.
El 'caso Coello', en la negociación
El 'vacunagate' no detuvo las conversaciones entre PP y Cs
Las negociaciones se llevaban por teléfono y en los despachos de Ujaldón y García Torregrosa, ambos secretarios generales de Fomento y de Empresas, que aprovechaban los encuentros para hablar de otros temas. El nombre del concejal García Rex, propuesto como sustituto de Mario Gómez, no apareció en los documentos de trabajo hasta principios de febrero.
La situación quedó en 'stand by' hasta enero, cuando se planteó ligar la reestructuración municipal con la remodelación del Gobierno regional que reclamaba Martínez Vidal para ser vicepresidenta de la Comunidad. En ese momento había saltado el 'vacunagate', cuando LA VERDAD reveló que se habían inmunizado el exconsejero Manuel Villegas y la cúpula de Salud sin respetar el protocolo sanitario.
Las conversaciones para apartar y 'vender' al polémico concejal se iniciaron en noviembre, y se iban a cerrar este mes
Las acusaciones de Martínez Vidal contra sus socios, a los que llamó corruptos, y su exigencia de dimisiones, no impidieron que las conversaciones siguieran adelante, así como la remodelación del Gobierno regional que según Vidal había sido acordada en diciembre. Para entonces, el nombre del concejal de Salud y Deportes, Felipe Coello, también se puso encima de la mesa, ya que Ciudadanos exigió su dimisión por haberse vacunado indebidamente. No iba a figurar expresamente en el acuerdo de reestructuración, pero su salida estaba implícita en el trato.
Según los populares, Ciudadanos quería firmar el acuerdo «en diferido», para que no se hiciera público antes del 15 de febrero. Quedó como fecha de referencia, ya que la firma se retrasó en tres ocasiones. Con independencia de la fecha, primero tenía que renunciar Felipe Coello. Asimismo, bajo ningún concepto debía conocerse el acuerdo, que tenía que permanecer en secreto hasta que se escenificara una reunión entre dirigentes del PP y Ciudadanos, seguida de una comparecencia del alcalde Ballesta con el nuevo portavoz naranja, Pedro García Rex.
Portavocía para García Rex
Cambio de competencias para los concejales naranjas
El 1 de febrero hubo un primer borrador de acuerdo que debía ser firmado por José Ballesta y Ujaldón, por parte del PP, y por Gabriel Sánchez y Pedro García Rex, por Ciudadanos. El documento relataba la reestructuración de concejalías y la redistribución de competencias, sin asignación de los cuatro concejales de Cs.
Tres días después, ambos partidos se intercambiaron otro documento donde sí figuraba el reparto de nombres y cargos, así como los firmantes del acuerdo: Enrique Ujaldón y Rebeca Pérez (segunda teniente de alcalde y concejal de Movilidad) y Gabriel Sánchez, por parte de Ciudadanos.
En este borrador, Mario Gómez era degradado y pasaba a la Concejalía de Vivienda, Promoción Económica y Empleo; Pedro García Rex asumía la portavocía de Ciudadanos y sería el primer teniente de alcalde y tendría las competencias de Turismo, Comercio y Deportes. Juan Fernando Hernández Piernas llevaría Transparencia, Buen Gobierno y Servicios Públicos Municipales, mientras que Francisca Pérez se haría cargo de Política Social. Asimismo, Ciudadanos no vería reducida su presencia en la Junta de Gobierno. Ambos partidos se repartirían también la dirección y recursos de la Oficina de Prensa.
Este era el documento predestinado para la firma de ambos partidos, el cual fue retocado ese mismo día por el PP con algunos matices: afianzar el carácter secreto del acuerdo hasta su publicación y cubrir tres plazas de coordinadores en las áreas de carácter transversal, como existe en las grandes ciudades.
La situación se hace insostenible
Reunión en la Casa Díaz Cassou para ultimar la remodelación
La firma del acuerdo se retrasó en tres ocasiones. Ciudadanos pidió que se hiciera después de las elecciones de Cataluña del 14 de febrero. Luego propuso esperar a que se aprobara en la Asamblea la reforma exprés de la ley del Presidente, pactada entre Cs y PP, que se presentó el 23 de febrero, y el último emplazamiento se fijó después del Pleno ordinario municipal del día 25, en el que Mario Gómez advirtió al PP de que estaba «vencido» el plazo para cesar a Felipe Coello, aunque precisó que no peligraba el pacto. «Sentémonos y hagamos unidad de acción, y tomemos las medidas», dijo el portavoz naranja. En ese momento, su partido jugaba con dos barajas: con el PP para sacrificar al propio Gómez y reforzar la coalición municipal, y con el PSOE para presentar la moción de censura contra José Ballesta. Al final prevaleció la segunda opción.
Para el PP y el alcalde, la situación se hacía cada día más insostenible. Los populares forzaron una reunión directa con Sánchez Torregrosa, recién nombrado consejero, que tuvo lugar el 26 de febrero en su despacho de la Casa Díaz Cassou. Junto a Ujaldón, asistieron la concejal Rebeca Pérez y el director de gabinete del alcalde, Miguel Ángel Pérez. Según el PP, Sánchez Torregrosa les reiteró que Cs quería apartar a Mario Gómez, ya que les causaba muchos problemas por las quejas de vocales, pedáneos y funcionarios. Las conversaciones seguían.
El PP quería cerrar la hoja de ruta porque la situación empeoraba y temía que quedara fuera de control. El alcalde estaba a punto de estallar de tanto esperar. En ese momento, según Ciudadanos, el concejal Pedro García Rex iba a ser informado. Sánchez Torregrosa comunicó a los populares que todo quedaría resuelto en una semana.
A expensas de la moción de censura
Cs frena el acuerdo por«las denuncias y los espías»
Los acontecimientos se precipitaron. El 2 de marzo, el PP anunció una querella dirigida exclusivamente contra Mario Gómez por un presunto delito de infidelidad de documentos y violación de secretos. Según el PP, Sánchez Torregrosa fue informado previamente de dicha denuncia, y no se opuso. Otras fuentes indicaron que la apoyó.
Sánchez Torregrosa dijo el miércoles a LA VERDAD que las negociaciones que llevaba hasta ese momento con el PP se frenaron «cuando salieron las denuncias y los espías». Entre tanto, Mario Gómez, que se barruntaba algo sobre su futuro, denunció en la Fiscalía supuestas irregularidades en varios contratos municipales.
El 9 de marzo, la portavoz municipal, Rebeca Pérez, anunció que la retirada de las competencias de Contratación a Mario Gómez en favor de otro edil de Ciudadanos estaba encima de la mesa del Comité de Seguimiento de los Pactos de Gobierno PP-Cs. Es decir, en el acuerdo que llevaban negociando durante meses. Los populares movieron el 9 de marzo su última ficha -la renuncia de Felipe Coello- creyendo que se zanjaba el problema y se firmaba la tan esperada remodelación municipal. Sin embargo, sus socios naranjas le dieron esquinazo y soltaron la bomba de la moción de censura con sus nuevos aliados del PSOE. En los últimos días, Mario Gómez ha cambiado los términos del acuerdo para repartirse con José Antonio Serrano la alcaldía, su mayor anhelo. Un año para cada uno.
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