Quince indicios para resolver el degollamiento de un hombre en Murcia
Las cámaras de un negocio cercano delatan al presunto autor del crimen de un traficante de drogas en la pedanía de Monteagudo
Una vez más, las grabaciones de una cámara de seguridad se convierten en la pista clave para arrojar luz sobre un crimen. Las imágenes captadas por una nave de castillos hinchables de la pedanía murciana de Monteagudo son una de las principales pruebas que señalan a José A. H., alias 'Gaspar', como presunto autor del degollamiento de Lorenzo, un vecino de este pequeño conglomerado de casas, el pasado 12 de enero. El vídeo, filmado apenas a unos metros de la vivienda de la víctima, ha quedado reflejado en el atestado que la Policía Judicial de la Guardia Civil ha remitido al juez instructor y al que LA VERDAD ha tenido acceso. En las imágenes, se aprecia a un hombre, vestido con un chándal oscuro, que increpa a Lorenzo en una actitud aparentemente violenta. Las imágenes fueron captadas a la hora aproximada en que, calculan los investigadores, se debió de perpetrar el asesinato y hasta tres testigos diferentes han reconocido en esa grabación a Gaspar, ahora en prisión provisional.
Esos fotogramas son solo uno de los quince indicios que la Policía Judicial pone encima de la mesa para sostener la acusación contra este vecino de la pedanía murciana de Casillas, que mantenía desde hacía años una estrecha relación con la víctima y que sigue defendiendo su inocencia a capa y espada. Según se desprende del informe policial y el propio acusado ha reconocido, solía acudir regularmente a la vivienda de Lorenzo para atender sus vicios. Gaspar reconoce que aquel 12 de enero también pasó por la casa de Lorenzo, pero sostiene que no lo hizo a la hora en que se produjo el asesinato. Los guardias civiles, sin embargo, a través de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona, han tejido un informe sobre el recorrido que supuestamente realizó el sospechoso entre las 14 y las 16.26 horas de ese viernes, situándolo en el escenario del crimen. Los investigadores seguían la pista de una bicicleta con alforjas negras en la que, según algunos testigos, se movía el investigado y que las cámaras captaron junto a la casa en repetidas ocasiones.
Una supuesta deuda
La víctima, según explicaron fuentes cercanas a la investigación, era un traficante de baja estofa que vendía drogas al menudeo. Uno de los testigos, amigo también del fallecido, explicó a los investigadores que Gaspar solía acudir cada día tres o cuatro veces a casa de Lorenzo a 'pillar' y que le debía unos 3.000 euros. Una supuesta deuda que el acusado no reconoce, pero que parece quedar reflejada en otro de los indicios que la Guardia Civil plasma en su informe: una carpeta verde con anotaciones que el fallecido guardaba en su casa. En esos papeles, se observa en hipocorístico la anotación GASP junto a una suma contable que arroja un total de 3.210 euros.
Los agentes también se afanaron, en estos meses, en escrutar la actividad que se dio en los teléfonos móviles, tanto del fallecido como de la víctima. Ese análisis puso de relieve que, el día del crimen, el principal acusado realizó varias llamadas a Lorenzo. Los repetidores de telefonía móvil acompañan el recorrido que Gaspar realizó supuestamente en aquella jornada y que ya había sido trazado con la grabación de las cámaras de seguridad. Entre las 16.16 y las 16.32 horas, cuando supuestamente se produjo el crimen, los teléfonos de Gaspar y de Lorenzo estaban recibiendo señal del mismo repetidor. Un detalle que, según los investigadores, apuntala la teoría de que pudieran estar juntos.
Los agentes detuvieron también al arrendatario de la casa de la víctima para que aclarara el hallazgo de una huella
El último de los indicios que la Guardia Civil pone encima de la mesa contra Gaspar es la declaración de uno de los amigos del sospechoso. Este explicó que, los tres días posteriores al crimen, Gaspar se marchó a un camping de la Vega Baja y que, a su regreso, reparó que llevaba el pulgar de la mano derecha vendado. Una lesión que el acusado justificó asegurando que se había cortado.
La Benemérita detuvo recientemente a una segunda persona en relación con este crimen. Según explicaron fuentes cercanas a la investigación, se trata del arrendatario de la casa de Lorenzo y amigo íntimo de este. Este hombre, que quedó en libertad con cargos, le había cedido el uso de la vivienda a la víctima. Aunque tenía llaves y podía entrar a la casa, al parecer, evitaba hacerlo cuando su amigo no estaba. Los investigadores solicitaron su declaración como investigado para que aclarara la localización de una huella dactilar, pero no consideran que tenga vinculación con el asesinato de Lorenzo.
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La víctima del crimen ya recibió un balazo en el cuello en 2017
«Al sentir el disparo vi todo blanco y me caí al suelo». Con esas palabras, Lorenzo, la víctima del crimen de Monteagudo, explicaba en el otoño de 2017 el ataque del que acababa de ser víctima. Un tiroteo que llevó a este hombre a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia y, por primera vez, a las páginas de este periódico. «Me intenté levantar, pero no pude. Creo que perdí más de dos litros de sangre».
Los investigadores ya vincularon ese ataque, sufrido por Lorenzo hace cerca de seis años, con sus escarceos con la venta al menudeo de drogas. Una actividad ilegal que, sin embargo, él descartaba rotundamente. «No tengo ningún vínculo con el tráfico de drogas ni con la prostitución ni con ningún otro negocio», subrayó convencido a LA VERDAD mientras mostraba los orificios de entrada de una bala que aún lucía en el cuello tras recibir el alta médica. «He vuelto a nacer», celebraba.
Meses después, ya en verano, la Policía Nacional detuvo a dos jóvenes acusados de ese presunto intento de homicidio de Lorenzo, cuando residía en una vivienda de la pedanía murciana de Zarandona. Según precisaron fuentes del cuerpo, en la vivienda de la víctima se hallaron unos 100 gramos de cocaína y dinero en efectivo, por lo que se investigaba si el lesionado se dedicaba a la venta al menudeo de droga y si la agresión se pudo deber a un intento de robo de las ganancias de ese negocio.
El acusado defiende su inocencia y apunta a otro amigo del fallecido
José A. H., alias 'Gaspar', lleva ya cerca de dos meses entre rejas, pero sigue defendiendo su inocencia a capa y espada. El principal sospechoso del crimen de Monteagudo niega cualquier implicación con el asesinato y apunta a otro amigo del fallecido que, asegura, guarda un gran parecido físico con él. Su letrado defensor, Fermín Guerrero Faura, solicitó al juez instructor la declaración como testigos de varias personas vinculadas al entorno del difunto para tratar de arrojar luz sobre estos hechos. La cita será el próximo 9 de abril.