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La Virgen de la Fuensanta, este jueves, en el barrio del Carmen de Murcia.

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La Virgen de la Fuensanta, este jueves, en el barrio del Carmen de Murcia. Nacho García / AGM

La patrona de Murcia entra en la ciudad arropada por sus fieles

La Virgen de la Fuensanta, que bajó este jueves en romería desde su santuario del monte, estará en la Catedral durante toda la Feria de Septiembre

Jueves, 5 de septiembre 2024

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Hablar de la patrona de Murcia, la Virgen de la Fuensanta, y de los romeros que la acompañan cada vez que la Morenica abandona su santuario del monte en septiembre, de camino a la ciudad para vivir la Feria en la Catedral, es hablar de sentimientos.

Es muy raro no encontrarse con devotos que tienen algo que agradecerle, pedirle, o, simplemente, necesitan estar cerca de ella y a los que, en no pocas ocasiones se les escapan lágrimas de emoción.

Son romeros a los que no les importó arroparla desde la salida de su templo de Algezares a una temprana hora vespertina, las 15.30, lloviera, tronara, o con un sol de justicia, como el de este jueves, que no escatimó en calor cuando salía entre las nubes, pese a que el día amaneció nublado y bastante fresco.

De hecho, las monjas benedictinas que la cuidan, el cabo de andas, la camarera de la Virgen y el resto de las personas que participan en su puesta a punto y en la organización de la bajada, estuvieron pendientes del 'parte' meteorológico toda la mañana.

No es la romería más numerosa; para eso hay que esperar a la que tendrá lugar el 17 de septiembre, día festivo en la ciudad, y en la que la patrona regresa a su santuario hasta que vuelva a bajar a la Catedral para celebrar el aniversario de su coronación canónica, fechas que coinciden con las Fiestas de Primavera. Pero no por ello es menos sentida y vivida por sus participantes.

Es el caso de Nuria y José Antonio, ambos vecinos de Murcia, de 26 y 28 años que hicieron el recorrido solos y descalzos. Nuria acompañó a la Virgen por una promesa relacionada con la salud y José Antonio, como en los últimos cinco años, en honor de su abuela fallecida. «Desde que tengo uso de razón he hecho la romería con ella y ahora que no está, no puedo fallar», comenta con emoción, que también aprovecha para pedirle a la Morenica por el bien de la familia.

María Jesús y Juan, que viven en la pedanía de Cabezo de Torres, son asiduos al traslado y en esta ocasión hay una razón especial: «Es por un tema de trabajo, pero sobre todo porque le tengo mucha devoción».

Ambos comentaron que este año la Virgen había bajado especialmente arropada. «No recordamos tanta gente acompañándola desde el santuario».

La Morenica llevaba para la ocasión un manto rojo bermellón con bordados en negro, con motivos florales y de pájaros, y en el centro, las siete coronas del escudo de Murcia.

Como es tradicional, durante parte del recorrido, que en total tiene poco más de ocho kilómetros de longitud, los fieles que lo solicitaron pudieron actuar como estantes de la Virgen durante unos metros. Es el caso de Carlos, que desde pequeño ha hecho las romerías de bajada y subida de la Virgen. Y, en ocasiones, ha portado a la imagen. «Lo hago por una mezcla de tradición, sentimiento y devoción». Y este año, también, para pedirle que su primera hija llegue a este mundo sin problemas.

Los tradicionales vítores y aplausos no dejaron de resonar durante todo el trayecto, algunos 'tuneados' a partir del habitual 'Guapa, guapa y guapa' que en esta ocasión tuvo como colofón '...a rabiar«.

Pétalos por doquier

A la Virgen la llenan de pétalos de miles de rosas en varias ocasiones durante la bajada, desde balcones privados, desde el Museo de la Sangre junto a la iglesia del Carmen, y, por segundo año consecutivo, desde las ventanas del Ayuntamiento que dan a la calle Arenal. En este caso, además, acompañadas de oropel, miles de papelillos dorados que formaron junto con los pétalos una alfombra por la que pasó la patrona.

En la iglesia del Carmen, primera parada en la ciudad y donde llegó hacia las 19.30 horas, le esperaban las autoridades eclesiásticas, políticas y de las fuerzas de seguridad, que la acompañaron hasta la Catedral.

A las puertas de la parroquia el alcalde, José Ballesta, destacó que ésta era «una de esas tardes de Murcia, de vivencias de todos los murcianos juntos», lo que la convierte «en un lugar único, privilegiado».

El presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, comentó que recibía a la Virgen de la Fuensanta «compartiendo la ilusión, la pasión y la esperanza» por la Morenica de todos los murcianos y por extensión, «de toda la Región».

Tras salir de la iglesia del Carmen abría el cortejo la Unidad de Caballería de la Policía Local y, junto a las autoridades, lo completaron representantes del Cabildo catedralicio, de las Cofradías, de la Federación de Moros y Cristianos, de las Peñas Huertanas y de la Agrupación Sardinera, entre otros.

En el Puente Viejo, los integrantes de la Coral Discantus, dirigidos por Ángel Luis Carrillo, interpretaron desde el edificio de la Virgen de los Peligros una selección de cantos marianos conmemorativos de la vida de la patrona de Murcia. Al llegar la patrona a su lado la recibieron con su himno, y la despidieron con un emotivo himno a Murcia.

La formación musical Virgen de la Fuentesanta, de la pedanía de Los Garres, acompañó a la patrona desde su llegada al Carmen.

La Morenica entró a la Catedral al filo de las 20.30 horas, tras pasar por el arco floral que decoraba el Puente Viejo. Allí fue recibida por fieles que ya abarrotaban el templo.

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