No cayó la breva de Salzillo
La talla alcanzó los 85.000 euros y el misterio es ahora es aclarar quién la compró, pues solo ha trascendido que fue un particular y por teléfono
Lo supo casi nada más verla. Era de Salzillo. Tan convencido estaba de ello que estampó su firma en el informe que la atribuía ... al genial escultor. Les escribo sobre el profesor de Historia del Arte de la UMU, el maestro Manuel Pérez Sánchez. Pocos olfatos artísticos como el suyo existen en estos lares. Algo tuvo que ver también, por cierto, otro reconocido profesor: Ignacio José García Zapata. Ante sí tenía una talla de la Virgen de la Merced, la misma que el otro día salió a subasta.
El precio inicial era de 3.800 euros. Pero alcanzó los 85.000, que tampoco es una barbaridad por una obra del genial escultor murciano. El misterio ahora es aclarar quién la compró, pues solo ha trascendido que fue un particular y por teléfono.
La subasta comenzó calentita. Algunos días antes, Huermur, que es una asociación en defensa de nuestro patrimonio, exigió a Cultura que ejerciera el derecho de tanteo. De esta forma, la talla podría quedarse o venir a Murcia e incrementar los fondos, pongo por caso, del Museo Salzillo.
Cultura, según explicó un propio, propuso entonces al Ministerio de Ídem que hiciera lo mismo y que luego cediera la obra a la Comunidad Autónoma. Lo leí en estas mismas páginas de la mano del colega Miguel Rubio. En ese instante auguré que, como diría un huertano, adiós muy buenas.
-Bueno. No eche el carro por las piedras. Hace poco el compró un Salzillo.
-Cierto. Más no para cederlo a Murcia.
Eso sucedió con una Inmaculada que en febrero de 2016 adquirió el Museo Nacional de Escultura a la familia Fontes. Su precio: 150.000 euros. La obra sirvió como modelo para la Purísima que el autor entregó al convento murciano de San Franciscoy que fue quemada en la oleada anticatólica de 1931. Y también para otra destinada a Hellín, que ardió en 1936.
Pudimos admirarla en la exposición 'Salzillo. Testigo de un siglo', que conmemoró el III Centenario del nacimiento del escultor. Y, échenle hilo a la cometa, la Comunidad de entonces pagó muchos miles de euros por restaurarla y exhibirla. Para que sus dueños la vendieran después, limpita y reluciente, al Museo Nacional.
El caso de la Merced es distinto. ¿Qué hubiera hecho alguien despabilado? Ni idea. Les cuento que hubiera hecho yo: negociar con el propietario antes de la subasta, pactar un precio y retirar la pieza a tiempo. Tampoco es que se pujara por el Escorial y siempre es mejor que esperar que nos caiga la breva… salzillesca.
¿De verdad pensamos que el Ministerio nos iba a ayudar? ¿O el ministro del ramo, el economista Ernesto Urtasun, ese señor que solo habla de política pues poco podría hacerlo de cultura?
Señores, al Ministerio le traemos sin cuidado, por no escribir que le importamos un carajo. Abra el lector sus brazos cuanto pueda, por favor. Pues así, así de grande, cuando no más, es el carajo que le importamos los murcianos al Ministerio.
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