Una banda asalta de madrugada cinco comercios en cinco días en Puente Tocinos
Un grupo de al menos tres encapuchados roba entre el viernes y el martes en cuatro establecimientos, ubicados en el centro de la pedanía, y destroza la terraza de una cafetería
Una farmacia, una barbería, una panadería y una heladería han sido desvalijados en los últimos días en la pedanía murciana de Puente Tocinos. La relación de actos delictivos la completa el destrozo de la terraza de una cafetería y la sustracción de documentación del interior de un coche, con la rotura previa del cristal de una ventanilla.
Entre el pasado viernes y este martes, un grupo de ladrones puso los comercios de la localidad entre los objetivos de sus asaltos. Los propietarios de los establecimientos afectados creen que se trata de la misma banda y que sus integrantes son vecinos del pueblo, o conocen perfectamente la zona. Todos los locales fueron atacados de madrugada, en el entorno de la calle Mayor, la arteria principal de la localidad, y todos están situados muy cerca los unos de los otros, en un radio de poco más de 200 metros cuadrados.
El primer robo lo sufrió en la madrugada del jueves al viernes pasado una farmacia ubicada en el carril de La Torre, junto al recinto de fiestas. A las 4.56 horas, tres encapuchados levantaron la persiana de la botica, entraron y forzaron la puerta cristal de la entrada. Arrancaron tres cajas registradoras y se marcharon al descubrir que la alarma les había delatado. Las cámaras de seguridad marcaban en ese momento las 4.58 horas. Emplearon tan solo dos minutos para dar el palo.
La banda se tomó, en apariencia, dos días de descanso y la madrugada del domingo al lunes pasado se volvió a activar y lo hizo de forma frenética asaltando varios negocios de la calle Mayor.
Ruta delictiva de madrugada
Una barbería fue uno de los locales que desvalijaron entre las tres y las cinco de la madrugada. Violentaron el sistema de apertura de la persiana, y se tomaron un tiempo antes de acceder al comercio para inhabilitar la alarma. «Cambiaron la frecuencia del sistema y se desactivó, al igual que los sensores de movimiento que tenía instalados», afirma Ali, el joven propietario de la peluquería que atiende al empleado de una empresa de seguridad. «Voy a cambiarlo todo para que no vuelva a pasar», añade. Los ladrones arramblaron con todo lo que pudieron. 1.600 euros y productos de peluquería valorados en 5.000 euros.
La ruta delictiva del grupo continuó esa madrugada unos pocos metros más adelante, donde se fijaron en una panadería. Volvieron a forzar la entrada, rompiendo un cristal de seguridad con un marro. «Buscaban dinero, pero aquí solemos tener muy poco efectivo. También se llevaron varios botes de refresco y de cerveza que había en una nevera», explica una empleada, que expresa sorprendida la impunidad con la que actuaron. «El local está rodeado de bloques de viviendas, en medio del pueblo y a pesar de ello y del ruido que debieron hacer para romper el cristal, se lo tomaron con calma», asegura.
Tanta tranquilidad mostró la banda que antes de huir les dio tiempo a fracturar el cristal de un vehículo que estaba estacionado en la misma calle y se llevaron la documentación que estaba en la guantera. Finalmente, el grupo entró en la terraza de una cafetería, que está cubierta con un velador. En ese espacio, consumieron las bebidas que habían robado en la panadería.
«Cuando llegué estaba todo revuelto, había mesas y sillas rotas, y envases de bebidas. Además, vaciaron todos los servilleteros, amontonaron los papales y les prendieron fuego, como si hubiesen pretendido hacer una hoguera», afirma el dueño del local.
En una furgoneta blanca
El último asalto fue el pasado martes de madrugada en una heladería, situada en la plaza Artesanos del Belén. En este negocio entraron tres hombres con el rostro tapado con pasamontañas a las 2.45 horas, rompiendo la cerradura de la entrada. En un minuto se llevaron la caja registradora, que cargaron en un furgón blanco, «rotulada con un letrero de materiales de construcción», asegura un testigo. Pero, al parecer, querían más y regresaron una hora después para montar una máquina de tabaco en una carretilla del propio local y la cargaron en la furgoneta.
