El CEO Congress reúne a directivos líderes «en un contexto difícil» y de «máxima inseguridad»

Y lo hizo en un día clave para España, coincidiendo con la primera sesión del debate de investidura de Pedro Sánchez. Aunque el nombre del candidato a presidente del Gobierno no se mencionó en ningún discurso, todos entendieron que las alusiones al «clima asfixiante», las «incertidumbres», la «máxima inseguridad» y la «presión fiscal» hacían referencia a Sánchez.

José María Albarracín, presidente de la patronal Croem, abrió el evento haciendo alusión al «contexto difícil» en el que se celebra el CEO Congress de este año sin más detalles porque, en su opinión, «a nadie se le escapa» a qué se refiere cuando advierte de que la empresa no debe hacer una «incursión política directa», pero nadie puede impedirle que dé su «opinión». Y en este punto lamentó que se cuestione la igualdad de los españoles y que estemos asistiendo al «fraccionamiento de los poderes del Estado».

Gerardo Cuerva, presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), reconoció en Murcia que le era «imposible no hablar de la compleja y difícil situación» que atraviesa España y pidió «estabilidad, seguridad jurídica» y «un entorno favorable para la actividad empresarial». El también vicepresidente de la patronal CEOE aprovechó, además, para lamentar que el país esté entrando en un «entorno de máxima inseguridad», en el que afloran «diferencias entre los ciudadanos por el lugar en el que residen». Por eso, no dudó en hablar de «clima asfixiante», en el que, en su opinión, se orilla y dinamita «el diálogo social». «No es de justicia que por intereses cortoplacistas y partidistas se pongan en juego el interés general y la convivencia». Frente a este «entorno», señaló, queda la empresa, que persigue seguir creando «el verdadero y claro progreso».

A continuación llegaron los dos discursos más largos de la inauguración: el del alcalde de Murcia, José Ballesta, con un toque literario, y el del presidente regional, Fernando López Miras, más combativo. El primero se centró en resaltar el papel de la sociedad civil como «dique» para impedir la «intromisión» del Estado y de las administraciones. El segundo, en llamar a la unidad para «hacer frente al ataque al Estado de derecho». Para Ballesta, vivimos «tiempos de difícil definición», con «giros bruscos que dan vértigo» en los que parece que todo vale en aras de la supervivencia política. También tuvo palabras para los populismos acompañados de mediocridad y ensalzó a la España «que crece en la concordia», que ha superado crisis económicas y sociales y que «vive en la esperanza».

Miras, por su parte, hizo un alegato político en «momentos muy complicados en los que se ha dado el pistoletazo de salida al cuestionamiento de la democracia». «Todo lo que estamos viviendo es humillante, discriminatorio, indigno, irresponsable y, sobre todo, inconstitucional», dijo en referencia a los pactos del PSOE y Junts.

Cerró el acto el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, que aseguró que la patronal no secundará una huelga (en referencia a la convocada por el sindicato Solidaridad, cercano a Vox) que no está vinculada al «mundo del empleo y el trabajo» sino que responde «a otros motivos», que ni comparten ni van a apoyar, como tampoco respaldan la amnistía. A preguntas de la prensa sobre «la revuelta social», Garamendi aclaró que «el término revuelta» no lo ve, pero defendió las manifestaciones legales, como las del pasado domingo en todas las provincias españolas, que diferenció de las que tienen lugar frente a las sedes del PSOE.

Por otra parte, el discurso del director de Negocio de CaixaBank, Jaume Masana, puso en valor la importancia de la responsabilidad social de las empresas que, «además de dar un rendimiento económico y un dividendo a sus accionistas, tienen que contar con un dividendo social», señaló.

Una de las charlas más esperadas del CEO Congress fue la impartida por el empresario Miquel Jordá, de Eurofirms Group, y el exjugador de baloncesto de la selección española Marc Gasol. El deportista habló de cuando decidió dejar la NBA para liderar un equipo de segunda división en Gerona, cambiando el Madison Square Garden y los jets privados por viajes en autobuses por España. Lo hizo, dijo, porque sentía el deber de compartir sus valores con su gente. Hoy, asegura, aprende mucho de los niños con los que trabaja. Además, destacó que «los grupos que muestran más compromiso tienen más éxito».

Por su parte, Jordá habló de los problemas que tiene una empresa cuando se entiende como una máquina de hacer dinero y no como una organización que trabaja con personas y no se ve como una «plataforma fantástica para mejorar la sociedad». También insistió en que no basta con tener valores porque «no todos los valores valen». Asimismo dio un voto de confianza a la juventud, que ha sido criticada desde los tiempos de Sócrates.