Ivailo Kalfin: «Las energías renovables serán claves para la Región de Murcia»

–¿Cómo afectará la transición verde a las condiciones de vida y de trabajo de los ciudadanos europeos?

–El lado positivo está muy claro, porque si tenemos un medio ambiente más limpio y agua menos contaminada, todos nos beneficiaremos con una mejor calidad de vida y menos enfermedades. En definitiva, tendremos una existencia más saludable y prolongada. Pero es muy importante que las personas más vulnerables no carguen con los costes. Quienes tienen ingresos más bajos deben obtener un doble beneficio: un entorno más sano y ayudas para afrontar esta transformación y no quedarse atrás. Esta es la clave si queremos tener éxito.

–En la Cumbre de Glasgow se impone de nuevo el pesimismo acerca de la necesaria reducción de emisiones de CO2. Persiste la sensación de que los intereses de grandes compañías energéticas y de países como EE UU, India, China y Rusia se imponen al interés general.

–Esto es un hecho; desgraciadamente, lo que vemos en la Cumbre de Glasgow es que no parece que vayamos a conseguir un compromiso común. China no está por la labor de llegar a un acuerdo y tampoco hay una actitud positiva en los principales países emisores de contaminación.

–¿Entonces?

–Europa tiene que actuar de forma conjunta y debe gravar las importaciones procedentes de países que utilizan tecnologías sucias o contaminantes. Esta es la propuesta de la Comisión Europea para los impuestos sobre el carbono. Si en Europa bajamos la producción en favor del medio ambiente pero no se toman medidas en el otro lado de la frontera, no se reducirán las emisiones. Europa cuenta con los elementos para influir en el resto de países, pero no deberíamos esperarlos sino anticiparnos y liderar la conservación de la naturaleza. Esto es muy importante sobre todo en la Región de Murcia, donde ya hemos visto cómo las temperaturas han aumentado durante los últimos años.

–Hace una década se nos aseguró que en 2020 se impondría el coche eléctrico, pero sigue siendo minoritario.

–Es cierto, las políticas no han estado bien centradas hasta la fecha. Las ayudas para comprar coches eléctricos solo beneficiarán a las personas que tienen ingresos elevados, ya que no veremos a personas modestas adquiriendo estos vehículos. Nos faltan medidas que se dirijan a quienes tienen menos ingresos, y hasta ahora no hemos desarrollado una política clara en este sentido.

–¿Somos conscientes de los desafíos que impone el cambio climático en nuestros modos de vida?

–Si lo hacemos bien, viviremos en un entorno más limpio: se incrementará el teletrabajo –algo que ya hemos visto que ha ocurrido, obligado por la pandemia del coronavirus–, será necesario menos transporte y habrá menos contaminación. También veremos la aparición de nuevas profesiones. Pero el coste debe distribuirse de forma justa y equitativa porque de lo contrario creará grandes divisiones en la sociedad.

–La brecha norte-sur de la Unión Europea, que parece no tener solución...

–Hemos visto un incremento en las diferencias después de la crisis de 2008, y España es un ejemplo de ello. Las consecuencias de la austeridad en España han sido una generación con mucho desempleo o con empleos precarios, con difícil acceso a la vivienda y mucha incertidumbre. Con la pandemia, la Unión Europea ha apostado por un enfoque distinto. En lugar de hablar de austeridad, se han concedido más ayudas económicas, y creo que esa es la medida más acertada para acabar con las diferencias, que se acentúan con las crisis. Como colectividad siempre seremos más fuertes, más que como una simple colección de Estados miembros.

–¿Es necesario un decrecimiento económico para hacer más sostenible nuestra sociedad?

–No. No es necesario reducir la economía, todo lo contrario. La nueva economía va a generar más empleo y mejores puestos de trabajo. Lo que es muy importante es centrarse en la transición. Nadie argumenta que la transición verde vaya a reducir la economía; al revés, todos ven el beneficio. Pero aún no tenemos respuestas sobre dónde empezamos la transición verde y cómo llegamos a un desarrollo regional en el que los ciudadanos alcancen una buena calidad de vida y condiciones laborales.

–¿Cómo habría que gastar los fondos 'Next Generation' para hacer rentable esta histórica aportación de dinero europeo?

–Vaya, ¡esa es una muy buena pregunta! Ahora mismo hay una buena orientación de ir a nivel regional más que nacional y de buscar actuaciones relacionadas con la transición digital y la economía verde. Estamos hablando de una cantidad enorme de dinero [806.900 millones de euros, 140.000 para España], una suma que la Unión Europea nunca se ha gastado en los Estados miembros. Si fallamos, no creo que exista una nueva oportunidad de contar con una ayuda como esta. Así que estamos muy centrados en que este dinero se emplee en los destinos adecuados porque va a cambiar nuestra vida.

–¿Alguna recomendación para una región pequeña como Murcia, enfocada en la agricultura y el turismo y donde el cambio climático se acusa especialmente?

–Hay algo que me ha llamado la atención aquí:Murcia es la comunidad y la capital con mayor porcentaje de jóvenes de toda España. Lo que quiere decir que hay un gran potencial. El problema sería que no hubiera jóvenes. He hablado con el alcalde y me ha transmitido algunas buenas ideas sobre emprendedurismo y conexión de las universidades con las empresas. Las energías renovables, especialmente la solar, serán claves para la Región de Murcia. Generarán muchas oportunidades, sinergias y puestos de trabajo. Yo trataría de aprovechar los beneficios de la transición digital y verde y la Región de Murcia podría ser el ejemplo de que no es imprescindible la industria tradicional para generar puestos de trabajo bien pagados.

–¿Qué reflexión hace de la crisis ecológica del Mar Menor?

–Este es un muy mal ejemplo del efecto de la agricultura intensiva en el medio ambiente. Lo que veo y lo que he leído es que todo el mundo sabe que es un gran problema pero no hay acuerdo para tomar las medidas: ¿debe hacerlo el Gobierno central o el regional? No puedo decir qué debe hacerse ni por parte de quién, pero sí que hay que solucionarlo ya.