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Un murciélago orejudo dorado ('Plecotus auritus'). ELENA TENA
Los murciélagos no son tan malos

Los murciélagos no son tan malos

La sociedad científica que estudia a estos mamíferos tan beneficiosos como incomprendidos reclama tranquilidad tras la alarma social provocada por las mordeduras de dos quirópteros, en Valladolid y Huelva, con riesgo de transmisión de rabia

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Martes, 18 de septiembre 2018, 20:32

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Era demasiado tentador: dos personas son mordidas por murciélagos portadores del virus de la rabia en Valladolid y Zamora. Una combinación infalible para que se desatase la alarma social, tras publicarse la noticia la semana pasada, con estos feos pero necesarios mamíferos en el centro de la diana. Lo que les faltaba a nuestros pobres vampiros, que nos libran de insectos (y por lo tanto, de plagas y enfermedades), pese a lo cual los tratamos tan mal que algunos están al borde de la extinción. Todas las especies están protegidas pero no son bichos tan mediáticos como un lince o un oso pardo. Pese a su mala fama, su presencia es imprescindible, en la naturaleza y en nuestros espacios urbanos.

No demonicemos a los quirópteros, reclama la Asociación Española para la Conservación y el Estudio de los Murciélagos (SECEMU), que ha emitido un comunicado en el que aclara los riesgos de transmisión de la rabia por la fauna silvestre y recuerda que estas mordeduras son excepcionales y seguramente producidas por una manipulación imprudente de estos animales, inofensivos si no los atrapamos para molestarlos. Los murciélagos no revolotean aviesamente en busca de víctimas humanas. Eso solo ocurre en las películas.

A continuación, la nota informativa de SECEMU.

1. Los murciélagos no atacan a los humanos ni a otros vertebrados, en ninguna parte de Europa. Únicamente pueden intentar morder a personas si ésas los cogen, y su intención es liberarse, no atacar maliciosamente.

2. Los murciélagos europeos son animales pequeños (entre 5 y 60 gramos, menos de una milésima de lo que pesa una persona adulta) que se alimentan fundamentalmente de insectos, por lo que son muy beneficiosos, al controlar de forma natural las poblaciones de estos invertebrados, algunos de ellos plagas y otros transmisores de enfermedades a humanos o molestos como los mosquitos.

3. Algunas especies presentes en España han visto reducidas sus poblaciones en las últimas décadas debido a la acción humana. Por ello, actualmente todos los murciélagos se encuentran protegidos por la ley.

4. La rabia (enfermedad producida por dieciséis virus diferentes del grupo de los lisavirus) puede estar presente y transmitirse en todos los mamíferos, también en murciélagos. Los murciélagos tienen sus propios lisavirus, presentes solo en algunas especies, siendo infrecuente encontrar individuos infectados: mucho menos del 1% de los murciélagos sanos son portadores de virus, pero esta frecuencia puede ser mayor en ejemplares que presentan alteraciones del comportamiento que los hacen más accesibles al público.

5. La rabia que estos murciélagos pueden potencialmente transmitir no tiene nada que ver con la conocida rabia terrestre (perros, zorros, etc.), ya que esta última está producida por el virus de la rabia, que no infecta a los murciélagos europeos. Al igual que ocurre con los seres humanos, es extremadamente infrecuente que los demás mamíferos terrestres se infecten por los lisavirus propios de los murciélagos europeos. De hecho, nunca se ha visto ningún perro infectado por estos virus.

6.España está libre de rabia terrestre, aunque existe riesgo de importación desde zonas endémicas cercanas. El mantenimiento de nuestro estatus actual de país libre de rabia terrestre depende fundamentalmente de que seamos responsables y vacunemos a nuestras mascotas y de que acudamos al veterinario antes de viajar con nuestras mascotas al extranjero para cumplir con las correspondientes normas.

7. En los últimos 30 años, solo una persona ha muerto por rabia transmitida por murciélagos en toda Europa. No ha habido ninguna víctima en España. En caso de mordedura por cualquier animal con rabia, existe un tratamiento para evitar el desarrollo de la enfermedad y es totalmente eficaz y seguro. Cuando se ha dado el caso, se ha aplicado el tratamiento y nunca se ha contraído la rabia. En el caso humano al que hacíamos referencia no se siguieron dichos procedimientos preventivos.

8. Para evitar el contagio de la rabia, es conveniente no coger animales silvestres o desconocidos, incluidos perros o murciélagos, lo que evita el riesgo de mordeduras. Solo los especialistas pueden manipular murciélagos, y siempre con guantes. En caso de mordedura, hay que acudir siempre al médico por razones de seguridad, para que haga una evaluación del riesgo y, si estuviese indicado, nos prescriba el tratamiento preventivo. En definitiva, el riesgo de contraer rabia por contagio desde murciélagos es muy bajo y muy fácil de eliminar: basta con evitar cogerlos con la mano.

9. Hay que aclarar que los murciélagos conviven con nosotros, como siempre lo han hecho, con efectos muy beneficiosos (nos libran de muchos insectos dañinos), y algunas de sus poblaciones se encuentran amenazadas (incluso a punto de extinguirse), por lo que SECEMU vela por su conservación.

10. Cualquier persona que tenga dudas o algún tipo de conflicto con murciélagos debe ponerse en contacto con nosotros o con la consejería de Medio Ambiente de su comunidad autónoma.

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