Último tango en Murcia
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María Schneider, fallecida en 2011 y enterrada en el cementerio del Père-Lachaise de París, donde mismo que Gerda Taro, Edith Piaf, Jim Morrison y Óscar Wilde, tuvo con 19 años la experiencia más impactante de su vida. Un piso en París, Bertolucci dirigiendo y Marlon Brando, legendario protagonista de 'Un tranvía llamado deseo' (1952) y 'La ley del silencio' (1954), como partenaire en el rodaje. Un filme «desgarrado y desolador» en el que un viudo desesperado y una hipnotizada veinteañera dan rienda suelta a sus arrebatos en «la película más romántica que conozco», decía el realizador italiano, una obra maestra del cine que convirtió a la joven María en 'sex symbol'.
La Filmoteca Regional de Murcia invitó en 2004 a la actriz francesa a presentar la proyección de 'El último tango en París' (1972), dentro del ciclo 'En recuerdo de Marlon Brando', dirigido por el catedrático de Cine de la UMU Joaquín Cánovas. Schneider había rodado 48 películas, pero 'El último tango en París', una de sus primeras interpretaciones ante la cámara, eclipsó toda su filmografía. «Corrían los años 70. Años de liberación, de experimentación con drogas y consumo de marihuana, de amor libre y de revolución sexual superada; además, no había sida», contó en su visita a Murcia, de la que fue testigo la periodista de LA VERDAD Pepa García. «Yo estaba dispuesta a conocerlo todo. A esa edad se es invencible, lo quieres mirar todo y saber todo. Nos comíamos el mundo».
Admiraba a Marlon Brando. Antes de rodar, el mito le preguntó de qué signo era: «Aries, le contesté. Entonces, todo irá bien, me dijo». Reconocía que su método de interpretación había sido «la mejor escuela». Perdió 10 kilos en el rodaje y cobró «muy poco».