Escandell y Jansson obran el milagro
Las paradas del meta de Carcagente y el gol del sueco en el último minuto dan al Efesé una victoria que no mereció en Andorra
Eder Sarabia, entrenador del Andorra, tiene un ego gigante, casi tan grande como las enormes montañas andorranas que este domingo amanecieron nevadas para recibir al ... Efesé casi 30 años después de su última visita al diminuto país de los Pirineos. Su equipo juega de cine y su propuesta es maravillosa. Gerard Piqué acaba de renovarle el contrato hasta 2025 y su escalada hacia la élite de los banquillos nacionales es imparable. El bilbaíno pronto dejará de ser recordado como aquel ayudante de Quique Setién que cometió el error de plantarle cara al mismísimo Leo Messi y hará su propio camino como técnico de Primera División.
FC Andorra
Raúl Lizoain; Adrià Altimira, Adrià Vilanova, Mika Mármol, Diego Pampín (Martí Vilà, 82); Marc Aguado, Iván Gil (Moha, 82), Rubén Bover (Marc Fernández, 88); Germán Valera (Almpanis, 73), Jacobo González (Carlos Martínez, 88) y Bakis.
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FC Cartagena
Aarón Escandell; Iván Calero, Alcalá, Kiko Olivas, Datkovic; Mikel Rico (Musto, 67), Tejera (Luca Sangalli, 57), De Blasis; Borja Valle (Franchu, 67), Jairo (Jansson, 86) y Armando Sadiku (Ortuño, 57).
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Gol: 0-1, Jansson (minuto 90+).
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Árbitro: Trujillo Suárez (canario). Amarillas al local Jacobo y al visitante Musto.
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Incidencias: Estadi Nacional de Andorra. 1.420 espectadores, con una docena de seguidores del Cartagena en las gradas.
El ego no tiene por qué ser malo. Un poco de aprecio por uno mismo es bueno, de hecho. Lo que pasa es que a Sarabia, que todavía está en Segunda aunque insisto en que eso será por poco tiempo, a veces se le va la mano. Y la boca. Dijo en la previa de su partido ante el Efesé que, «como cada semana», apenas presta atención a lo que hace su rival y que «el 80% de lo que trabajamos es siempre pensando en nosotros mismos, y en cómo tenemos que jugar».
Además, como cada domingo, Sarabia revolucionó su alineación e introdujo siete cambios en el once, a pesar de que su equipo venía enrachado. Había ganado cinco de sus últimos seis partidos, marcando trece goles y encajando solo dos. Tocó y tocó hasta la extenuación el conjunto de Eder Sarabia, una máquina perfectamente engrasada y con futbolistas capaces de estar un día entero pasándose la pelota sin que el contrario se la quite. Fue mucho mejor el Andorra que un Cartagena bajo mínimos, sin colmillo y sostenido durante todo el encuentro por las excelentes paradas de Aarón Escandell.
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Pero el gol de Isak Jansson en la última jugada del choque, tras un error infantil de Adriá Altimira, le dio los tres puntos al Cartagena y se convirtió en una cura de humildad para Sarabia y sus muchachos. Jugar bien es fantástico, pero no es lo más relevante en el fútbol. No hay nada más importante que la victoria. Y esa es la lección que los andorranos deben aprender de un duelo en el que tiraron 22 veces a portería y no marcaron. El Efesé, con solo dos disparos, se llevó tres puntos estupendos, que lo consolidan en los puestos de 'playoff' de ascenso y le dejan a solo tres puntos de un liderato que comparten Las Palmas y Alavés.
Recital del Andorra
Si algo queda del viejo fútbol, del que poco a poco nos vamos olvidando por las tecnologías, el videoarbitraje y el hedonismo de estos tiempos actuales, puede ser un desplazamiento en invierno a Andorra como el de este fin de semana, con su nieve, su temperatura bajo cero y su ambiente gélido. Claro que hoy se viaja en avión y con todas las comodidades propias de la época. Y que los futbolistas ya no se ven obligados a competir en los barrizales pirenaicos de hace 30 años, como les pasaba a los Sagarduy, Bartolo, Paco Sánchez, Dani Fernández, Guti, Oliver, Mata, Brau y compañía cuando tenían que jugar en Andorra en los años noventa.
El césped del Estadi Nacional estaba impecable. Como si la estampa navideña de toda la ciudad no fuera con él. La hierba, a 17 grados. El aire, a -1. En esa alfombra se desplegaron los locales desde el comienzo, comiéndose a un Cartagena medio asustado. Y eso que Borja Valle casi marca –en fuera de juego– a los 30 segundos. Fue un espejismo. Los de Sarabia se adueñaron de la pelota (dieron 578 pases, el 90% de ellos com éxito) y las ocasiones fueron llegando casi en cascada.
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En el minuto 4 ya llegó la primera parada de un Escandell que estuvo toda la tarde tocado por una varita mágica. Fue tras un derechazo potente de Jacobo, aprovechándose de una temeraria salida desde atrás de Kiko Olivas. El Efesé dio menos de la mitad de pases (216, el 77% de ellos acertados) que su rival. La posesión fue de los de casa (69-31) y la sensación siempre fue que el gol del Andorra estaba a punto de llegar.
Escandell, héroe
Lo evitó Escandell con una prodigiosa mano, sacando a córner un remate del turco Bakis. Había rematado dentro del área tras una descomunal salida de Mika Mármol desde su área, con la bola cosida a su bota izquierda durante 40 metros. En ese primer tiempo, Mármol y Adriá Vilanova, los centrales locales, parecieron Costacurta y Baresi. Y Diego Pampín, el lateral izquierdo andorrano, la reencarnación de Paolo Maldini. Solo flojeaba por la derecha Adriá Altimira, pero aunque Jairo y De Blasis le buscaban las cosquillas no eran capaces de encontrárselas.
Un zurdazo de Rubén Bover que Escandell sacó como pudo, un testarazo del crecidísimo Mika Mármol que se marchó por encima del larguero y una triple ocasión de Iván Gil, Bakis y Diego Pampín (con una mano sideral del meta visitante en el segundo remate) fueron la traca final de un Andorra que no entendió el motivo por el que se fue al descanso sin marcar.
Nada cambió en el segundo acto. Se animó el murciano Germán Valera, una pesadilla para Datkovic, pero su trallazo se marchó desviado. También puso las manos fuertes Escandell para impedir que Altimira marcara desde lejos. Y en otra triple oportunidad de los locales, Calero y Tejera taponaron dos remates terminales dentro del área y Escandell volvió a lucirse para evitar que Aguado anotara el 1-0.
La gran sorpresa
A la hora de partido chutó por primera y última vez a puerta el Efesé. Lo intentó desde lejos Calero, quien poco después no conectó por milímetros un gran centro desde la derecha de Borja Valle, en lo que fue la mejor jugada de ataque del Cartagena en todo el encuentro. Respondió de manera contundente el Andorra, con un disparo desde la frontal de Iván Gil que se estrelló en la madera tras tocarlo Escandell en otra estirada imposible. En el rechace marcó Bakis, pero estaba en fuera de juego. Jacobo, Carlos Martínez y Vilanova tuvieron las últimas ocasiones de los locales, antes de que el carrusel de cambios enfriara el ritmo del choque.
El último en salir en el Cartagena fue Isak Jansson, que castigó al crecido Andorra en el tercer y último minuto del tiempo añadido. Ortuño buscó al sueco con un pase en largo que hizo entrar en pánico a Altimira. El lateral local se fue al suelo a cortarlo, sin cerciorarse de que su portero, Raúl Lizoain, salía a por la pelota. El balón fue hacia portería y Jansson, con la tranquilidad con la que cualquier paisano suyo camina por el paseo marítimo de Benidorm en verano, apareció por allí y empujó la pelota a placer al fondo de las mallas. Cruel desenlace para los de casa. Y milagro albinegro en Andorra.
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