El látigo de los «progres» aterriza en la Asamblea

Pascual Salvador Hernández (Mazarrón, 1972) no tenía entre sus planes entrar en política. De hecho, los que bien le conocen aseguran que dio el paso pensando en sus tres hijos (un chico y dos chicas) para contribuir a que les quedara un futuro mejor. La defensa de la unidad de España, de las víctimas del terrorismo, de la familia y de la vida también están entre sus prioridades. Ahora tratará de hacer desde la Asamblea lo mismo que ha predicado durante la campaña electoral. Es decir, ser la voz que se ponga en frente de los partidos del consenso de lo políticamente correcto.

Su labor como diputado la deberá compaginar con la presidencia de Vox en Murcia, una formación que ha multiplicado su número de afiliados por 10 en el último año y que en la actualidad roza los 3.000 militantes en la Región. Salvador, a quien su entorno define como «trabajador» y «amable en el trato», tendrá poco tiempo que dedicar a sus aficiones, como son el baloncesto, el pádel y los toros.

Como dijo a su equipo de trabajo, «no le podemos fallar a las personas que han depositado su esperanza en nosotros».