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No hay sorpresa posible del UCAM al Real Madrid
Un demoledor parcial adverso de 0-17 entre el final de la primera parte y comienzo de la segunda fue demasiado para los de Sito Alonso
Nunca puede ser una exigencia para equipos como el UCAM la victoria cuando en la batalla se ponen enfrente colosos de la talla del Real ... Madrid, en estos momentos líder de la Liga Endesa y, a falta de un partido por disputar y así igualar al Olympiacos, también de la Euroliga. Pero tampoco un permiso que, aprovechando la circunstancia, no se plante cara al rival, independientemente de su magnitud. El UCAM falló en estas cuando le tocó visitar el WiZink Center de Madrid hace menos de tres meses, en su derrota más abultada de la temporada y quedando rendido al rival desde el mismo salto inicial.
UCAM Murcia
Bellas (13), McFadden (7), Anderson (13), Luther (3) y Diop (0) -quinteto titular- Trice (3), Klavzar, Radovic (10), Pustovyi (20), Sakho, Jelínek (6) y Rojas (5).
80
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88
Real Madrid
Williams-Goss (7), Musa (10), Hezonja (16), Yabusele (11) y Tavares (18) -quinteto titular- Causeur (3), Hanga (2), Rodríguez (9), Deck (8), Poirier (2), Cornelie (0) y Llull (2).
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Parciales: 20-20, 12-20 (32-40), 23-31 (55-71) y 25-17 (80-88).
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Árbitros: Fernando Calatrava, Vicente Bultó y Héctor Báez.
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Incidencias: Palacio de los Deportes de Murcia, 7.500 espectadores. 20ª jornada de la Liga Endesa.
Los universitarios pueden al menos anotarse como cumplido el deber de hacer sudar al equipo de Chus Mateo en su propia pista. Especialmente, cuando el UCAM no había lanzado ningún tiro libre producto de una falta recibida a falta de solo 3:38 para el final del partido, cuando los tiros desde el 4,60 del conjunto blanco se contaban, ya, por 29. Hasta entonces, el UCAM solo había efectuado un tiro libre, producto de una técnica a Deck en el primer cuarto.
Y es que la balanza de tiros libres en estos partidos contra equipos tan grandes, no solo en billetera, sino también en cuerpos, suelen darse así. Jugadores de equipos como el Real Madrid son capaces de generar más ventajas, físicamente siempre están un punto por delante y la gran mayoría de ellos cuenta con una trayectoria que les da un saber jugar que otros no tienen. Pero, ni mucho menos, lo visto en Murcia dio para que el UCAM, que tuvo en un jugador de siete pies como Pustovyi, que busca la mayoría de sus puntos dentro de la zona, su jugador más buscado en el ataque, no tuviese tiros libres a favor después de una falta recibida hasta que quedaran menos de cuatro minutos para el final.
Batalla inicial
El UCAM, en cualquier caso, (casi) siempre jugó de tú a tú a un Real Madrid que se presentó en Murcia descansado después del aplazamiento de su partido de Euroliga contra el Efes en sensibilidad por los afectados por la tragedia de los terremotos de Turquía y Siria de esta semana. Una que también hizo que se aplaza el duelo de Champions League del UCAM contra el Darüssafaka, pero, a diferencia de a los murcianos, esto cogió al equipo blanco aún en suelo español y ni llegó a viajar.
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Empezó el partido con una convocatoria en la que llamó poderosamente la atención el descarte de un Davis, este año tan errático como rebelde, y un quinteto atípico, con Luther y Diop como pareja interior. Sin mucho resultado, por otra parte, pues el Madrid arrancó con un parcial de 3-10 a su favor apoyado, fundamentalmente, en la superioridad física de Tavares.
Cometida su primera falta por parte del caboverdiano, Sito dio orden inmediata de poner en pista a Pustovyi, sin duda, el mejor del UCAM. El ucraniano, con un plan claro de partido en el que se sentía importante, dio su mejor versión. Atacó a Tavares sin complejos desde el principio, espoleando a su equipo para un parcial de 11-2 que le dio su primera ventaja (14-12, minuto 8) antes de un final de cuarto dominado por Deck, contra el que Rojas lo intentó todo, pero sin poder frenar a uno de los aleros más completos a este lado del Atlántico (20-20, final del primer cuarto).
Otra de las premisas básicas del UCAM fue la de montar su ataque en el otro lado a la mayor velocidad posible cuando hubiese fallo del Real Madrid, especialmente por parte de un grande cerca del aro. De nuevo, Pustovyi se ganó el sueldo para ganar la posición de manera muy veloz. Y, si ya dio una buena batalla contra Tavares, Porier no fue rival para él. De los doce puntos del UCAM en el tercer cuarto, diez fueron suyos (32-30, minuto 17).
Un apagón que mata el partido
Con los universitarios arriba en el marcador, llegó el merecido descanso de Pustovyi. Y, de forma automática, el Real Madrid anotó tres canastas seguidas en rebote ofensivo (32-36, minuto 19). Siguió haciendo daño por dentro con Tavares y Yabusele para verter un jarro de agua fría de diez puntos sin respuesta al descanso cuando mejor estaba el UCAM (32-40), pero la sangría continuó aun a pesar de los quince minutos de intermedio.
La primera falta de tiros libres a favor del UCAM se dio a 3:38 del final del partido, cuando el Real Madrid había tirado ya 29
Volviendo de vestuarios con una marcha más, los de Chus Mateo estiraron hasta el 0-17 el parcial a favor (32-47, minuto 22), dejando ya al UCAM prácticamente sin opciones y, por momentos, desquiciado de acumular contactos que no eran sancionados con falta, ver cómo sus revisiones elevaban sus faltas a antideportivas y las del rival no y, por supuesto, también de sus complicaciones para jugar con Trice al mando de las operaciones. El bache que atraviesa comienza a coger dimensiones de socavón y se está haciendo costumbre verle negar con la cabeza cada vez que es sustituido.
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Cualquiera en el Madrid podía tener su momento. Y, ante el gran partido de Pustovyi, Musa parecía ser el que menos miedo (y más habilidad) tenía para penetrar ante su presencia, manteniendo el gran momento blanco independientemente de que el UCAM volviera a ver el aro, y permitiendo poner una máxima diferencia de 21 puntos después de un triple de Williams-Goss (38-59, minuto 26).
Se salva el honor
Con el partido ya en el bolsillo de Mateo, el UCAM encontró algunas permisiones que le dieron lugar a creer en lo imposible. Empezó con dos triples seguidos de Anderson, hasta entonces muy gris, y siguió pudiendo correr la pista a través de una defensa que crecía en fe conforme pasaban los minutos (55-71, final del tercer cuarto).
Los de Sito Alonso fueron capaces de reducir 16 puntos de ventaja a dos minutos del final a solo 6, pero se quedaron sin tiempo
La inquietud no entraba en el cuerpo de los madridistas gracias a, ahora, unos minutos colosales de Hezonja, que metía nueve puntos seguidos en la recta final del tercer periodo, pero la vuelta de Pustovyi y dos triples seguidos de Rojas y Bellas bajaron la diferencia a diez puntos (67-77, minuto 34). En ese momento se dio una de las acciones de mayor frustración de los universitarios con los árbitros, cuando Radovic fue sancionado con falta la lucha de un rebote en que sus dos manos fueron al balón y, pasada una protesta sin aspavientos, el árbitro Héctor Báez castigó con técnica.
El UCAM remó a contracorriente y un parcial de 10-0 cuando el Madrid había recuperado una gran ventaja (68-84, minuto 38) sí hizo creer, ahora que se le pitaban faltas a favor. Tres tiros libres de McFadden pusieron la diferencia en solo seis puntos (78-84, 59 segundos), pero la falta de tiempo y de margen de error impidió el milagro.
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