Fútbol sala | Jimbee Cartagena
Jiménez Bosque, el éxito a fuego lento del presidente más espontáneoOlvidados sus tropiezos y errores de novato al llegar al club, el dueño del Jimbee se convierte en un tipo venerado por sus triunfos en el fútbol sala cartagenero
Miguel Ángel Jiménez Bosque (Cartagena, 51 años) es en estos momentos el hombre más feliz del mundo. Y también, el empresario más querido en Cartagena. ... No es el más rico, ni mucho menos, a pesar de que su empresa factura 70 millones al año. Pero sí es el más venerado por la gente, por su apuesta decidida por un deporte con tanta tradición en la ciudad como es el fútbol sala. Por invertir en él y, sobre todo, por perseverar y tocar las teclas necesarias para convertir un equipo de media tabla en uno capaz de levantar cuatro títulos en los últimos 17 meses. El último, la Liga conseguida el pasado jueves tras una remontada mágica ante el Barça, convierte a Jiménez Bosque en un presidente que trascenderá: con mucha menos inversión y apoyado en el magisterio de Duda ha conseguido lo que no pudo lograr Pedro García Meroño en la etapa de Polaris World. El Jimbee es hoy un grande del fútbol sala.
Y es curioso que este ingeniero agrónomo que ha hecho fortuna con el melón tipo galia esté comandando este exitoso proyecto, ya que nunca vio un partido de fútbol sala hasta que se convirtió en patrocinador del Roldán femenino en 2014. A él, como a su inseparable hermano Sergio, siempre le gustó el fútbol, «el fútbol 11», como lo llama él. Pero la vida le fue llevando por este camino, hasta que en agosto de 2018 desembarcó en el club de fútbol sala de Cartagena, tras el adiós de Plásticos Romero y con una posible desaparición sobrevolando las instalaciones del entonces recién inaugurado Palacio de Deportes de Cartagena.
Jiménez Bosque entró como un elefante en una cacharrería, sin conocer el terreno que pisaba y cometiendo errores de bulto, en lo deportivo, lo social y lo institucional. Fue aprendiendo a base de golpes y en octubre de 2019, cuando por fin decidió fichar a Duda, encontró la llave que en el futuro abriría las puertas de la gloria al Jimbee. Se fue construyendo un buen proyecto de fútbol sala, mejorando temporada tras temporada y creando una estructura de club y de cantera que hasta la llegada del entrenador brasileño no existía.
Paulo Roberto, desatado
Hasta las decisiones más controvertidas, como la de meter a trabajar en el club a Paulo Roberto (ídolo de ElPozo y enemigo número uno de la afición cartagenera), han acabado siendo olvidadas por esta inesperada y brillante sucesión de éxitos. En este sentido, el propio Paulo Roberto se marcó en la celebración del pasado jueves en la plaza de España un 'Pezzolano' en toda regla. «Como me decían aquí cuando venía a jugar: ¡Paulo Roberto, hijo de puta!», gritó el ahora directivo del Jimbee desatando las carcajadas de jugadores y técnicos y bastantes sonrisas y aplausos entre el público. Cuando llegan los resultados, todo vale.
Como quiera que el Jimbee y el Efesé comparten muchos aficionados, en varios momentos de la fiesta se escucharon cánticos de '¡Cómpralo, cómpralo!', que se intensificaron cuando Jiménez Bosque cogió el micrófono e intervino brevemente desde el escenario. Se referían, por supuesto, al deseo compartido prácticamente por todos los aficionados al deporte cartagenero de que el presidente del Jimbee adquiera el FC Cartagena. Esto, que siempre fue un objetivo que Jiménez Bosque tuvo en mente, tendrá que esperar. «Esa fruta todavía no está madura», ha dicho recientemente cuando le han preguntado sobre esta cuestión.
Y es que a él le gusta llevárselo todo a su terreno. Como más cómodo se siente es hablando de melones y sandías y, por eso, no tuvo ningún problema en explicar a Juanma Castaño en antena, el pasado jueves en 'El Partidazo' de la COPE, los trucos para saber si un melón está en su punto o no. Además, transformó en presunta anécdota con el tailandés Osamanmusa lo que en realidad es uno de sus chistes favoritos, para algazara de los contertulios de Castaño. Y es que Jiménez Bosque es un tipo llano, campechano, bromista y tremendamente espontáneo. En las distancias cortas nunca sabes muy bien por dónde puede salir.
El propietario de Jimbofresh, firma que mueve 35.000 toneladas de sandía y 50.000 de melón cada año, empieza a cogerle el gusto a esto del deporte, sobre todo ahora que todo son alegrías. Quiere seguir ganando y pretende dar continuidad a su proyecto de fútbol sala. Su siguiente objetivo es renovar a Duda, cuyo contrato acaba en 2026 y ha sido tentado por los mejores clubes de Europa. La idea es atarlo hasta 2031 y convertir la tendencia actual en una dinastía. Su idea es que el Jimbee Cartagena siga dominando el fútbol sala español durante el próximo lustro.
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