Las diez victorias más especiales de la mítica carrera de Alejandro Valverde

Son 133 victorias y cada una de ellas tiene un valor incalculable. Nadie ha ganado tanto como él y eso convierte a Alejandro Valverde (Las Lumbreras, Murcia, 42 años) en el mejor deportista murciano de la historia, uno de los más importantes a nivel nacional y en uno de los ciclistas más grandes de todos los tiempos. Es difícil hacer una selección, pero posiblemente estos son los diez triunfos más especiales en la legendaria carrera del 'Bala', que hoy se despide para siempre del ciclismo profesional.

Un jovencísimo Alejandro Valverde, vistiendo los colores del Kelme de Vicente Belda, ya dio muestras de su enorme calidad en su segunda temporada como profesional. Tercero en la Vuelta y segundo en el Mundial de Hamilton, 2003 fue el año de su presentación en la élite. Logró su primer triunfo en la Vuelta al País Vasco, en la tercera etapa entre Plentzia y Vitoria. Hizo valer su astucia y su punta de velocidad en el esprint para superar a ciclistas de mucho nivel como Rebellin, Wegmann, Di Luca o Astarloza.

Dos años después llegó una nueva muestra de poderío del 'Bala'. Ya en el Illes Balears, misma estructura que Movistar, debutó en el Tour de Francia. Tenía que hacer algo grande y fue a por una etapa. Ganó una, pero no una cualquiera y no de cualquier manera. Lance Armstrong fue dejando atrás a todos sus rivales, salvo a Rasmussen, Mancebo y Valverde en la subida a Courchevel. A falta de 350 metros, el murciano lanzó su bicicleta y solo el americano pudo seguirle. Pero no superarle.

El murciano apareció en el último instante cuando parecía que el kazako Vinokourov se iba a llevar la etapa, y con un esprint demoledor doblegó a todos sus rivales. Fue en la cima de El Morredero (León). Valverde ganó el pulso a Carlos Sastre y Janez Brajkovic y a sus 22 años se convirtió en la revelación de la carrera y se enfundó por vez primera el maillot de líder de la Vuelta a España, una ronda que ganó en 2009.

Valverde se vistió de amarillo por vez primera en el Tour tras ganar una etapa memorable en Plumelec, en la que se desató una enorme batalla entre los mejores de aquella ronda gala. Kim Kirchen veía cada vez más cerca la meta, el final de la subida a Cadoudal. Pero no podía oír las pedaladas de Alejandro Valverde, quien apareció de la nada para adelantar al luxemburgués a falta de 250 metros. También superó en la meta a Freire, Evans y Frank Schleck.

Una sanción por dopaje le había dejado fuera de juego durante 20 largos meses. Y reapareció con ganas de reivindicarse en el Tour Down Under australiano. Se agarró a la rueda de Michael Rogers cuando lanzó el primer ataque. Después vino el de Simon Gerrans y lo neutralizó. El murciano y el australiano se jugarían la victoria. Calculador y frío, el 'Bala' esperó al momento para abrir gas. Y ganó. Y lloró como un niño chico. Valverde estaba de vuelta.

No estaba siendo su Tour, en un año en el que no luchó por la general. Buscaba una etapa y la oportunidad llegó en la 17ª jornada. En Port de Bals, junto a Rui Costa y Rubén Plaza, hizo hueco y afrontó la subida final a Peyragudes en solitario. Allí corrió contra sí mismo, con la ilusión como motor. Le persiguieron los dos primeros clasificados del Tour, Wiggins y Froome, ambos del Sky. Pero el murciano aguantó y volvió a ganar en la ronda francesa.

En 2006 y 2008 ganó sus dos primeros monumentos, la Lieja-Bastoña-Lieja. Se le daba de cine, aunque él no le prestaba demasiada atención a esta clásica. Ni a ninguna. En 2015 empezó a hacerlo. Era el gran favorito en Lieja y no defraudó. En la última curva, con todo el grupo de cabeza compacto, salió en primera posición. Arrancó y nada le pudo frenar, ni la ambición del entonces joven Julian Alaphilippe ni la veteranía de su amigo Purito Rodríguez.

Tras dos platas y cuatro bronces, Alejandro Valverde logró por fin la medalla de oro en el Mundial de ciclismo. Se le resistía y parecía que nunca lo conseguiría, pero el premio le llegó a a los 38 años. Se impuso en el esprint final a Woods y Bardet tras un gran trabajo del equipo español y, de nuevo, el murciano lloró como un niño. «Son muchos años luchando y al final se ha conseguido», dijo.

Fue su mejor victoria con el maillot arcoíris. En Mas de la Costa, un pequeño Angliru en la provincia de Castellón con rampas imposibles, se vivió en 2019 uno de los finales más espectaculares de los últimos años en la Vuelta. Y allí se impuso Valverde a un sorprendido Roglic, a Miguel Ángel López y a Nairo Quintana. Tomó el mando de la situación a falta de 500 metros para el final y nadie pudo discutirle el triunfo.

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