Un viaje por la tierra natal de Pedro Cano

Esta historia surgió en una visita de Montaner a la Fundación Pedro Cano, en Blanca, junto a una de sus nietas, que se convierte aquí en una de las protagonistas. «Estaba asombrada ante la obra de Pedro y él se ofreció a explicarme uno de sus cuadros, entonces le conté que me gustaría hacer un libro sobre su pueblo y se ofreció a ayudarme», cuenta la escritora en una entrevista a LA VERDAD. Este encuentro sucedió en 2018. Desde entonces, la autora y Pedro Cano han coincidido en más ocasiones para llevar a cabo este libro. «Me tomó bastante tiempo», reconoce Montaner. «Tener que ir a Blanca, hacerle entrevistas a Pedro Cano, estar en su casa, con sus hermanos, estar en un taller de pintura con niños en la Fundación, conocer el pueblo y su historia, leer una tesis doctoral sobre la obra de Cano...», rememora.

En un libro anterior, 'Los cuentos de Murcia', Montaner incluyó 'Un perro fantasma en el Mubam' y 'De visita por el Ramón Gaya', dos historias relacionadas con estos dos museos de la Región de Murcia. Aquí los protagonistas son dos niños que van descubriendo estas dos instituciones culturales: el Museo de Bellas Artes y el Museo Gaya.

En 'Blanca en el cuaderno de un pintor', en cambio, no solo se descubre Blanca, sino también la historia de su pintor. «El libro acabó dando un giro y no solo habla del pueblo, sino también de toda la vida de Pedro, sus viajes y sus obras».

La escritora tuvo una tarea un poco «difícil» al tratar con un personaje vivo, pues había que «respetar lo que quiere que salga o cómo tiene que salir». Aunque reconoce que Pedro Cano «se entrega mucho a todas las causas y con mucha tranquilidad». Cualidad que el artista, en conversación con este diario, confirma: «A mí me ha ayudado mucha gente en mi vida y siempre está mi puerta abierta para lo que necesiten. ¡Me parece tan bonito compartir!». «El libro de Mar es muy sencillo, pero lo bonito es precisamente que, dentro de esa enorme sencillez, engloba una gran cantidad de información a nivel histórico sobre Blanca», destaca Cano sobre este cuento.

Montaner recogió todas las aportaciones del pintor. «En cada conversación, había una visión nueva, una anécdota diferente», recuerda. Y las fue configurando en un espacio, Blanca, y un tiempo, un curso escolar «desde septiembre hasta junio». «En algunos tiempos, Pedro no aparece, como en la celebración de Halloween, cuando solo están los niños disfrutando de esa fiesta y en este pueblo. Pero en Semana Santa es el pintor quien les explica la 'puja de imágenes', que es una tradición especial de Blanca», detalla la autora.

Cano reconoce su «alegría» por formar parte de este libro. A la vez que indica que lo suyo no es ni el teatro [recordando la obra 'Pintar el viaje', de Nacho Vilar Producciones, bajo la dirección de Jorge Fullana y la interpretación de Sergio Alarcón, que le da vida sobre el escenario] ni escribir .«Aquí estoy ahora mismo pintando, como me decía mi madre cada vez que volvía de viaje de Roma, tienes que volver a lo que es tuyo», decía ayer.

Mar Montaner reconoce la gran ayuda del cronista de Blanca, Ángel Ríos Martínez, que le ofreció la información necesaria para todo el desarrollo del libro. Al igual que agradece a los escritores Eloy Sánchez Rosillo, Ginés Aniorte, Marisa López Soria, Isabel Verdejo (viuda de Gaya) y a la Fundación Carmen Conde-Antonio Oliver por dejarle incluir sus poemas. «Unir pintura y poesía estimula los sentidos, eleva el sentimiento y produce un enorme gozo», celebra la autora.

Su siguiente volumen, que está terminado a falta de editar, está dedicado a Cartagena, su historia, sus monumentos y sus fiestas.