Carlos Alcaraz celebra los 22 años en boca de todos

Ajeno a todo el ruido que le rodea, junto a su equipo de trabajo y algunos amigos y arropado por la gente del Real Murcia Club de Tenis 1919, con su presidente, Antonio Saura a la cabeza. Así celebró ayer Carlos Alcaraz sus 22 años. Tras el entrenamiento sobre la arcilla del principal club de la capital del Segura, a Carlitos le sacaron una tarta gigante con forma de pista de tenis y tuvo que soplar las velas, partirla y repartirla entre bromas de Juan Carlos Ferrero, Samuel López, Juanjo Moreno y Alberto Lledó, los miembros de su equipo que estuvieron en la sesión de trabajo de este lunes.

Después del entrenamiento se fue a comer con su familia y por la tarde subió una 'storie' en Instagram junto a sus padres, dos de sus hermanos (faltó el pequeño Jaime) y sus abuelos. Acompañó la imagen con la palabra «afortunado». Recibió miles y miles de felicitaciones de sus fans y seguidores en redes.

Las pruebas médicas a las que se sometió a finales de la semana pasada el actual número 3 del mundo mostraron que la lesión en el aductor que sufrió en la final del Conde de Godó ha desaparecido y las sensaciones que ha notado entrenando en los últimos días son positivas. Carlitos no siente dolor y realiza los movimientos laterales sin limitación alguna. Después de la sesión preparatoria de este lunes, la más exigente que ha hecho desde que perdió contra Rune en la final de Barcelona, todos comprobaron que Alcaraz definitivamente está recuperado y, por tanto, va a regresar este viernes a la competición oficial. Hoy mismo viaja a Roma y el viernes se enfrentará al ganador del duelo entre el alemán Jan-Lennard Struff y el japonés Yoshihito Nishioka.

Mientras se confirman las buenas noticias en el apartado físico, su nombre sigue en boca de todo el mundo. Es raro el día en el que alguien vinculado al circuito no habla del documental estrenado por Netflix hace un par de semanas. En él, el tenista murciano deja claro que no quiere ser un esclavo del tenis, que desea vivir la vida de un chico de su edad y que quiere pasar a la historia del tenis a su manera, sin plegarse a la disciplina espartana que requiere este deporte.

En Madrid, un par de días después de estrenarse la docuserie de Alcaraz, se llevó un palo del castellonense Roberto Bautista. Y ayer fue Carlos Moyá, quien ha sido entrenador durante ocho años de Rafa Nadal y durante dos semanas de marzo de 1999 llegó a ser número 1 de la ATP, quien entró de lleno en este debate sobre la filosofía de vida de Alcaraz. «Tiene 21 años y tiene derecho a vivir. ¿Ser el mejor de la historia a su manera? Nadie del Big Three lo hizo así», recordó el balear, quien admite que a él también le faltó algo de madurez cuando le llegó el éxito. «Yo era muy joven, pero la diferecia es que yo nunca quise ser el mejor de la historia. Quizás eso es lo que choca en el caso de Alcaraz. El querer ser el mejor de la historia de esa manera», añadió Moyá.

«De los tres que lo han conseguido, nadie lo ha hecho de la manera que él dice, pero igual es un gurú o un pionero y lo consigue», apuntó el balear. «Por otra parte, esto es lo que piensa ahora con 21 años. Quizás en dos años se ha cansado un poco de lo que él dice de vivir la vida. Quizás en dos años le llegue la madurez de vivir estos dos años al máximo. Él está viviendo el momento y además tiene el derecho, se lo ha ganado. Es un grandísimo jugador, ha ganado cuatro grandes, que a veces nos olvidamos de esto, pero es increíble», remató Moyá.

Y es que todo el mundo da su opinón sobre Carlitos y se habla más de lo que pasa fuera de las pistas de lo que sucede dentro. Pero la realidad es que el murciano cumple 22 años con un palmarés impresionante. Fue el tenista más joven de la historia en ser número 1, ya es campeón de cuatro Grand Slams, de 18 torneos, plata olímpica y vencedor de seis torneos de Masters 1000. Alcaraz presenta unas cifras a las que ni Nadal, ni Djokovic ni Federer se aproximaron a su edad.

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