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Alcaraz se lleva las manos a la cara tras vencer a Tiafoe en la semifinal del US Open.

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Alcaraz se lleva las manos a la cara tras vencer a Tiafoe en la semifinal del US Open. AFP
Tenis

Alcaraz, a un solo paso de la gloria

El murciano se mete en la final del US Open tras superar a Tiafoe en un nuevo recital de juego (6-7, 6-3, 6-1, 6-7 y 6-3)

Sábado, 10 de septiembre 2022, 07:32

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Carlos Alcaraz jugará este domingo la primera final de Grand Slam de su vida. Será en Nueva York, donde el público ya adora al tenista de El Palmar. Antes de lo esperado, con solo 19 años y 130 días, y frente a un rival que tampoco estaba en las quinielas, el noruego Casper Ruud, el pupilo de Juan Carlos Ferrero peleará por conseguir el primer 'Major' de su carrera. Será este domingo a las 22.00 horas. Además, habrá premio doble para el campeón, ya que saldrá del US Open como nuevo número 1 del mundo. Ya le ganó Alcaraz a Ruud el pasado mes de abril en la final del Masters 1000 de Miami. Y con cierta facilidad (7-5 y 6-4). Un año antes, en los cuartos de final del Andalucía Open, el triunfo fue para el jugador de Oslo sobre la tierra batida de Marbella (6-2 y 6-4).

Aquellos dos precedentes importan poco ahora. Porque estamos en el US Open, un mundo aparte. El último Grand Slam de la temporada no se parece en nada a ningún otro torneo. Y en este microclima se han movido de maravilla tanto Alcaraz como Ruud en las dos últimas semanas. El noruego fue muy superior a Kachanov en la primera semifinal y el español, de menos a más en la madrugada del viernes al sábado, también desbordó en otro maratón de tenis (4 horas y 18 minutos de partido) a un Tiafoe pletórico al principio, rendido después y orgulloso al final (6-7, 6-3, 6-1, 6-7 y 6-3).

El primer set fue durísimo. Lo ganó Frances Tiafoe tras una hora intensa, en la que el estadounidense, empujado por la siempre bulliciosa grada de la Arthur Ashe, dio lo mejor de sí para imponerse en el tie break. Levantó cuatro bolas de set Carlos Alcaraz, pero acabó entregando esa primera manga con una doble falta que podía haberle hecho mucho daño. Para nada. No se vino abajo el de El Palmar. Jugaba como los ángeles el estadounidense y la Arthur Ashe rugía. Se vio por detrás en el marcador el murciano, pero una vez más jugó mejor cuando peor se pusieron las cosas. Casi siempre lo hace. Le sale solo. Es innato.

Fue subiendo su nivel Alcaraz en un segundo set en el que acabó jugando de una manera deliciosa. En todos los intercambios que pasaban de diez golpes acababa imponiéndose el pupilo de Ferrero, quien dejó dos o tres puntos que este sábado se verán repetidos miles de veces en todas las televisiones del planeta. Ilustres espectadores como Michelle Obama o Bon Jovi se quedaban con la boca abierta con esos raquetazos imposibles del murciano. A Tiafoe, que al principio bromeaba con su rival cuando le metía puntazos de otra galaxia, se le fue borrando la sonrisa. Fue cuando se dio cuenta de que el segundo set lo tenía perdido.

Y el tercero también se le fue al norteamericano. Y en un suspiro. Se fue del partido y Alcaraz no se lo perdonó. Le atacó con más dureza y se llevó esa manga por la vía rápida. Estaba a un solo set de la final y daba la sensación de que Tiafoe sacaba la bandera blanca. Pero no fue así. En el cuarto parcial, con todo perdido, el jugador local quemó sus últimos cartuchos y volvió a ser ese tenista agresivo y atrevido del principio. Alcaraz, una roca hasta entonces, tuvo por vez primera problemas con su servicio. Eso le dio vida a su oponente, de nuevo alentado por una grada repleta (24.000 espectadores) y deseosa de ver más tenis. Se opuso a ello un Alcaraz sublime al resto, empeñado en darle la razón a esos que dicen que tiene la derecha de Federer, el revés de Djokovic y el físico y la mentalidad de Nadal.

Desperdició la primera bola de partido en una acción sideral de Tiafoe que hizo soñar al público neoyorquino con una remontada de su paisano. De hecho, el norteamericano forzó un tie break que le sabía a gloria. Estaba muerto y había resucitado en esa cuarta manga. Perdonó Alcaraz y lo pagó caro. Se le volvió a escapar el set, por dos derechas muy ajustadas, en un desempate muy igualado. Pero no se derrumbó el murciano, que volvió a tirar de una madurez impropia de su edad para emerger en el quinto parcial y abrochar un triunfo para el recuerdo.

El tiempo dirá qué es Alcaraz y qué es capaz de lograr. De momento, ya tiene a tiro el número 1, aunque Ruud es un escollo durísimo. También se puede decir ya que en este US Open ha ido de menos a más y las dudas de torneos anteriores han desaparecido a base de recitales. Primero liquidó a los argentinos Báez y Coria. El estadounidense Brooksby, una amenaza real, fue un juguete en sus manos en la tercera ronda. Tuvo que sacar lo mejor de sí en dos épicas batallas ante Cilic y Sinner para colarse en semifinales, donde un embalado Tiafoe comprometía -y de qué manera- su clasificación para su primera final de Grand Slam. Dio lo mismo: otra victoria de Alcaraz (ya son 50 en este año mágico) y a soñar en grande. Solo Ruud le separa ya de la gloria. ¡A por ella!

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