La inteligencia de Ricardo Sumalavia
'Croac y el nuevo fin del mundo' ·
El escritor limeño, doctor en Letras especializado en literatura coreana, viene en los últimos años acostumbrándonos a novelas extrañas. En este caso, a lo largo de pequeños capítulos o fragmentos encontramos el sonido de la rana repetidas veces, y es a partir de estos «croacs» que surgen las ideas fantásticas e irónicas sobre la vidaJesús Miguel Pacheco Pérez
Sábado, 27 de enero 2024, 07:27
Este libro es, desde luego, asombroso. Cuando llegó a mis manos experimenté una fuerte sensación de extrañamiento que captó mi atención. El título, 'Croac', junto ... con la cubierta, una rana humanizada, me daba una impresión de literatura infantil o juvenil, pensé en primera instancia que sería una lectura sencilla, ágil, sin apenas profundidad. Después, me fijé mejor en la imagen: la rana, con los ojos ensombrecidos y una mirada fatigada, estaba fumando un cigarro. A continuación, leí el subtítulo: 'y el nuevo fin del mundo'.
De este modo, el libro, en cuestión de unos instantes, cambió por completo mi percepción sobre él, ya que pasó de ser una novela infantil a una obra adulta que tal vez encerraría un trasfondo de mayor hondura. Así pues, 'Croac y el nuevo fin del mundo' (Eolas Ediciones, 2023) se me presentó como un libro diferente en el más puro sentido de la palabra.
Por su parte, el autor, Ricardo Sumalavia (Lima, 1968), doctor en Letras por la Universidad de Burdeos y director del Centro de Estudios Orientales de la Pontificia Universidad Católica de Perú, especializado en literatura coreana, viene en los últimos años acostumbrándonos a este tipo de novelas extrañas. Con 'Historia de un brazo' (2019) nos presentaba a un héroe con un brazo con vida y mente propias, independientes de su cuerpo, aunque también posee una trascendencia mayor de la que aparenta en una primera instancia.
Antes que esta publicó también 'No somos nosotros' (2017), otra novela de enorme profundidad que ahondaba en la soledad trágica del individuo. Trazada, pues, esta línea narrativa entre sus dos anteriores obras, 'Croac' continúa el camino de la escritura breve que penetra en el abismo de algunos sentimientos existenciales.
Ideas fantásticas e irónicas
Estructurada en tres partes ('en la vida', 'en la muerte' y 'otra más todavía'), compuestas a su vez de un total de 47 fragmentos, esta obra podría definirse como una novela breve o un compendio de relatos breves que siguen un mismo hilo, llegando a albergar incluso un fragmento escrito a modo de cómic o narración gráfica, que sorprende aún más al lector debido a que en ningún momento a lo largo de la narrativa espera encontrarse con este cambio de estilo, el cual otorga una forma visual a la rana y, a la vez, modifica la concepción global del libro, pues aporta una nueva dosis de extrañeza.
Así, la singularidad de esta obra no solo radica en su apariencia, sino que tanto la forma entre los diversos géneros que tiene y el propio contenido ―del que hablaremos a continuación― contribuyen en hacer de 'Croac' un libro para los amantes de esa literatura con varias capas de profundidad.
Respecto al contenido en sí del libro, a lo largo de estos pequeños capítulos o fragmentos encontramos el sonido de la rana repetidas veces, y es a partir de estos «croac» que surgen las ideas fantásticas e irónicas sobre la vida. Escribe el autor como traducción a uno de los «croac» de la rana: «había acordado verla allí, a ella, mi rana. Nos dimos dos besos en la mejilla y empezamos a caminar. Llevaba el cabello suelto y largo. Traía una camiseta verde y, como somos verdes, claro, parecía desnuda».
Escribe en «glíglico»
Como vemos, Ricardo Sumalavia ironiza con esta rana humanizada, dibuja escenas ficticias junto con otros dos personajes, la abuela y el narrador, y deja entrever episodios violentos, escatológicos, de gran calado filosófico existencial o, incluso, absurdos. Es llamativo, por ejemplo, el séptimo fragmento, que juega con el lenguaje de una forma muy similar a cómo lo hace Cortázar en el famoso capítulo 68 de 'Rayuela'. Si bien el argentino escribe en glíglico, lengua creada por él mismo, nuestro autor modifica también los significantes para suscitar diversas interpretaciones a partir de algunos números: «ella me cuarentaeaba mis cincopias sin nueverse ante tal ochemo. Si yo la hubiese seisado, otro doscemo sietería».
Asimismo, no solo encontramos a Julio Cortázar entre los referentes con los que dialoga el autor en este libro, sino que voces como las del napolitano Giambattista Basile, recordado por sus cuentos en los que la bellísima princesa es salvada por un príncipe, estructura que Ricardo Sumalavia parodia con la rana que pretende poner a salvo a su abuela.
Igualmente, Augusto Monterroso, reconocido por sus microrrelatos como 'El dinosaurio', también deja ver influencia de la humanización de sus fábulas: «la rana bebía su café cortado de media mañana cuando me dijo 'croac'». O el escritor bohemio Franz Kafka, cuyo Bucéfalo, irónico como ninguno, trasluce su presencia en la escritura del narrador peruano.
Todo puede suceder
Resumidamente, en lo que concierne a este libro, cabría mencionar además de la ironía, la potencia literaria y la inteligencia con la que está escrito. Ricardo Sumalavia se consolida en 'Croac' como un maestro de la narrativa breve y la literatura sorprendente. Apenas leídas unas pocas páginas, las expectativas del lector están completamente aniquiladas: todo puede suceder y muy pocas veces se espera. De esta manera logra atraparnos ingeniosamente el autor, con pequeños fragmentos lúcidos y una prosa directa, sin grandes giros retóricos ni un lenguaje elevado, pero que nos deja pensando tras su lectura e invoca un número casi infinito de intertextualidades con una riquísima tradición literaria.
En suma, 'Croac', de Ricardo Sumalavia, es un libro breve, difícilmente clasificable en lo convencional, cuyo contenido despliega un enorme abanico de significados y posee un trasfondo que aprisiona a todo lector entre sus páginas y sus 'croacs'.
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