'Los Escorpiones', una mirada al mundo desde un aleph virtual
La soledad, las adicciones, las obsesiones que llevan al insomnio y la ansiedad –la gran mentira del mundo cibernético es esa: en la Red no hay paraíso–, son el caldo de cultivo de gentes insatisfechas, capaces de cualquier brutalidad
Antonio Ortega
Sábado, 2 de noviembre 2024, 07:46
Demasiado acostumbrados a la mansedumbre estilística y temática de nuestros escritores hispanos galardonados, imagínese cualquiera de ellos, lector, aferrados al «verbo cálido» y muy satisfechos ... de escribir unas novelas «bien hechas» al abrigo de la retórica clásica que cuida al detalle la exquisitez del lenguaje e hilvana temas previsibles, pero sin dejar realmente huellas perdurables en el que lee esa novelas (salvo honrosas excepciones), de cuando en cuando recibimos como agua de mayo desde la lejana USA principalmente alguna obra rompedora y alejada de la cultura establecida. No necesariamente son, en muchos casos, obras extraordinarias. Me estoy refiriendo a libros osados, a escritores atrevidos, como Brett Easton Ellis, de quien no se olvida fácilmente el complejo universo existencial de Patrick Bateman, personaje principal de 'American Psycho' (1991), o de Hal Incandeza, el poliédrico, inteligente e inseguro protagonista de 'La broma infinita' (1996), de David Foster Wallace. En ambas novelas se afronta el reto de construir personajes que reflejen este nuevo mundo que vivimos, anticipándose varias décadas. Bueno, no nos olvidemos de Cervantes y su osadía universal, 'El Quijote', por su protagonista dual y sus libros dentro del libro. Y ahí entra de sopetón Sara Barquinero, Zaragoza (1994), presentando 'Los Escorpiones', un novelón de más de 800 páginas, cargado de modernidad, de atrevimiento literario y de personajes creíbles pero increíbles, llenos de presente, complejos o acomplejados, seguros e inseguros, drogados, alucinados, sobrios las menos, virtualmente desequilibrados y dominados por las redes que proliferan en la Deep Web conquistando almas en pena o a tanta gente sin respuestas, sin futuro o sin felicidad.
Los personajes de las cinco novelas que conforman esta novela total viven de un modo peculiar: están obsesionados con el universo virtual, son gentes solitarias que ponen sus ojos rojizos en la pantalla del ordenador a la espera de un triunfo imaginario, fugaz y extraordinario, consumiendo drogas de todo tipo o participando en fiestas ostentosas en las que la violencia lleva a los más débiles a las humillaciones más extremas.
En el primer libro o capítulo 'Cambiatuvida.exe', Sara, pongamos que protagonista de la novela, conoce a Javier en Tinder y en su primera cita este no llega. Descubre que ha fallecido. Elucubraciones ad hoc y una agenda con páginas de suicidios. La Deep Web a tope. Sara se obsesiona y comienza su investigación. Javier puede ser la primera víctima de este juego cruel de la virtualidad. En el segundo, 'El perro mexicano', es Thomas, un buen chico en Oklahoma dedicado a profundizar en la búsqueda de nuevos sonidos a través de la red. También consume estupefacientes y se acerca a su vecina Spencer, descubre algunos secretos de sus profesores de Humanidades en las fiestas 'underground' a las que llaman Las Bacantes.
Coqueteo con el fascismo
Thomas comparte con Sara la realidad paralela que muchos encuentran en el fondo malicioso de una pantalla y un ratón que te llevan a lo más abyecto del ser humano. La tercera parte es la historia de 'Bajo astral', la novela que Fabrizio le regala a Sara y que cuenta la vida opulenta de Margherita Vitale y su marido Giacomo en la Italia de 1922 que coqueteaba con el fascismo en su mansión de Canturelli. Allí también hay un lugar prohibido en el que solo acceden los elegidos. La cuarta es 'Tarde para todo', la historia de Seymour que encuentra a Allison y le parece maravillosa, aunque el dueño del antro Scorpio, Michael D'Alessandro la contrata y la convierte en su amante. Allison está en peligro, Seymour investiga. Es Maryland, Nueva Orleans, allí aparecen chicas muy jóvenes asesinadas. Y unas cintas con sonidos horrorosos. Seymour llegará hasta el final en sus pesquisas, si bien el Gran Hermano vigila con saña sus maniobras y protege sin pudor al amo que le paga.
La quinta y última es 'Los Escorpiones', culmina la trama de todos los capítulos en tanto que Sara va a casa de Thomas tras la muerte de Fabrizio a que le dé pistas sobre la dirección Night White y el correo que recibe de Los Escorpiones. Marchan juntos a Nueva York y quieren encontrar información del juego Orion Games en el Inferno, por supuesto una sala de fiestas infernal en la que pueden encontrarse las razones espurias de la cadena de suicidios relacionados con la web nominada «sanctioned suicide». Ahí hay una clave determinante: parece que nada está relacionado, pero las conspiraciones emergen cuando la rueda de la fortuna atrae y junta a individuos heterogéneos que coinciden en un lugar y una fecha determinados.
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Género Novela
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Editorial Lumen
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Barcelona, 2024 816 páginas
Los cinco capítulos se entrelazan si el lector tiene perspicacia y presta mucha atención a la lectura. Las ciudades son geografías de un mundo global, las fechas son las de los últimos años 2017 hasta hoy, con entradas puntuales a 1922 o 1978. Los introitos se justifican por la influencia de la música en el mundo de la generación Z, por ejemplo. La soledad, las adicciones a todo tipo de drogas, las obsesiones que llevan al insomnio y la ansiedad –la gran mentira del mundo virtual es esa: en la Red no hay paraíso–, son el caldo de cultivo de gentes permanentemente insatisfechas, capaces de cualquier brutalidad, que se dejan vencer por extrañas teorías conspiranoicas o por demagogos muy ricos que los engañan hasta el paroxismo. Me viene a la mente '2666' de Roberto Bolaño y su batalla contra los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez a través del mundo imaginario que debe estudiar la obra de Benno von Archimboldi y su relación con la locura.
Las nuevas relaciones de las generaciones más jóvenes se articulan en la red, los sentimientos, las afecciones, se curan en el vacío luminiscente de las pantallas. Por eso acaso las relaciones reales se hacen difíciles, complejas, dadas a no entenderse con facilidad, son poco claras y están llenas de yo y yo y yo. No coincide lo que pensamos y lo que somos y así descubrimos personajes duales, bipolares o TID, inseguros y predispuestos a la angustia o la ansiedad. En algunos casos, quizás demasiados, propensos a tomas sustancias que los co'nviertan en otros yo o al suicidio directamente. Sara Barquinero ha presentado un artefacto posmoderno que puede cambiar el rumbo de la narrativa en España. Veremos.
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