Todos los focos se centran en Ciudadanos

La moción de censura registrada ayer por el PSOE en la Asamblea Regional ha conseguido centrar toda la atención sobre Ciudadanos, el socio necesario para que prospere, e incrementar la inquietud en el PP, consciente del desgaste que para su presidente, Pedro Antonio Sánchez, puede suponer un debate parlamentario de dos días con una oposición que exhibirá toda su artillería y bajo la atención de los principales medios de comunicación nacionales.

Los populares siguen manteniendo una defensa acérrima de su líder y se niegan a plantearse otra alternativa que no sea la del apoyo incondicional, pero la dirección del PP estudiaba ayer la convocatoria de un Comité Ejecutivo extraordinario para este mismo fin de semana con el fin de analizar el nuevo escenario que se presenta. Aunque hasta ahora ha rechazado cualquier alternativa sin miramientos, el PP podría jugar aún algunas bazas, como la presentación de una moción alternativa con otro candidato o bien el adelanto electoral.

El PP seguía ayer firme en mostrar su convencimiento de que el TSJ desestimará la imputación de Pedro Antonio Sánchez, pero, una vez puestos en marcha los plazos de la moción de censura y si C's termina por apoyarla, puede que para cuando el TSJ se pronuncie, el presidente regional haya tenido que dejar ya su despacho en San Esteban.

Dado su papel clave en la actual situación, el partido naranja debe prepararse para recibir presiones durante los próximos días, tanto desde la derecha como de la izquierda. Ayer llegaron las primeras desde el PP, instándole a que «no se eche en brazos del PSOE y Podemos» y aguarde el pronunciamiento judicial, y desde Podemos, que le pidió que demuestre «si ha venido a la política para regenerarla o para ser la muleta del PP».

Ultimátum caduco

Los dirigentes de C's mantuvieron ayer su posición de que solo respaldarán una moción de censura si es para convocar elecciones, pero lo cierto es que la iniciativa socialista les obliga a recomponer su estrategia, puesto que deja caduco su ultimátum al PP y su pretensión de liderar una moción de censura instrumental para forzar nuevas elecciones.

Ahora, quieran o no, los cuatro diputados regionales naranjas deberán pronunciarse sobre algo a lo que se han estado resistiendo desde que estalló la crisis política en la Región: propiciar con su abstención o rechazo la continuidad de Pedro Antonio Sánchez o facilitar el ascenso a la presidencia del socialista Rafael González Tovar. Y todos tienen claro que esa decisión no se adoptará en Murcia, sino en Madrid.

El hecho de que la resolución de la delicada coyuntura política que atraviesa la Región se vaya a dilucidar, en buena parte, en los despachos de las direcciones nacionales de Ciudadanos y el PP es un factor más de intranquilidad para sus responsables en Murcia, porque las claves que rigen en el tablero político nacional suelen diferir de las que se manejan en la plaza pública regional.

El lunes se reúne la ejecutiva que preside Albert Rivera y el problema de Murcia estará encima de la mesa. El máximo responsable de Ciudadanos ha pedido por activa y por pasiva la sustitución de Pedro Antonio Sánchez y podría insistir más en este asunto dentro del diálogo que mantiene con Mariano Rajoy sobre asuntos tan relevantes como, por ejemplo, los próximos presupuestos del Estado.