A Jennifer Aniston no le duran los maridos

A Jennifer Aniston le encanta pillar a los periodistas por sorpresa cuando se trata de su vida privada. Y en los últimos años, más. Lo hizo cuando hace siete meses daba el 'sí, quiero' al también intérprete Justin Theroux... y lo ha vuelto a hacer ahora. La actriz estaría a punto de divorciarse sin llegar a disfrutar de su primer aniversario de boda. O al menos eso afirma la prensa norteamericana, que da por finiquitada un flechazo que surgió en 2011.

En EE UU ya tienen hasta el 'culpable' del nuevo revés amoroso de la protagonista de 'Friends'. Pero nada de terceras personas. «Justin es apático cuando se trata de matrimonio. Es un hombre que fue hecho para estar soltero», desvela un amigo de la pareja a la revista 'InTouch'. Por el momento, la pareja ya hace vida por separado e incluso ha frenado el proceso de adopción que pusieron en marcha para aumentar la familia. Porque por más rumores que han circulado desde que comenzaran su relación, nunca ha llegado el ansiado embarazo de la ex de Brad Pitt, que ya ha soplado las 47 velas.

«Estaban a mitad de camino en el proceso de adopción de unos mellizos y esperaban llevarlos a casa en un par de meses, pero sus planes se detuvieron cuando empezaron a tener problemas. Ella incluso había construido un cuarto para los niños en su casa de Bel Air», detalla el mismo amigo. Precisamente, el lugar de residencia del matrimonio ha sido uno de los puntos con los que la pareja ha tenido más roces. Ella quería permanecer en su casoplón de Los Ángeles, donde se casaron ante la sorpresa de unos invitados que pensaban que acudían al cumpleaños del novio. Sin embargo, a él siempre le ha pirrado Nueva York.

Si finalmente rubrican los papeles de divorcio, este supondría el segundo enlace fallido para la actriz, después de la sonada separación de Brad Pitt, que se quedó prendado de Angelina Jolie rodando 'Sr. y Sra. Smith'. Entonces dijeron adiós a un matrimonio de cinco años más doce de noviazgo que dejó a Aniston muy tocada. Ahora 'solo' tendrá que pasar página a cinco años de relación, en la que los anillos le han durado muy poco puestos.