Tres errores al guardar el cepillo de dientes que pueden convertirlo «en un verdadero criadero de bacterias»
Una odontóloga explica en su perfil cómo evitar que esto afecte a tu salud bucodental
Ana de Dios
Domingo, 2 de febrero 2025, 13:35
Los expertos recomiendan cambiar el cepillo de dientes unas 3 o 4 veces al año, a pesar de que aparamentemente parezca en buen estado. Y es que esto es fundamental para asegurarnos de que esté en optimas condiciones para que nuestra higiene bucodental es la adecuada. Y es que con el paso del tiempo, las cerdas y el mando acumulan gran cantidad de bacterias, además que su desgaste modifica la forma de las cerdas, que con el tiempo, no serán tan efectivas a la hora de eliminar la placa bacteriana.
Los odontologos, también aconsejan tirar el viejo a la basura y conseguir uno nuevo tras pasar una enfermedad, como un resfriado, gripe, infecciones bucales o dolor de garganta. Los gérmenes de este tipo de patologías pueden almacenarse en las cerdas del cepillo y provocar de nuevo una infección.
Pero por muchos que sigamos estas indicaciones, también es importante seguir una serie de hábitos a la hora de almacenar estos utensilios, porque es posible que cometamos errores puedan provocar que estos acaben contaminados y puedan afectar a nuestra salud bucodental. De hecho, como suele ocurrir es posible que creamos que lo estamos haciendo bien.
En su perfil de Instagram la ortodencista Janira Sánchez, con más de 10 años de experiencia, ha compartido un vídeo en el que explica tres cosas «que no haría ni recomendaria como dentista» en lo que a la higiene se refiere.
Tres costumbres que pueden ser perjudiciales
Lo primero que señala esta profesional es algo que hacen muchas personas. Y es que es habitual tener en el cuarto de baño, concretamente encima del lavabo, un vaso o envase en el que dejamos el cepillo de dientes. Este, por lo general se encuentra al aire, y ese es el problema que detecta Sánchez: «Pues tengo que decirte que la única opción segura es dejarlo dentro de un armario», señala. Y es de esta manera evitaremos que se pueda contaminar o caerle algo encima, teniendo en cuenta que luego nos lo vamos a llevar a la boca.
La segunda costumbre que desaconseja es guardarlo con la típica capucha de plástico. Y es que aunque pensemos que de esta menera lo protegemo, esta profesional explica que utilizandolo lo que conseguiremos es que la «humedad se mantenga en el cepillo y se convierta en un verdadero criadero de bacterias».
Lo último que aconseja, y sobre todo si eres de esos que deja el cepillo fuera, es tirar de la cadena con la tapa del váter levantada. Sobre este tema ya habló hace unos meses en su perfil el farmacéutico Álvaro Fernández (@farcemaceuticofernandez). Y es que, tal y como afirma Sánchez, y en su momento Fernández, la Universidad de Colorado desarrolló un experimento en el que con cámaras y láseres qué ocurre en estos casos. En él se puede ver un inodoro con la tapa abierta y escuchar como se tira de la cadena. A continuación, en color verde, se ve cómo desde el interior comienzan a salir partículas.