El Kanka: «Soy más de mirar hacia delante que hacia atrás»
El compositor y cantante malagueño se presenta en el Auditorio y Centro de Congresos El Batel de Cartagena con la gira de 'Cosas de los vivientes', su último y notable trabajo discográfico
Han pasado muchos meses desde nuestra última conversación, pero Juan Gómez, conocido por el nombre artístico de El Kanka, siempre logra que parezca que fue ... ayer. Y que volverá a ocurrir mañana. Su naturalidad, generosidad, simpatía y sinceridad aplastante, un último punto que se agradece enormemente, logran que la entrevista tarde pocos, poquísimos minutos en convertirse en agradable charla, dejando el formato de pregunta y respuesta aparcado a favor de la conversación directa y cercana. Sensaciones que también desprenden unas canciones con las que el cantante y compositor malagueño ha logrado conectar con un gran público que encuentra en ellas un terreno prácticamente inagotable de vitalidad, afecto y calor, con su pizca nada desdeñable de nostalgia y acidez, al que regresar una y otra vez. En esta ocasión, será el escenario del Auditorio El Batel de Cartagena el que acoja el regreso de un Kanka que, además de repasar los mejores momentos de su último trabajo, 'Cosas de los vivientes', recuperará sus temas más queridos en la que se presenta como una de esas noches infalibles para combatir el frío de las aceras con el encanto del encuentro y la melodía. Charlamos con él.
El Kanka
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Cuándo Sábado, a las 21.00 horas.
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Dónde Auditorio El Batel. Cartagena.
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Cuánto 35 € / 38 € / 40 €.
–La última vez que hablamos, en marzo de 2023, arrancaba gira y aseguraba que lo hacía con una ilusión tremenda. Casi dos años después, ¿se mantiene intacta esa sensación?
–Sí, pero de otra manera. Ten en cuenta que el principio de gira de 'Cosas de los vivientes' fue muy particular porque había desaparecido un año, que no fue sabático, ojo, porque estuve trabajando, pero en el que no me subí a ningún escenario y desaparecí de las redes sociales y la vida pública. De hecho, estuve más tiempo sin dar conciertos, así que fue muy bonito volver a retomar eso. La ilusión, como te digo, no puede ser exactamente la misma, pero está siendo una gira muy guay, sobre todo porque hemos bajado el número de fechas. Si antes hacía casi noventa conciertos, en esta etapa han sido unos sesenta, que puede parecer una tontería, pero son veinte, lo que hace que sea menos repetitivo y cansino. Además, hemos cambiado el repertorio en 2024, ya no es solamente presentar el nuevo disco, sino repasar un poco todos los demás. También es emocionante ver la manera en la que está creciendo el proyecto con gente joven en el público.
–También me confesó en aquella charla que tiene sus más y sus menos con la profesión. ¿En qué punto se encuentra esa relación?
–Estamos en un buen momento y camino de mejorarlo. La parte más negativa respecto a mi trabajo ha estado relacionada siempre con el exceso. El Kanka es un proyecto muy particular, no musicalmente, sino a nivel empresarial. Es absolutamente independiente, siempre lo ha sido, y eso hace que pienses mucho en lo que ganas y en lo que inviertes. Hemos estado tiesos, pero una barbaridad, y es muy lógico seguir la inercia de aprovechar todas las grandes oportunidades que van surgiendo. Es un ejercicio emocional potente rechazar propuestas que están bien, ya sean conciertos, festivales o apariciones mediáticas. Creo que ese ha sido el gran defecto, decir que sí a casi todo y darle la espalda al descanso, la vida personal y las ganas de subir a un escenario a cantar. Yo no puedo ir a trabajar como lo hace un panadero, fontanero o barrendero, tengo que poner mi corazón frente a miles de personas. Y no soy actor. De todos modos, y aunque te lo digo con pudor, porque hay gente que no puede permitirse tener una buena relación con su trabajo, siento que, desde hace un par de años, yo lo estoy haciendo, lo cual es un absoluto privilegio.
«La parte más negativa respecto a mi trabajo ha estado relacionada siempre con el exceso»
–¿Suele iniciar las distintas etapas de su carrera con expectativas que se repiten o cada una llega con sus propias circunstancias y sensaciones?
–Soy más de mirar hacia delante que hacia atrás. Es algo que, aunque tenga su parte buena, te digo que es casi más un defecto. Soy una persona muy previsora y me pongo anímicamente ante situaciones que todavía no han pasado, lo que me genera bastante ansiedad en algunas ocasiones. Me gusta estar preparado incluso para cosas que nunca terminan de ocurrir. Puede que sea por miedo. Es mi forma de ser y no lo puedo evitar. Y me pasa lo mismo con mi oficio. Estoy pensando siempre en la siguiente canción. Es donde pongo realmente mis ganas y mis deseos. La parte buena de todo esto es que no me quedo parado y estoy con ideas nuevas en todo momento.
Con la banda de siempre
–¿Cómo se está portando 'Cosas de los vivientes' en el directo?
–Todavía falta tiempo para dar una respuesta clara al cien por cien. Por ejemplo, 'Querría', que es un tema de mi tercer disco, se ha ido posicionando con el paso de los años hasta ser el segundo más escuchado de mi repertorio en Spotify. No lo fue cuando salió el disco, pero ahora, nueve años después, ahí está. Eso pasa mucho con las canciones. 'Cosas de los vivientes' necesita más recorrido, pero, por ejemplo, 'Para vivir', 'Youtuber' o 'Eres' son temas que tiene pinta que se van a quedar en el repertorio durante mucho tiempo.
«Soy una persona muy previsora»
–Hablamos de un álbum cuyas canciones fueron montadas en el local de ensayo y con toda la banda ¿Le apetece seguir trabajando así en el futuro?
–Mi idea inicial, a nivel de producción, es que el siguiente disco sea un 'Cosas de los vivientes 2.0'. Usar el mismo sistema con mi banda de toda la vida.
–Esa manera de trabajar conecta directamente con el primer grupo que tuvo en Málaga. ¿'Cosas de los vivientes' ha servido también para conectarle con esos comienzos?
–No lo había pensado, pero podría ser perfectamente. Tengo muy buen recuerdo de aquellos años. No había más pretensiones que la de dar conciertos para los colegas y pegarnos una buena fiesta después. Recuerdo que, al principio, ensayábamos todos los sábados y ese era mi día favorito de la semana. Cuando compongo un tema ahora lo grabo en el móvil y listo, pero entonces no había nada de eso, tenía que aprendérmelo de memoria, ir al local con mi guitarra y una libreta, cantarle la canción al grupo y trabajar en ella desde cero. Era precioso.
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