La vuelta de los repiques y el volteo a mano a San Fulgencio
Un grupo de jóvenes trabajan para recuperar el toque de las campanas a mano y para rescatar los diferentes tañidos
Hubo un tiempo, durante siglos, que una persona o un grupo de ellas tenían la tarea de hacer llegar con el toque a mano de las campanas noticias y llamamientos de todo tipo y constantemente. Era la forma con la que se anunciaban todo tipo de acontecimientos. Desde un funeral, donde se diferencia si el fallecido es hombre, mujer o un menor, hasta el específico de Navidad. El «toque de gozo», para ocasiones especiales en la iglesia; la «dominica morada», destinado al tiempo de Cuaresma; o el volteo solemne, de consagración o festividad. Y hay otro que es de enorme trascendencia, pues anuncia un inminente peligro. Con el toque de «arrebato» se avisaba, por ejemplo, del peligro de inundaciones. Y en San Fulgencio saben de estas situaciones.
Es precisamente en la iglesia de este municipio donde un jovencísimo grupo de apasionados del toque de las campanas se junta desde hace dos meses todos los domingos para hacer los diferentes toques. El pasado domingo 18 de mayo, a los cuartos y las horas en punto, se sumaron al «repique de gloria» (secuencia alterna seguida de golpes), el «bandeo» (movimiento ligero sin dar vuelta) y volteo general. Con el movimiento de 'Santa Florentina' (la campana pequeña, de 94 kg), de 'Sagrada Familia' (una mediana de 170 kg), de 'Santísimo Sacramento' (la otra mediana, de 186 kg) y la 'San Fulgencio' (la campana mayor, de 458 kg) este grupo empezó a anunciar que se acercaba al pueblo la romería en honor a San Isidro. «Para todo siempre empieza la pequeña, menos para los volteos solemnes», explica Alejandro, mientras el resto está atento para dar en el momento exacto los cuartos.
El grupo lo forman Alejandro, Paco, Leire, Pedrito, Paco, Ismael, Juan, Yeray y Joaquín. Cuentan con un documento en el que han recopilado hasta 26 tipos de toque de campanas con un significado correspondiente. Les une una pasión por este extinguido oficio de usar las campanas como elemento de comunicación. Con el proceso de electrificación del proceso se perdió la figura del campanero. Por esta razón, se han unido y no solo para poder hacer realidad esta pasión sino para retomar una tarea que se perdió hace décadas. De todos los tipos de toque, Ismael disfruta más con los volteos en general. Sin embargo Paco prefiere el medio vuelo, mientras Alejandro «no sabría» decantarse por uno solo.
Desde hace dos meses, los domingos se junta el grupo en San Fulgencio para hacer las diferentes llamadas desde la torre
Quieren contar con una organización y un carácter más oficial y formal por lo que trabajan para constituirse en asociación. El nombre ya lo tienen elegido. «Campaneros de la Vega Baja». Y, como su nombre indica, les gustaría que se fuera extendiendo por toda la comarca.
Ya han tenido la oportunidad de tocar las campanas de otras iglesias, como la de Dolores, Benijófar o la de Rojales. Si no hay cambios, para las fiestas patronales de San Jaime y San Pedro esperan hacer los toques correspondientes en las iglesias.