Las cooperativas ante el plan de recuperación de la UE, a debate

Creo sinceramente que estamos ante una oportunidad histórica – si se producen de verdad todas las circunstancias señaladas por el Gobierno– para transformar nuestro modelo económico, empresarial y social. Vamos a disponer de un Plan que debe suponer un impulso decidido para abordar una necesaria transformación de nuestras empresas.

Un plan que debe permitirnos abordar la modernización de nuestras estructuras y de nuestras empresas a través de la realización de proyectos transversales y sectoriales que impulsen decididamente aspectos digitales, medioambientales y reformas estructurales que permitan fortalecer la economía de nuestro país y por supuesto de nuestra Región.

Deben ser proyectos con gran impacto social, con impacto en el PIB y en la creación de empleo y que sean potencialmente transformadores respecto de la situación actual. Además es muy recomendable la participación del mayor número de actores posibles en cuanto a la creación de Alianzas público-privadas. Quiere esto decir, a mi juicio, que volvemos a la necesidad de trabajar conjuntamente, de aunar esfuerzos. De esta situación en la que nos encontramos, nadie va a poder salir solo. Esto es algo propio de la economía social, que ha demostrado especialmente en esta Región ser una parte muy importante del tejido productivo, que ahora lo ha sido de forma determinante durante la pandemia desarrollando un papel fundamental en sectores esenciales para la economía como la agricultura, los servicios indispensables, la pesca, el transporte, la asistencia sanitaria, la limpieza, el consumo, etc. Y siempre con el grado de resiliencia que caracteriza a las cooperativas y empresas de la economía social.

Deben de generarse proyectos que partan de una previa detección de necesidades, que una vez en marcha sean susceptibles de realizar un seguimiento permanente y permita introducir mejoras. Que promueva en la medida de lo posible el papel de los jóvenes. Es fundamental contemplar acciones que permitan, faciliten y potencien la incorporación de personas jóvenes al emprendimiento colectivo.

Si siguiéramos las recomendaciones de la Comisión Europea para la elaboración de los proyectos, observaríamos que la mayoría de los valores que priman en sus propuestas son los que representa día a día el compromiso de las empresas de la economía social. Apuesta por la economía verde, por la implantación de modelos sostenibles, resilientes, que apuesten por la generación de cohesión social y territorial, y por tanto que permitan proyectos que contribuyan a minimizar el efecto de la España despoblada –Murcia despoblada–, generando empresas que principalmente serán cooperativas y sociedades laborales asentadas en entornos despoblados o en línea de serlo y que permitirían ser garantía de generación de empleo, riqueza y bienestar para los territorios en los que estén asentadas o se asienten.

Pero más allá de todo esto, nuestro tejido productivo en la economía social necesita modernizarse, por eso el desarrollo del mismo hacia la transición digital – digitalización– será igualmente imprescindible para esa modernización y mejora de la competitividad. Un tejido compuesto por empresas que van a poder abordar proyectos de regeneración urbana, de rehabilitación de viviendas (cooperativas de construcción y viviendas); de transformación y digitalización de la cadena logística del sector agroalimentario o pesquero (cooperativas agroalimentarias, cofradías de pescadores y cooperativas del mar); desarrollo de generación y energía renovable ( cooperativas energéticas y eléctricas); generar proyectos de economía circular donde se está posicionando de manera notable la economía social o impulsar la creación y crecimiento empresarial aumentando el tamaño y la productividad de nuestras empresas, con un plan de digitalización de pymes y de modernización en sectores por ejemplo como el turismo, tan importante en nuestra Región, donde es casi el diez por ciento del PIB y que la necesita ante la situación del Mar Menor, donde el emprendimiento va a tener un papel fundamental ( Cooperativas de Trabajo asociado).

La llamada 'economía de los cuidados' debe tener en Murcia un desarrollo espectacular por lo que preparar un plan de choque para las empresas que trabajan en sectores de atención a las personas debe ser necesario y por último el sistema educativo necesita reducir la brecha digital y de género. Unas mejoras que permitan reducir el abandono y el fracaso escolar escolar; un impulso decidido a la formación profesional y digitalizar el sistema educativo (cooperativas de enseñanza).

Hay camino por delante y Recursos económicos y la economía social quiere y va a ser una parte activa del futuro de esta Región. Contribuir a crear una región más justa, más solidaria, innovadora y sostenible. El futuro que todas las personas deseamos y que debemos a generaciones venideras.

Las cooperativas agrarias regionales asociadas a Fecoam apuestan cada año de manera decidida por la investigación y la innovación como vías indispensables para garantizar el futuro de la actividad agraria, aumentando la relevancia de estos proyectos en el momento actual para poder con ellos hacer frente a la recuperación económica tras el impacto que está suponiendo la crisis provocada por la Covid-19.

Nuestras empresas realizan cada año una fuerte inversión en I+D+i, son flexibles y se adaptan a las demandas del mercado, apostando por la formación de los trabajadores, la calidad de los productos y la ampliación de los calendarios de producción con la introducción de nuevas variedades.

La sostenibilidad medioambiental, la productividad y un reparto equitativo son las bases de la innovación para impulsar el crecimiento y permitir la recuperación ecológica, digital y sostenible que siente las bases del sector agroalimentario de aquí en adelante. Así, con los proyectos que se ponen en marcha desde las cooperativas y desde la propia Federación, no solo se busca la optimización de los recursos, sino también el desarrollo continuo de herramientas y formas de producción más sostenibles y que resulten, al mismo tiempo, rentables y útiles a toda la sociedad.

Las ayudas del plan de recuperación 'Next Generation EU' diseñado por la Comisión Europea busca dar respuesta a la crisis del coronavirus, pretender apoyar a los Estados miembros a la recuperación e impulsar la inversión y colaboración público privada, una vía de trabajo que también impulsamos desde las cooperativas agrarias. Así, como primera vía de investigación estaría el plan de actuación multidisciplinar entre diferentes agentes como son las administraciones, las universidades y las empresas para fomentar la innovación, la investigación.

Como ejemplo tenemos el nuevo grupo operativo con el que colabora Fecoam centrado en el estudio de viabilidad del prototipo del 'Ecosistema de Innovación Agraria en la Región de Murcia', fomentando la colaboración de la triple hélice involucrada en materia de innovación e impulsando para ello pactos por la innovación de un conjunto de empresas murcianas líderes en el sector agrario.

Además, desde el sector agroalimentario se estudia de manera continuada el desarrollo de nuevas variedades de los distintos productos, con el objetivo de satisfacer al consumidor y al mercado, cada vez más cambiante. A este estudio de nuevas variedades se une la adaptación de los cultivos al cambio climático, uno de los escenarios más importantes a los que el sector hace frente para garantizar la viabilidad y sostenibilidad futura.

En este ámbito podríamos nombrar proyectos como el de Adaptación de Frutales de Hueso o el Grupo Operativo Proalmur, centrado en el cultivo de almendro.

Junto a ello, en el capítulo de los recursos hídricos, podemos señalar las investigaciones para el desarrollo de infraestructuras de almacenamiento y trasvase de aguas y los programas de inversiones en digitalización de instalaciones de riego, así como la modernización de regadíos destinadas a la optimización de los recursos y el ahorro energético. Como ejemplo, Fecoam forma parte de la Cátedra de Agricultura Sostenible que desarrolla sistemas de desnitrificación y desalación con biorreactores de madera de cítrico.

Desde la Federación de Cooperativas Agrarias de la Región también consideramos que son esenciales los proyectos de digitalización en el sector agroalimentario, uno de los pilares que contemplan las ayudas europeas, incidiendo en planes territoriales de transformación digital y de los sistemas de calidad en producción agroalimentaria, las inversiones en robotización y todo lo relacionado con la llamada Industria 5.0 que permitirá a las empresas agroalimentarias ganar en competitividad e internacionalización de los productos.

En esta área se enmarcarían también los planes de digitalización de los sistemas de calidad en producción alimentaria ('blockchain') y el apoyo a la inversión en proyectos de comercio electrónico (e-commerce) de la industria agroalimentaria, así como la inteligencia artificial aplicada a los mercados.

Otro de los apartados clave para el sector agroalimentario es la investigación en el ámbito de la modernización de equipamientos e instalaciones que supongan una reducción de los consumos energéticos, apostando por la eficiencia y las energías limpias y permitiendo la reducción de combustibles fósiles poco sostenibles.

En este sentido, estarían también los proyectos de investigación relacionados con la llamada economía circular, desarrollando proyectos destinados a la sustitución de materiales como plásticos por bioplásticos en envases y embalajes de la industria agroalimentaria, así como la mejora de gestión para subproductos del sector.

Dentro de la economía circular se enmarcarían también otros proyectos como la transformación de residuos y restos agroalimentarios en nuevos materiales biobasados, como el proyecto 'Barbara' recién finalizado, o la conversión de purines de granjas ganaderas en fertilizantes, como el grupo operativo con el que colabora una de las firma asociadas a Fecoam.