Observaciones sobre el espionaje

En los últimos días se ha sabido, primero, que Pegasus se ha utilizado para espiar a los dirigentes de las revueltas catalanas de 2017; y, segundo, que el año pasado también sufrieron espionaje, a través de Pegasus, Pedro Sánchez y Margarita Robles. También se ha sabido que dirigentes de otros países, como Macron, han sido espiados con el mismo instrumento informático.

Al conocerse estos hechos, la reacción ha sido tremenda, por parte de ciertos grupos de izquierdas y de ciertos medios de comunicación. Los separatistas catalanes han recuperado encantados su papel de víctimas. Ahora España no solo les roba, sino que también les espía. El preclaro Rufián ha dicho que esto no solo pone en peligro la legislatura, sino también la misma democracia. Y los de Podemos, con la deslealtad al Gobierno que les caracteriza, se han rasgado las vestiduras, han pedido que rueden cabezas, y han llegado a decir que esta es la crisis más grave que ha sufrido nunca la democracia española. ¿Es esto cierto? ¿Tan grave es la cosa como para poner en peligro el régimen democrático del 78? Permítanme al respecto algunas observaciones:

1. Objetivamente, no es cierto en absoluto que el conocimiento del espionaje haya causado la crisis más grave sufrida por nuestra democracia. A lo largo de su historia, se podrían señalar varias crisis realmente graves: el acoso a las instituciones del terrorismo de ETA; el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981; los intentos separatistas de Ibarretxe; la decisión de entrar en la guerra de Irak; y los atentados terroristas de los trenes de Atocha; la crisis del Estado del bienestar por los recortes a los servicios públicos tras la recesión de 2008; la crisis de confianza en la democracia; el fenómeno de la corrupción; la moción de censura contra Rajoy; el intento de los separatistas catalanes de romper la unidad de España en 2017; la pandemia; la guerra de Ucrania... Objetivamente, todas estas crisis han sido muchísimo más importantes que lo ocurrido con este asunto del espionaje.

2. Además, subjetivamente, yo, la verdad, no veo a la sociedad española especialmente preocupada por esta cuestión de Pegasus. A la gente, que también usamos móviles, pero que no tenemos nada que ocultar, este asunto no ha logrado preocuparnos tanto como al señor Rufián o a las señoras Belarra o Montero. Nos preocupa la guerra de Ucrania, y sus graves consecuencias humanas; la pérdida de la vida de muchas personas; y los sufrimientos que todos los días vemos en televisión; nos preocupan las consecuencias sociales y económicas de la guerra, que han venido a sumarse a los efectos de la pandemia; nos preocupa la inflación, el paro, la precariedad en el empleo, la pobreza, la subida del precio de la electricidad... Y muchas cosas más. Incluso los resultados electorales en Andalucía. Pero esto del espionaje parece más bien cosa de los políticos, que no tienen nada que ver con las preocupaciones reales de los ciudadanos.

3. Por otra parte, da la impresión de que se ha colocado la carreta delante de los bueyes. ¿No sería conveniente que, antes de pedir que rueden cabezas, se llegue a saber qué es lo que realmente ha ocurrido? ¿Cómo podemos imputar hechos a personas y autoridades sin saber con certeza lo que ha ocurrido?

4. Pienso, además, que este hecho debe ser objeto de investigación judicial, y no de debate y trifulca política. Dejemos que sean los jueces los que determinen si ha habido, o no, espionaje; si algunas acciones de espionaje estaban, o no, autorizadas judicialmente; y determinar quién tomó la decisión de espiar sin autorización judicial; y, por tanto, quién ha de ser el responsable penal de estos hechos. Y entonces, solo entonces, estaremos en disposición de exigir responsabilidades políticas.

5. Como ya se habrá percatado el lector, a mí me parece acertado que el PSOE, el PP, Ciudadanos y Vox hayan votado en contra de la constitución de una comisión de investigación en el Congreso. Y no porque no considere este asunto importante, que lo es. Pero para eso está la Comisión de Secretos Oficiales, que es a la que le corresponde, en todo caso, conocer de estos hechos. Y sí, también, porque no soy separatista, ni de Podemos, y porque, pese a mi edad, sigo creyendo en la Justicia.