Ayer eché de menos una defensa del Estado autonómico como las que hacía siempre en el Día de la Región el expresidente de la Asamblea, ... Francisco Celdrán. No añoro en absoluto aquellos tiempos parlamentarios en los que no había el más mínimo interés informativo en una aburrida Cámara donde el rodillo popular era abrumador. Entre la modorra de entonces y el carajal representativo de la actual legislatura me quedo con la pasada, aquella que cuajó por consenso la reforma del Estatuto. Ayer el presidente del Gobierno regional y el de la Asamblea hablaron de la moción de censura, de Juan de la Cierva, los indultos y de otros asuntos de pura política coyuntural que eran más propios del hemiciclo parlamentario. Y sin embargo, no oí una defensa de la reforma estatutaria, a la que se opuso Vox días atrás en el Congreso de los Diputados con un discurso claramente antiautonómico. A mi juicio, el contexto exigía ayer un perfil político más institucional y menos partidista.
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