¿Optimismo en el sector editorial?
La recuperación se sostiene sobre un campesinado de escritores cada vez mayor y que recibe menos por su trabajo
En 2022, en España se publicaron más libros que en 2021 y la facturación global aumentó hasta situarse en los 2.719 millones de euros.
La facturación subió tanto en papel como en digital y en audiolibro. En el digital las cifras son más modestas porque, a diferencia de la opinión de los gurús que anunciaban el final de la era en papel, los libros en digital representan poco más del 30% de los títulos publicados y solo el 5% de lo facturado.
Todos estos datos provienen del informe del Comercio Interior del Libro en España 2022, elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España, que acaba de publicar un avance. Según su presidente, Daniel Fernández, el cómputo facturado «viene a sumarse a una década de recuperación y crecimiento tras la gran crisis del 2008». Aunque todavía no se han alcanzado las cifras anteriores a esta gran crisis.
Los datos del informe se refieren a libros de ficción, de no ficción, a libro de texto... Pero como novelista, me voy a centrar en lo que más conozco. Y es que, a pesar de que las cifras sean positivas, los escritores y las escritoras de ficción no estamos mejor que hace unos años.
Hace unos años un autor superventas podía alcanzar el millón de ejemplares vendidos de su último libro, y la clase media de escritores se movía alrededor de los cincuenta mil ejemplares. En la actualidad, con solo cien mil, un libro se convierte en un auténtico 'best seller'. Y es excepcional aquel que alcanza los doscientos mil. Con estas cifras no es raro que cada vez sean menos los autores y autoras que puedan vivir de la literatura.
Otro de los fenómenos de esta época es la disociación entre número de ventas y la calidad literaria. Encontrar el libro de un autor literario que alcance los primeros puestos en los listados de más vendidos es inusual. Y los que lo hacen, pronto se apean del grupo privilegiado. Los primeros puestos suelen estar ocupados por novelas de entretenimiento sin pretensiones, libros a los que la escritora mexicana Cristina Rivera Garza llama libros cómodos y predecibles. Y algunos autores cuelan hasta dos y tres de estos libros entre los más vendidos.
El sector del libro se recupera, los datos nos hacen ser optimistas. Se publica más que nunca y las cifras de facturación se recuperan. Sin embargo, esto se sostiene sobre un campesinado de escritores cada vez más numeroso y que recibe menos por su trabajo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión