Nos tildaban de locos y radicales

Poco tiempo después, evolucionamos hacia el activismo y decidimos que el medio ambiente necesitaba apoyo y protección. Recuerdo que la primera denuncia fue referente a una actuación urbanística en Los Nietos.

Tras unirnos con ANSE, comenzaron unos años muy duros repletos de denuncias, acciones directas y campañas. Todo ello muy bien estudiado y estructurado, donde se marcaban los tiempos para que nada fallara. Nos calificaban de locos, radicales y de no tener credibilidad, pero nos mantuvimos y perdimos muy pocas batallas. Los proyectos urbanísticos en el litoral, la contaminación del Segura, la apertura de canteras ilegales, la construcción de campos de golf..., fueron nuestros frentes con más activismo.

No existían móviles ni redes sociales ni, por supuesto, internet, solo teníamos el recurso de la prensa y de los folletos que con mucho trabajo podíamos imprimir. Todo lo seguíamos haciendo de manera muy pensada y ordenada.

Pasaron los años y llegó la burbuja inmobiliaria que terminó reventando como ya predijimos. Conocimos las palabras malversación, prevaricación, cohecho y aparecieron muchos personajes y políticos sin escrúpulos. Nacieron algunas entidades provocadas y dirigidas por la administración regional del momento, que solo hacía enmascarar y confundir a los ciudadanos. Pero en ANSE continuamos trabajando como siempre. Y tras años de lucha llegamos a la actualidad y nos encontramos denunciando problemas en el mismo entorno con el que comenzamos en los años 80. Me refiero al Mar Menor. Un Mar Menor destrozado, ahora con una opinión pública muy volcada en su recuperación, pero en su mayoría muy confusa. Y es que todo va muy rápido, los medios de información nos emborrachan de noticias a diario. Algunos sectores nos hablan de la Ley del Mar Menor, del arrastre de sedimentos, de la DANA, de los nitratos, de los nutrientes, del fitoplancton, de la Cymodocea, de los filtros verdes y del Comité Científico. Mientras otros sectores reclaman paseos marítimos, farolas, infraestructuras, etc.

El 'boom' de nuevos expertos (pseudocientíficos) aumenta con fuerza en la Región, donde cualquiera da una 'master class' de cómo solucionar el tema y es que cuando los problemas son ambientales todo el mundo vale para lecciones magistrales. Imaginemos que esto mismo pasara con el caso del coronavirus.

Por otro lado, tenemos la figura del reportero gráfico 'amateur': ¿Quién no ha visto vídeos por 'WhatsApp' de un supuesto vertido al Mar Menor donde se explica una situación sin base científica que genera polémica, dudas y más desconcierto?

También nacen iniciativas, se organizan recogidas de firmas, se convocan una tras otras actividades, todo el mundo es capaz de dar charlas y de acudir a reuniones. Por no hablar de blogueros, 'youtubers', 'twitteros', etc., y por no contar las innumerables 'fake news' [noticias falsas] que se distribuyen a diario. En definitiva, acciones descoordinadas que en muy pocas ocasiones causan efecto positivo.

Y ante esta situación, yo me pregunto: ¿Cómo actúa nuestro Gobierno regional?

Pues de momento aprovechándose de tal descoordinación y entre tanto proponiendo fórmulas magistrales como la de depurar el agua del Mar Menor mediante bateas de filtradores (almejas y mejillones) que causan risa como poco.

Es muy importante la movilización y el apoyo a la población y los vecinos de toda la comarca del Mar Menor, ahí está la clave, pero debemos actuar con cabeza y valorar cualquier actuación que hagamos.

Nosotros, desde ANSE, pensamos que realizando un trabajo serio, coordinado y muy meditado seremos capaces de, entre todos, recuperar el Mar Menor. Todo lo que no sea esto va encaminado al fracaso.