Los vecinos del Mar Menor se arman de garrafas y paciencia ante «unos días» más sin agua potable
Miles de personas hacen cola frente a las cubas entre calles llenas de barro, y el Taibilla trabaja a destajo para restablecer el servicio tras la dana 'Alice'
La calle Veleta, en el centro del Mojón, amanece de nuevo este lunes con una capa de barro que cubre la calzada, la mediana ... y las aceras. Luce de nuevo así, como en otros episodios de lluvias torrenciales (años 2016, 2019, 2022, 2023...), por el arrastre de tierra y agua de los bancales y ramblas cercanos. Es el enésimo vómito de lodo que llega al pueblo, cuyos vecinos siguen clamando por la construcción de diques y otras medidas que eviten las inundaciones y limiten sus efectos. Pero este lunes y 13, aunque el agua no ha anegado viviendas y comercios y, afortunadamente, no ha habido daños personales, esta pedanía de San Pedro del Pinatar vuelve a ser uno de los puntos próximos al Mar Menor castigados por los estragos de una dana, ahora la primera con nombre: 'Alice'. Y además con un efecto inédito, sufrido también en San Javier, Los Alcázares, Cartagena y Torre Pacheco y que deja a unas 100.000 personas afectadas: la falta de agua potable en la red pública de distribución, debido a las infiltraciones de tierra y arrastres urbanos en un canal estatal.
Pero, hacia las diez y cuarto de la mañana, en la céntrica calle Veleta de El Mojón, esquina con Atila, Pablo Ibáñez hace gala de paciencia –y de equilibrio–, cuando se baja del coche, coge dos garrafas, sortea el fango con la especial dificultad de hacerlo calzando chanclas y se planta ante un hidrante. «Somos tres en casa y desde ayer estamos a base de botellas de agua del supermercado y de viajes para recargar garrafas. No queda otra opción que eso y esperar a que se solucione el problema. Nos han dicho que tardarán cuatro o cinco días», comenta resignado al redactor y al fotógrafo de LA VERDAD ante la boca de incendio habilitada por el Ayuntamiento para que los vecinos se abastezcan mientras la Mancomunidad de Canales del Taibilla (MCT) restablece el servicio.
«Tenemos que darle las gracias al Ayuntamiento de Pilar de la Horadada, porque ha permitido que los vecinos de San Pedro vayamos a un polideportivo para ducharnos. Ojalá esta situación pase pronto», ve medio llena la botella Pedro. A pocos pasos, Mohamed sube también a su coche y comenta apresurado que sale para su casa con unos bidones con agua apta para beber, asearse y cocinar. Se disculpa por tener que marcharse, ya que tiene que atender su trabajo, pero le da tiempo a resumir su estado de ánimo: «Llevamos dos días difíciles, pero pasará».
«No hagan acopio excesivo»
Ante los puntos fijos de distribución habilitados por los ayuntamientos, que traen cubas de otras zonas de la Región y de Alicante (como una cisterna que viene de Orihuela con «14.500 litros», apunta un operario), se forman largas colas. Durante horas, hasta el anochecer, miles de personas pasan por casi una veintena de espacios municipales, como el entorno de la estación de autobuses de San Pedro, el aparcamiento disuasorio de los juzgados de San Javier, los accesos al Ayuntamiento de Los Alcázares, la plaza de la iglesia de Roldán (Torre Pacheco), Bahía Bella y el área del Peke Park de La Manga (Cartagena).
«En El Mirador tenemos un problema serio con las lluvias. Hace cuatro años mis padres perdieron el coche, y ahora pasa esto»
Las autoridades piden serenidad: «El suministro está asegurado en puntos fijos y móviles y los supermercados nos garantizan el abastecimiento en sus lineales; pido a los vecinos que no hagan un acopio excesivo», resume el primer edil de San Pedro, Pedro Javier Sánchez, a este diario, mientras un señor mayor le pregunta: «¿Cuánto va a tardar esto, alcalde?». «No lo sabemos, porque depende de Canales del Taibilla. Confiamos en que tarden poco en arreglar la situación, pero no está en nuestra mano. En el Ayuntamiento, hacemos todos lo que podemos para que a ningún vecino le falte agua», contesta el regidor. Y el hombre parece irse conforme: «Bueno, pues habrá que aguantar». El alcalde sonríe, y lo hace aún más cuando una mujer se le acerca para aplaudir su tarea: «Entiendo que mucha gente esté cabreada y critique a los políticos, pero yo le doy las gracias por lo que hace el Ayuntamiento».
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Fuentes del Taibilla afirman a esa hora que la histórica, para mal, incidencia se solventará «en unos días y de forma progresiva» (el alcalde Luengo habla en San Javier de seis días y Pérez Cervera en Los Alcázares dice cinco). Y el gran atasco, que ha desbaratado el día a día de los marmenorenses, está en El Mirador. Mientras operarios del citado organismo del Ministerio para la Transición Ecológica trabajan sin descanso en el canal y en la almenara (centro de distribución) afectados, a las 10.59 dos residentes de esa pedanía de San Javier miran el reloj, deseosos de que llegue su turno para rellenar dos botellas por cabeza. «En mi pueblo tenemos un problema serio con las lluvias. Hace cuatro años, a mis padres se les metió el agua en el garaje y perdieron el coche. Y ahora pasa esto, que el agua potable se ha contaminado», se queja Juan Pedro López, de 33 años y estudiante de Enfermería. En la segunda mañana de obligadas colas para cubrir necesidades básicas de este negro año 2025, tras las del apagón del 28 de abril (también lunes), Juan irá a ducharse «al gimnasio». En El Algar, el Consistorio de Cartagena ofrece «vestuarios con duchas de forma gratuita» en el pabellón Juan Sáez Celdrán, destaca la alcaldesa, Noelia Arroyo.
Mucho más complicado lo tienen Raúl y Cristina, padres de cuatro criaturas, de siete meses y cuatro, seis y ocho años. Ella lleva en brazos al pequeño, los otros han ido al colegio tras cuatro días (el viernes no hubo clases por la alerta roja). Cristina empuja un carricoche y Raúl un carrito de la compra con «dos botellas de 25 litros y nueve o diez de 5 litros». «En Lo Pagán, pasó un coche con megafonía informando del problema. A nosotros nos lo dijo un familiar. Y hubo gente que se enteró a última hora del día por el Facebook», explica Raúl, desempleado. También él reclama que nadie se alborote: «Que la gente no se agobie».
Triste festivo en Los Alcázares
A mediodía, junto a los juzgados de San Javier, Josefina Guerrero, que tiene un crío de siete años y unas cuarenta personas por delante ante la cuba, cuenta que, para lavarse, se apañan «calentando la poca agua» que puede acarrear. Para comer no tiene pegas, porque nunca usa agua corriente: «Yo solo cocino con agua de botella», respira tranquila.
El recorrido por estas colas del agua acaba en Los Alcázares, donde pasada la una de la tarde destaca la formada a las puertas del Consistorio. A dos minutos a pie, Carmen Imbernón, gerente de La Colicha Coffee Bar, prepara un solo. Muestra una botella junto a la cafetera. «Ayer llegó un punto en el que no podíamos dar café, se nos acabó el agua embotellada. Para los autónomos, cada día es una lucha. Y aquí ya sufrimos bastante con cada riada».
En el restaurante La Tropical, local señero del municipio, solo se oye el hilo musical. Las mesas de la terraza y del interior están vacías. Carlos Méndez, copropietario, ordena el mobiliario y lamenta los perjuicios «en dos de los días más fuertes del año: el del caldero, que fue este domingo, y hoy, día de la independencia municipal y festivo». En el establecimiento, donde hay 27 empleados, esperaban unos 400 comensales. Y calculan 25.000 euros en pérdidas. El depósito de 1.500 litros se les quedó corto y han comprado dos para llegar a 7.500. Carlos reclama «que las administraciones se pongan de acuerdo y actúen rápido», para recuperar la normalidad «al menos para el fin de semana».
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Aviso a las empresas para mantener los comedores escolares
Las empresas de comedor escolar hicieron ayer acopio de agua para poder cocinar, por lo que el servicio estuvo totalmente «garantizado» en aquellos municipios afectados por la dana 'Alice'. Así lo destacó el consejero de Educación y Formación Profesional, Víctor Marín, informa Europa Press. Y apuntó que se dio aviso a las empresas que prestan este servicio para que «pudieran llevar el agua y cocinar». «Han trasladado agua a los centros educativos para poder realizar los menús escolares con completa normalidad», manifestó.
El alcalde de Torre Pacheco, Pedro Ángel Roca, dijo que el plan era mantener llenos los depósitos en los centros que disponen de ellos. Al resto, «se les mandarán aseos químicos para que los niños puedan utilizarlos y no haya problemas en los aseos donde no hay agua corriente», dijo. El regidor de Los Alcázares, Mario Pérez Cervera, declaró que es prioritario «que todos los niños dispongan de agua segura en sus colegios». Y el de San Pedro del Pinatar destacó que se envió a todos los centros gel hidroalcohólico y agua embotellada. En San Javier, hubo suministro de agua potable mediante cisternas en el centro de salud y en el hospital Los Arcos.
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Hidrolimpiadoras y agua con cloro para sanear un canal en San Javier
Tras la realización de las primeras actuaciones de urgencia y los trabajos preparatorios correspondientes durante el fin de semana, la Mancomunidad de Canales del Taibilla (MCT) inició ayer una campaña de limpieza intensiva en el interior del canal afectado por la dana, a la altura de la pedanía de El Mirador, en San Javier. Según informó esta entidad, las tareas consisten en la aplicación de agua fuertemente clorada mediante hidrolimpiadoras de alta presión, la extracción del barro acumulado y la recuperación del estado original de la conducción.
Una zona afectada es la toma del depósito de El Mirador, que da servicio a San Javier, San Pedro del Pinatar y Los Alcázares. Y la previsión es que su restablecimiento sea «progresivo» y el objetivo es «lograr la restitución de la normalidad del servicio a la mayor brevedad posible», según fuentes de la MCT.
Tras la limpieza y acondicionamiento de las tomas, los depósitos y otras infraestructuras, se realizarán análisis de agua para comprobar el cumplimiento de la normativa sanitaria.
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